El amor entre perfumadas guayabas
El verano maravilloso obliga a Vale el Paraíso a ingresar al taller de los sentimientos para desengrasarlo de la mugre y toxinas que genera el salvaje universo de la política, secuestrado por carcamanes corruptos, mercenarios, simuladores, sin escrúpulos y valores morales.
La historia de hoy ayuda a una buena limpia y una mejor esperanza en los terrenos de las relaciones de los hombres y las mujeres que contemplan la luna y las estrellas para alcanzaras y entregarlas al prójimo.
Hace algunos años la Escuela de Escritores de España convocó, a través de la iniciativa “Tienes la palabra”, a miles de internautas hispanos hablantes para preguntarles sobre la palabra más bella de la lengua española. La mayoría otorgó su voto a la palabra amor, por el deseo de vivir y trascender.
“El verdadero ganador es nuestro idioma, por su gran diversidad, y también sus hablantes, por la seriedad con la que tratan a su lengua, incluso en una convocatoria lúdica como ésta”, declaró la directora del centro literario, Isabel Cañelles.
En los países hispanoamericanos con más participantes los sufragios se distribuyeron entre México, 4.789; Argentina, 4.157; Chile, 1.421; Colombia, 921; Venezuela 728 y Costa Rica, 290; desde Estados Unidos llegaron las propuestas de 446 hispanohablantes.
Los años corrieron. Gratamente sorprendido leí la información de la Presidencia Municipal de Calvillo, Aguascalientes, para invitar el sábado 17 de agosto a la primera la “Callejoneada de los Solteros”.
A las 7 de la tarde se reunieron solteras y solteros en el templo de San Juan, vecino del Complejo de la Santa Cruz, para pescar al amor con la ayuda de cupido, supongo; hubo música, mezcalito sin excesos, dinámica de interacción entre los aspirantes para alentar a los tímidos —o temidos— durante el recorrido.
José Rodríguez Olmos, director del Complejo Santa Cruz, explicó que “se pensó en involucrar a este otro sector (solteros) de la población, tenerles un espacio dentro de los festejos de Santa Elena de la Cruz, que es la patrona de las causas difíciles, causas perdidas e imposibles (entre ellas, seguramente, El Gigante de México) y la patrona del amor”.
En el amordromo se colocó una estructura en forma de corazón, donde los participantes amarraron su listón rojo a los pies de la cruz para hacerle a Santa Elena la petición, quizás ruego, de que el amor llegue a sus vidas, para aspirar a la felicidad terrenal en compañía del salmón o la sirena atrapados en aguas de la aromática guayaba.
El evento me hizo recordar que 20 años antes, en el otoño de 2004, Wal*Mart inicio un programa en sus 91 tiendas ubicadas en Alemania, que permitió a las solteras y solteros buscar el amor o de perdis una cita en el súper de la tienda de. Dortmund los viernes en la tarde. El convocante los recibía con una copa de vino y bocadillos, además les invitaba a tomarse la foto al igual que el INE pero sin tantas atenciones. Para que no hubiera molestos olvidos ni problemas de Alzheimer que pudieran presentarse ocasionalmente entre los casados, la gráfica era colocada en el tablón de avisos de solteros con una breve descripción de sus virtudes —sin defectos, obvio— y lo que buscan en una pareja.
Hecho el trámite, él o ella toman un carrito adornado con un cordón rojo designado para los dichosos solteros e iniciaban el recorrido por la supercarretera del amor, que no estaba exenta de los numerosos obstáculos que la tienda colocaba en los pasillos para hacer tropezar al espíritu consumista que generalmente compra lo que no necesita. Cabe destacar que las ventas, en ese día, se incrementaban 25 por ciento y la formación de parejas, también.
Imagínese a los agraciados caballeros y las ilusionadas damitas repartiendo sonrisas y guiños de ojos, buscando el amor entre los jugosos melones y los maduros plátanos en su variedad de machos o dominicos. Las pequeñas pasas y las llamativas uvas globo. Los potentes huevos y las sugestivas salchichas alemanas. La nutritiva leche y el delicioso biscocho. El limón y la mandarina para exprimirles hasta la última gota.
El momento culminante de la decisión fue cuando los participantes tuvieron que escoger entre las jugosas pechugas y los espléndidos chamorros. Una difícil tentación que Dios les puso en el camino.
La conquista no necesita pedir su descuento en caja.
Porque alguien tiene que escribirlo: A cargo del muy recordado Luis Eduardo Aute: “Abrázame muy fuerte hasta que la muerte nos abrace”.
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