El estatismo de Trump ¿Fin o evolución del capitalismo neoliberal?

El actual presidente de Estados Unidos de América (EUA), en su intentó por superar al rezago de su economía en la competencia mundial, no ha dudado en utilizar al aparato estatal–gubernamental estadounidense para tratar de ayudar a la economía de su país, y en favor de su proyecto político conservador, lo cual parece por lo menos contradictorio, pues pretende sortear la crisis económica yanqui con modelos que han aplicado países identificados como progresistas, e incluso como keynesianos de izquierda:
Los aranceles, el uso de los subsidios gubernamentales a empresarios exportadores, o tratar de sustituir importaciones, son recursos de la economía mixta, y Trump ya les utiliza de manera cotidiana para tratar de resolver la crisis que sufre su país de caída de productividad y de tasa de ganancia.
Trump dejó de cumplir con el credo de un presidente del país líder de la economía liberal y globalizada, que era el de reducir el papel del Estado en la economía, y dar así más fuerza al mercado por medio de un capitalismo con menos regulación.
¿El nuevo populismo de derecha del gobierno de Trump va a sobrevivir con políticas proteccionistas y keynesianas que requieren del uso del aparato estatal?
¿Es el estatismo trumpiano una fase superior del neoliberalismo más destructivo y salvaje?
¿Quiere decir que ya estamos en otra etapa del capitalismo?
¿El discurso de fuerza del modelo neoliberal de prevalencia del mercado sobre el Estado quedó en el pasado?
¿El trumpismo es un regreso al “New Deal” de Franklin Delano Roosevelt, que permitió superar la crisis de 1929-33 por medio del estatismo keynesiano, que se profundizó con la economía de guerra de 1938-45, y que permitió el ciclo de crecimiento más importante en la historia del capitalismo global de 1948 a 1973?
¿El triunfo de la globalización sobre el Estado nacional, de quitar barreras económicas en los países, no llegó para quedarse?
¿ O no es ninguna de las dos opciones y solamente es un tropezón de la historia, conformado por ocurrencias sin estructura ni coherencia ?
¿El actual estancamiento del capitalismo mundial producido por la caída tendencial de la tasa de ganancia, que condujo a la actual crisis de sobreacumulación, ya no tiene solución?
¿El excesivo manejo de aplicaciones pragmáticas superficiales, de solo maquillaje de orden financiero y superestructural, hacen inviable una revolución estructural de fondo que nos salve de la quiebra planetaria?
En el pasado teníamos clara conciencia de la capacidad del capitalismo para superar todas las contradicciones que tuvo necesidad de enfrentar. Incluso, las crisis eran utilizadas para que el capitalismo se reorganizara, y saliera más fortalecido, al depurar a las unidades económicas menos eficientes. El capitalismo, decíamos entre los estudiosos al mismo, es cómo los gatos: No importa la forma en la que lo tires, siempre caerá parado. Este sistema tenía una capacidad de recuperación que parecía infinita, y no se vislumbraba ni de lejos, su etapa terminal. Pero una crisis tan severa, y a una contradicción como la que atraviesa ahora, de capacidad de recuperación e innovación, el capitalismo jamás se había enfrentado.
Los intereses que actualmente representa el capitalismo, son cuantitativamente mayores y desproporcionados respecto a los de sus orígenes, aunque cualitativamente tienen el mismo objetivo: Mantener vigente la contradicción originaria, capital-trabajo asalariado. Pero hoy, las salidas que en el pasado encontraba el sistema capitalista, brillan por su ausencia. El estancamiento lleva casi 18 años, y no muestra signos de recuperación.
Ni el modelo neoliberal de contraer a la economía (para hacer más manejable al ciclo económico), ni la acción económica del Estado, permiten ver la luz al final del túnel. Es un antagonismo profundo, y ninguno de los 2 tratamientos logra hacer reaccionar al enfermo.
¿Será que ahora sí el capitalismo entra en etapa terminal, y muere, no por la férrea lucha de clases, sino por las contradicciones que entraña en su interior?
¿Será que el capitalismo fallezca en una cama de hospital de muerte natural, debido a que su gran equipo de médicos especialistas no atina en encontrar el adecuado remedio para detener la caída tendencial de la tasa de ganancia, como lo había previsto Marx?
La verdad, no buscamos ser adivinos, ni pretendemos delinear el final de la historia del sistema. Seguramente aún correrán muchas aguas bajo sus puentes, y pasarán diversas aventuras y tragedias antes de que esto suceda.
Por lo pronto, como dicen Ludwig Wittgenstein e Isaac Asimov, lo que a nosotros corresponde es formular las preguntas apropiadas, sin esperar adivinar las conclusiones correctas.
velagj@economia.unam.mx