SOBRE EL COMUNICADO AL PARLAMENTO EUROPEO
Cometí el error de leer primero el Comunicado del Gobierno mexicano al Parlamento Europeo. Decidí entonces escribir esta colaboración, iniciando que no estaba de acuerdo con la forma y el tono de la respuesta, la cual no recurría en nada a un lenguaje diplomático, consideraba además la inconsecuencia de usar calificativos, como era la de llamar borregos a los legisladores europeos. Si en cambio coincidía con apreciaciones dadas en el documento, conforme lo leído en las notas periodísticas que reportaban el Resolutivo. Ya algunas opiniones al respecto, las había escuchado dos días antes en un panel organizado por el MCM con los periodistas Rogelio Hernández López, Olga Aragón, Tere Gil y Fernando Sánchez Mejorada.
Pero al leer el texto del Resolutivo del Parlamento Europeo, cambié de opinión y de redacción inicial. Creo que incluso el Comunicado del gobierno mexicano se vio moderado y mesurado para los dichos europeos, insultos e infundios de una instancia dominada por la derecha y el conservadurismo, como lo denuncia el politólogo español Juan Carlos Monedero. Así, no merecían el menor respeto ni miramientos.
Para alguien que no respeta a nuestro gobierno ni al pueblo mexicano, no merece el menor respeto, no merece un trato educado, pues ellos lo que esperarían de nosotros es sumisión y entrega, como la impusieron en el tiempo de la conquista. Olvidan nuestra calidad de país libre, soberano y democrático.
En un largo texto, los parlamentarios europeos, hoy ceñidos por cierto a los Estados Unidos y a la OTAN, por ende, a la beligerancia contra Rusia y sus aliados, se preocupan por fin de la situación del país. ¡Quién les puede creer!. No lo hicieron en tiempos donde realmente había problemas con los periodistas, como se puede confirmar con estadísticas y hechos precisos, sobre todo en el periodo calderonista.
Como personajes mexicanos como Claudio X González o Carlos Loret de Mola, califican al presidente de la república actual como populista; victimizan a periodistas como el segundo de los citados y construyen una visión y situación claramente alejada de la verdad. Pero además, su líbelo está plagado de incongruencias y lugares comunes, muy al estilo de la oposición mexicana.
Magnifican la situación mexicana y olvidan con toda desfachatez el pasado reciente. Les preocupa la situación actual del país, pero no levantaron la voz en momentos realmente críticos. Como lo vienen haciendo ahora en el caso de la crisis en Ucrania, pero no se inmutaron ni dijeron nada en los ataques a Siria y Libia, la balcanización en Yugoslavia, los continuos ataques al pueblo palestino y el arrinconamiento de la República Árabe Saharaui Democrática.
En el fondo, tratan de meter una cuña en el proceso de definición de la reforma eléctrica, defendiendo los intereses de las empresas europeas, que han esquilmado a nuestro país. Sólo habría que haber escuchado la intervención en el Parlamento Europeo de Francisco Millán Mon, legislador del Partido Conservador Europeo.
Destaca la emisión de un posicionamiento de los gobernadores morenistas, más Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, quienes entre otras afirmaciones plantean que, “nunca se pronunciaron (el Parlamento Europeo) en torno al férreo cerco mediático al que nuestro movimiento social y nuestro actual Presidente de la República fuimos sometidos frente a los probados fraudes electorales de 2006 y 2012, por quienes disponían de nuestro país como su propiedad”.
También la consideran intervencionista y desinformada, que lesiona severamente nuestra dignidad nacional. Es correcta esta apreciación. Aunque en lo personal, debió haberse concluido el posicionamiento, con un llamado a los mexicanos a cerrar filas, repudiar los intentos intervencionistas, la defensa de nuestra autodeterminación y de la decisión del camino que nosotros determinemos, no el que piensen o digan otros.
Como algunos mexicanos, el Parlamento Europeo no entiende que la mayoría de los electores de nuestro país, decidió un camino a seguir, distinto a su visión conservadora, individualista y neoliberal. Empatan el debate y la refutación de dichos hacia algunos periodistas, como Loret de Mola, como persecución, cuando viven en plenitud la libertad de expresión.
Tampoco respetan al país, del cual desearían que como lo ha señalado Andrés Manuel López Obrador, fuera tierra de nadie, donde prevalecieran sus negocios con libertad para esquilmar a México y aumentar sus ganancias, sin dar el mayor beneficio al pueblo. Para ellos es solo ganar ganar.
Es un acicate para que sigamos impulsando la reforma eléctrica, para que unamos fuerzas y nos movilicemos, para evitar injerencismos en este caso europeos, para que defensamos nuestra soberanía y nuestra dignidad. Es nuestra oportunidad en estos tiempos convulsos.
México puede convertirse nuevamente en referente latinoamericano. En lo últimos tiempos ha mostrado rasgos importantes que comprueban este dicho, en la tendencia de impulsar el progresismo como característica del continente del Río Bravo hacia el sur. Honduras y Chile han sido dos pasos recientes en este sentido, que debemos tener presente.
Por ello no hay que dejar pasar una sola, sea quien sea, provenga de donde provenga. Ante todo defender el modelo en el que hemos decidido impulsar y darle continuidad. Es importante tocar este punto ahora que estamos cursando la última parte del sexenio y viene el relevo del 26-30.
De tal manera que si cabe el repudio al reslutivo del Parlamento Europeo.