Ante la gravedad de los problemas y su complejidad en México se requieren de estrategias claras, flexibles y adaptativas

Ante la gravedad de los problemas y su complejidad en México se requieren de estrategias claras,  flexibles y adaptativas

[bctt tweet=»Actualmente hay una lucha contra la corrupción y ésta se ha reducido en alguna medida; éste hecho es un componente necesario, pero ampliamente insuficiente ya que hace falta una estrategia clara de la cual parece que carecemos» username=»crisolhoy»]

 

No parece que ni antes ni ahora se estén aplicando estrategias adecuadas.

 

Vivimos una etapa confusa, incierta y compleja tanto en lo que se refiere a nuestra situación interna en México como al ámbito internacional.

No es nada fácil enfrentar estos problemas, pero éstos están muy lejos de ser irresolubles. Si se atacan con errores e improvisaciones, los resultados pueden ser limitados e incluso negativos, por eso se requiere de una concepción estratégica de la acción y que además ésta sea flexible y adaptable.

Con Calderón se lanzaron en forma directa las fuerzas armadas contra el narcotráfico; hubo carencia de estrategia, improvisaciones y corrupción, el resultado es ampliamente conocido; al final, estuvimos peor que al principio. Otro tanto sucedió con Peña Nieto y ahora nos encontramos en un agujero muy complicado. Debo señalar que, en mi percepción del problema, la lucha fallida contra la criminalidad, no sólo proviene del hecho de la existencia de una fuerte corrupción en muchos de los niveles del gobierno, policía y fuerzas armadas, sino en el hecho de que la concepción estratégica fue simplona y profundamente errónea. Por eso no únicamente se requiere de honradez, sino de una estrategia bien concebida y bien puesta en la práctica.

Se habla mucho de estrategia, pero muchas veces se ignora su significado. Hay que señalar que el concepto de estrategia está muy manoseado y borroso y por lo tanto, es necesario presentarlo con la mayor claridad posible.

Debo hacer notar que no soy experto en criminalidad y, por consiguiente, no soy capaz de proponer una estrategia adecuada al respecto. Pero, sí he estudiado lo que es la estrategia como para proponer un concepto adecuado de la misma y distinguir si una estrategia planteada es aceptable o no lo es.

Voy a escribir varios “Así Vamos” sobre este tema y trataré de presentar en forma sencilla qué es y en qué consiste la estrategia. Debo aclarar que, si bien el concepto de estrategia surgió de los enfrentamientos militares, hoy día se aplica a muchos aspectos de la vida, a las organizaciones y empresas, a la política, al marketing, y a todo tipo de enfrentamientos ya sean éstos conflictivos o competitivos.

Cuando nos enfrentamos a un mundo complejo, en el cual nuestro conocimiento es incompleto e imperfecto además de incierto, como lo es sin duda el nuestro, no hay soluciones simples ni cálculos de maximización para lograr un objetivo,

Desde un punto de vista militar y siguiendo a L. Poirier, se puede decir que la estrategia implica dos elementos clave: primero, proviene de la interacción de un grupo con los otros en el interior de un sistema complejo; segundo, se establece por grupos organizados que buscan alcanzar un objetivo. La estrategia implica una acción que no proviene de un impulso espontáneo del hecho de “querer hacer algo reflexionado y que obedece a una necesidad; de trabajar para transformar un material de una obra seleccionada en los dominios de la actividad económica, cultural y militar y, en el cual, la forma imaginaria se proyecta sobre el porvenir. Este trabajo que gobierna la voluntad de creación, implica dos tipos de operaciones estrechamente correlacionadas y que se determinan recíprocamente: de un lado, están las operaciones mentales por las cuales el colectivo que actúa, piensa su acción; es decir, concibe su objetivo en su forma acabada, calcula las vías y medios de su búsqueda y decide, dentro de lo que puede concebir, cuáles son los más apropiados. Del otro lado, las operaciones físicas – las correspondientes al aparato militar, por ejemplo – las cuales, aplicadas al material de su trabajo con las vías y medios retenidos, buscarán imponer la forma del objetivo proyectado.” (L. Poirier 1997. P. 50).

En otro trabajo, Poirier había señalado que la estrategia provenía del actuar de un colectivo en el interior de un medio conflictivo y que, para un buen desarrollo estratégico, había que pensar lo impensable y anticipar las anticipaciones. Según el mismo autor, la estrategia implica un “duelo de voluntades autónomas que tienen grados de libertades no nulos en su campo de conflicto”, conflicto en el cual, la duda es el estado habitual del estratega realista.

Debemos destacar varios elementos del concepto de Poirier sobre estrategia. Primero, interacción entre personas o grupos; segundo, búsqueda para alcanzar un objetivo; tercero, propósito de hacer algo; cuarto, pensar, concebir su acción; quinto, determinar las operaciones para lograr el fin proyectado. Todos estos elementos se encuentran presentes en la formulación de las estrategias empresariales. Debe notarse, además, que la estrategia implica dos elementos más: una racionalidad limitada y procesual, que son elementos clave de los sistemas administrativos.

En síntesis, la estrategia proviene de: Primero, la búsqueda por alcanzar una o varias metas cuando existe interacción de unos grupos (organizaciones) con otros que están en relación compleja. Segundo, implica operaciones mentales y físicas; las principales operaciones mentales son: concebir su(s) objetivo(s), calcular la acción necesaria, calcular vías y medios de acción y, además, establecer las operaciones físicas para lograr lo anterior. O sea, que hay que tomar en cuenta, las interacciones, los objetivos, los propósitos de hacer algo, concebir la acción a realizar y determinar las operaciones a realizar.

La estrategia surge del actuar en un medio conflictivo y competitivo e implica un duelo de voluntades. Requiere también de un sistema de organización que permita poner en práctica los propósitos establecidos.

Todo esto necesita de los siguientes procesos:

    1.- Estudiar las distintas alternativas disponibles.

   2.- Conocer los factores materiales, políticos, ideológicos y humanos que están en juego.

    3.- Evaluar las fuerzas y medios disponibles.

    4.- Evaluar la posible reacción de los otros.

    5.- No actuar sino cuando se dispone de masa crítica, es decir, cuando se aplican las suficientes fuerzas para lograr los objetivos parciales o generales establecidos. Pero proceder con fuerza insuficiente, es desgastarse, desperdiciar recursos y favorecer al contrincante o enemigo. Tirar escopetazos es un error muy grave.

    6.- Conocer las posibles líneas de resistencia de los otros.

    7.- Especificar con claridad maniobras y procedimientos.

Actualmente hay una lucha contra la corrupción y ésta se ha reducido en alguna medida; éste hecho es un componente necesario, pero ampliamente insuficiente ya que hace falta una estrategia clara de la cual parece que carecemos. La lucha no hace sino comenzar, las respuestas vendrán.

Seguiré trabajando el tema. No obstante, después de lo señalado, no parece que ni antes ni ahora se estén aplicando estrategias adecuadas.

   

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

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