Despacio que tenemos prisa
[bctt tweet=»Se ganó de calle en prácticamente todas las pistas, pero la composición que fue tomando el gabinete y las promesas de campaña convertidas en políticas públicas» username=»crisolhoy»]
Desde el principio del proceso electoral pasado afirmamos que no se tuvo ningún referente de la izquierda socialista, aún cuando la conclusión de gran parte de ella habían sido apoyar la opción representada por la coalición Juntos haremos historia y la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Siempre consideramos esta alternativa como la más viable por su carácter progresista, antirégimen prevaleciente, con rasgos antineoliberales, pero con un programa y plataforma corrida al centro.
Se ganó de calle en prácticamente todas las pistas, pero la composición que fue tomando el gabinete y las promesas de campaña convertidas en políticas públicas, han mostrado la congruencia de quien las planteó, pero no necesariamente aseguran al final un corrimiento a la izquierda. Esto dependería del movimiento social y de la izquierda socialista misma, que pulula en decenas de organizaciones, pero se encuentra dividida, dispersa y sin referente legal. Esto es una realidad. Y ni Morena, PT o PRD ocupan ese espacio, aunque sus sectores que todavía se reivindican como de izquierda en su interior así lo pregonen.
Una necesidad se ha abierto sin duda, nadie lo niega ni siquiera aquellos que militamos en el Movimiento Comunista Mexicano. De aquí que hayamos seguido con responsabilidad y convencimiento los intentos unitarios que se dieron desde antes del proceso electoral y posterior al mismo. En esas condiciones participamos en el Frente Democrático de Izquierda o en el que después de ser Movimiento al Socialismo se convirtió en Movimiento de Unidad Socialista, MUS.
Este último tuvo una reunión el cinco de enero donde resolvió conformar un partido político de izquierda y aprovechar los tiempos para acceder al registro local, cuyos plazos precisamente este mes de enero se habían iniciado para dar los primeros pasos, mismos que concluyen a fin de mes. La resolución aprovechó el planteamiento presentado por otro esfuerzo similar que se nuclea alrededor de un agrupamiento que se denomina Vamos y que a decir de ellos, tienen las cosas avanzadas ya y trabajo en la mayoría de las entidades. Revisados sus proyectos de documentos básicos éstos están más ligados a posturas socialdemócratas que de izquierda socialista.
Para nosotros es más importante construir un partido de clase, claramente socialista, sin importar por ahora participar en elecciones o no, al fin y al cabo, el registro no nos hace partido, sino la influencia que vaya adquiriendo entre el pueblo por sus propuestas y alternativas políticas, bajo la premisa de que la necesidad irá creando al órgano.
No le apostamos a la unidad a toda costa. El aceptar que no tenemos referente orgánico grande e influyente no se soluciona con dictar formalizar un partido conforme las reglas del juego impuestas por el régimen tradicional de partidos, que aparte, constriñen tanto las condiciones, que le cierran el paso a cualquier intento de obtención de registro por alguna fuerza emergente.
Hay varias experiencias de partidos que, obligados por las ataduras legales en tiempo y forma, promovieron la concreción de alianzas endebles de grupos y fuerzas que, más temprano que tarde acabaron por hacer aflorar sus diferencias, sus aspiraciones de pequeños poderes, hasta provocar el nacimiento muerto. Hoy evidentemente no existen esas intentonas.
Necesidad de contar con un partido socialista/comunista en México, la hay, prisa también, pero esto no quiere decir que por eso hay que saltarse etapas. Ya perdimos mucho tiempo, sí, pero esto no nos conduce a que hagamos las cosas a la carrera, que es lo que nos parece está pasando en el MUS.
En el MCM estamos procesando esta discusión, la tenemos que ver en función de las condiciones concretas del país, de la ubicación de una buena parte de nuestros militantes en Morena, pero también de nuestra inserción en el movimiento social y de masas.
Lo resolveremos hasta nuestra Segunda Asamblea Nacional a celebrarse el 23 de febrero y de lo que acordemos, actuaremos en consecuencia y responsablemente, lo cual no excluye que sigamos actuando en unidad de acción con distintos agrupamientos con los cuales tengamos algunas coincidencias.
En el centro también debe estar el debate de para qué y por qué requerimos un partido socialista hoy; cual será el papel que juegue en un gobierno distinto a sus antecesores del PRIAN, que definitivamente no son lo mismo, aunque el zapatismo incorrectamente diga lo contrario.
También debemos socializar el debate con los compañeros del MCM en todo el país. Debemos ir despacio, porque tenemos prisa.
