“EL BAR DE LAS GRANDES ESPRANZAS” (“THE TENDER BAR”) – AMAZON PRIME VIDEO

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No todos los libros están hechos para ser películas y no todas las autobiografías resultan tan apasionantes como para plasmarlas en libros, pero todo el paquete es lo que tenemos ahora con “El Bar de las Grandes Esperanzas”, una adaptación fílmica cortesía del siempre correcto George Clooney al moroso texto de J. R. Moehringer, cuya infancia en el Long Island de los 70’s y subsecuente juventud no basta para reclamar la atención de lectores o audiencia, pues su vida no es algo que apasione, y para muestra la trama: J. R. (Daniel Ranieri) es un chiquillo de 9 años que se ve obligado a vivir a la casa de su abuelo (Christopher Lloyd) porque su padre, un locutor radiofónico de éxito conocido como La Voz (Max Martini) los ha abandonado.

Su madre (Lily Rabe) es una mujer que lucha por darle una buena vida mientras que su tío Charlie (un espléndido Ben Affleck) será la figura paterna sustituta al mostrarle diversas facetas de la vida tanto propias como las de su clientela en el bar que él regentea. Dicho antro será crucial para el futuro profesional del chico, pues el lugar no solo lleva por nombre “El Dickens”, también está lleno de los textos que caracterizaron al victoriano autor inglés Charles Dickens que, debido a la semi-orfandad en la que se encuentra el niño, resulta un retruécano alegórico algo obvio.

Con el paso de los años y después de varias estampas supuestamente entrañables con su tío en la playa, en el boliche y un peculiar grupo de amigos que consiste en los borrachines del bar, J. R. crecerá para ser interpretado por Tye Sheridan y luchar por un lugar en las filas de la Universidad de Yale con el fin de titularse como un prestigioso abogado mientas labra experiencias propias como enamorarse de una evasiva intelectual llamada Sidney (Brianna Middleton). Clooney lo hace todo de la manera correcta, narrando su historia con ritmo inofensivo y una exasperante linealidad que no se atreve siquiera a asomarse fuera del convencional trayecto que se declara desde el inicio de la cinta, el cual es mostrar al futuro autor del texto con el que se arma esta película como un ser en eterno proceso formativo sin pizca de personalidad, dejando que sea el resto de personajes los que añadan color al asunto.

Affleck se lleva las palmas por su atinada interpretación construyendo un personaje movido y hablantín que siempre tiene las mejores intenciones para con su sobrino al igual que Lloyd y Rabe, no así Ranieri o Sheridan, quienes jamás localizan el centro dramático de su personaje o la forma más exacta para interpretarlo tal vez porque en el fondo es un ente anodino que en realidad jamás tuvo algo genuinamente interesante qué contar, valiéndose descaradamente de lo que él mismo enuncia sin pudor en pantalla: los editores y lectores siempre querrán biografías que vender y leer. Y con esa declaración se consuma le hueco que en realidad es ésta indiferente pero correctamente dirigida y bien actuada cinta.

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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