“EL CABALLERO VERDE” (“THE GREEN KNIGHT”) – AMAZON PRIME VIDEO Hermoso y vacuo cantar de gesta.
Con esta cinta el director David Lowery (“Mi Amigo el Dragón”, “Una Historia de Fantasmas”) parece retomar la estafeta ya abandonada por directores como Tarsim Singh y Alex Proyas donde la imagen fílmica es un lienzo en blanco que plasma con exquisitez plástica las alusiones simbólicas y líricas de un texto que requiere de un nivel interpretativo para ser contado, y lo hace con la mano firme de quien sabe cómo emplear sus herramientas técnicas cual pincel policromático que crea fotogramas de espléndida belleza para fundamentar un imaginario nacido de las gestas heroicas medievales que es pura azúcar para los ojos más termina debiendo algo en cuanto a historia.
La épica del medioevo trazaba sus rutas narrativas con una rectitud y falta de tangentes como si fuera una saeta y el intento de Lowery por jugar un poco con esas formas para relatarnos una aventura deliberadamente ambigua en cuanto a temas pero enfocada a la exploración de la figura caballeresca partiendo de que son hombres quienes blanden las espadas o se embarcan a la hazaña en turno hace lucir a esta cinta como algo distinto, que posee un retruécano novedoso sobre cómo contar su historia pero una vez traspasado el velo del preciosismo con que se envuelve cada cuadro de la película, vemos que en realidad no hay mucho que narrar.
La historia adapta el poema épico del Siglo XIV “Sir Gawain y El Caballero Verde” de autoría anónima pero muy célebre sobre todo para los fanáticos de “El Señor de los Anillos” pues el mismo Tolkien tradujo la obra a principios del Siglo XX. La principal libertad que se toma el director es la de ponerle a Gawain un rostro hindú colocando al excelente Dev Patel en el papel, siendo el personaje sobrino del Rey Arturo (Sean Harris) e hijo de la bruja Morgana le Fay (Sarita Choudhury), por lo que su lugar en la fabulada Mesa Redonda estaba garantizado. Es durante la celebración de Navidad en el castillo real donde todos los caballeros y cortesanos se encuentran congregados cuando reciben de improviso la visita del imponente y arbóreo Caballero Verde (Ralph Ineson), quien reta a cualquiera de los presentes a participar en un juego a modo de combate. Gawain acepta y termina decapitando al misterioso ser, quien le informa que al pasar un año deberá ir a la lejana Capilla Verde a recibir el mismo golpe que él propinó si desea conservar su honor. Un año después Gawain despide de su novia, una prostituta llamada Essel (Alicia Vikander) y emprende el recorrido para encarar su fatídico destino. La cinta hará de este viaje todo su segundo acto donde se enfrentará a unos ladronzuelos que le despojan de sus pertenencias y caballo, conocerá al espectro de una mujer decapitada años atrás de nombre Winifred (Erin Kellyman), verá el paso de los gigantes que habitan las neblinosas montañas celtas y trabará amistad con un zorro parlante que tratará de hacerlo desistir de su empresa. El punto culminante será su estadía en un castillo propiedad de Sir Bertillak (Joel Edgerton) y su esposa Hellen (Anais Rizzo) donde su espíritu y mente decidirán si prosigue a una muerte inminente o la rehúye.
La estructura del guion es muy similar a la del poema original, conformando un matiz heroico en el protagonista conforme va enfrentando pero no necesariamente superando las pruebas que determinan su virtud para ser todo un caballero, elementos que aprovecha el director Lowery para humanizar al personaje y delimitando los medios de su drama a la progresión de su estándar como adalid sin que ello potencie lo demás. Es su exuberante mirada la que confiere propiedades de riqueza a la cinta sin que en realidad se hable de algo más que no sea la ruta unidireccional de Gawian hacia su cita con el Caballero Verde, y si bien la poética de la imagen da para mucho en cuanto a la faena interpretativa del espectador, la narrativa argumental se queda en lo más elemental, aún si pudo detallarse con más finura o profundidad los encuentros del aspirante a caballero con los otros personajes, particularmente Winifred la cual daba mucha tela que cortar. “El Caballero Verde” recolecta toda la mística y simbología de la literatura medieval trasladándola a una portentosa serie de propuestas plásticas y con una actuación más que sobresaliente de Patel, pero al final no hace realmente algo con todo ello, y eso a su vez nos transforma a nosotros como audiencia en unos viajeros que se complacieron por la travesía pero con un sinsabor en la mente al término de la gesta.
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