El Populismo en América Latina y Georges Couffignal

[bctt tweet=»la palabra “populismo” se ha usado más para denigrar que para analizar; pero a pesar de todo, hay una realidad que se ha representado bajo esta palabra» username=»crisolhoy»]

Georges Couffignal y su caracterización del populismo

Georges Couffignal, es un muy querido amigo que se encuentra muy enfermo. Desde mi punto de vista, él es una de las personas que mejor conocen nuestra América Latina. Durante buen tiempo, fue el director del Instituto de Altos Estudios sobre América Latina, en París. Fue Agregado Cultural de Francia en México y Chile en la época de los gobiernos socialistas en Francia. En sus dos estancias se relacionó con las culturas y el arte popular de estos dos países; llevó pintores de Tepito a Lyon (Francia) y trajo pintores populares de Lyon a México. Impulsó las relaciones interuniversitarias de ambos países además de otras relaciones interculturales importantes.

Se relacionó con sectores populares e intelectuales y aprendió de ellos. En su gestión como Director del Instituto de Altos Estudios sobre América Latina, se relacionó con intelectuales y políticos de toda AL. Todo esto le dio un profundo conocimiento y amor por nuestras tierras.

Su enfermedad me entristece profundamente y presentó sus ideas sobre el populismo en América Latina, como un homenaje, reconocimiento y solidaridad desde mi humilde persona.   

Sus ideas las resumo sin ningún comentario mío. Fueron escritas en el 2013 y nos conducen a reflexionar profundamente sobre lo que pasa en la actualidad en nuestros países. George Couffignal es, según mi opinión, un hombre de izquierda.

En América Latina se habla mucho de populismo. Es cierto que, como lo dice G. Couffignal, (COUFFIGNAL, Georges; La nouvelle Amérique Latine, Presses De Sciences Po. Paris, 2013) esta es una palabra equívoca que contiene significados muy diversos e incluso, contradictorios. Agrega que la palabra pueblo también es confusa e imprecisa y que, en general, se la concibe en términos negativos, es decir, en oposición a los que no les falta nada, que no pertenecen a las élites y que no tienen ninguna parcela de poder.

 Desde mi punto de vista, siguiendo a Couffignal, la palabra “populismo” se ha usado más para denigrar que para analizar; pero a pesar de todo, hay una realidad que se ha representado bajo esta palabra y, por lo tanto, pienso que en alguna manera es algo importante de lo que ha sucedido y aún sucede en AL.

Expongo las ideas de G. Couffignal, tal y como las presenté en mi libro “Dinero, trabajo y poder” (Anthropos, 2015).

Siguiendo a G. Couffignal, lo primero que hay que señalar es que en Europa y América Latina la palabra populismo tiene significados totalmente opuestos. En Europa el populismo se usa para caracterizar organizaciones políticas que tienden a separar y a excluir a una parte de la población, por ejemplo, a los emigrados, a los de origen árabe, a los negros, etcétera. En AL los populismos han actuado en sentido contrario, ya que los movimientos así llamados, lo que buscan es movilizar a los votantes marginados y excluidos, es decir, a los que no se sienten miembros de la comunidad nacional y llamarlos a movilizarse y a votar por un líder que les promete una integración favorable. Tal es el caso de los “descamisados” en Argentina y de muchas clases populares en otros países de AL.

1. Couffignal indica otras de las características del populismo latinoamericano.
2. Se habla del pueblo como el primer sujeto político que da legitimidad y por medio del cual actúa, el líder o el partido.
3. El líder busca con el pueblo una comunicación directa, ya sea por medio de mítines o por medio de la TV;
4. Se organizan grandes movilizaciones en las cuales se le da prioridad a la emoción sobre la razón. Las palabras están cargadas de representaciones simbólicas para afirmar una identidad y se recurre a las grandes figuras históricas, a los eventos fundadores, a los mitos, a diversos objetos físicos como lugares, emblemas, medallas. Se trata de retóricas fincadas en la oposición amigo-enemigo.
5. Toda la organización y movilización se hace en función del líder.
6. El líder populista busca gobernar sin instituciones y sin contrapesos. Siempre está presente la tentación totalitaria.
7. El populismo surge de debilidades institucionales y de la polarización social.
8. Se basa en un líder carismático.
9. Promete e implementa en cierta manera, un conjunto de subsidios a las clases populares. Buena parte del gasto del Estado se realiza en función del mantenimiento de su poder y del clientelismo.
10. El voto se impone, controla y manipula.
11. Hay un silogismo básico del populismo: el pueblo soberano me ha designado para conducirlo. El pueblo no se puede equivocar. El que está contra mí está contra el pueblo.

Hasta aquí el trabajo de G. Couffignal. Son 11 puntos que abren la puerta para el análisis y la reflexión.

NOTA SUPLEMENTARIA A LAS REFLEXIONES SOBRE POPULISMO.

Algunas aclaraciones son pertinentes.

Se ataca al populismo como un producto de las izquierdas latinoamericanas. No es cierto que el populismo sea propio de las izquierdas.

El populismo se ha usado por todos, derechas, centro e izquierdas. El PRI se hizo un maestro de muchas mañas populistas durante décadas y generó clientelismo al por mayor. El PAN intentó hacer lo mismo con menos éxito, pero con la desfachatez de Fox o el cinismo de Calderón. Bolsonaro en Brasil utiliza varios de los elementos populistas, lo mismo que Macri en Argentina. Trump es un populista desenfrenado. También la izquierda ha sido populista pero no es la única.

Vargas Llosa y otros autores hablan de la “civilización del espectáculo”. Umberto Eco tiene un libro denominado “De la estupidez a la locura: Crónicas para el futuro que nos espera”. El populismo, aunque viejo, solo es una parte del mundo desdibujado y problemático que vivimos.

La defensa de los derechos humanos, la salud, la justicia no son para nada populistas y son necesidades sociales indispensables en nuestras sociedades actuales.

Juan Castaingts Teillery.  Profesor Investigador UAM-I.