El PRItanic, Alito y 3 fantasmas
¡El Titanic! Ese trasatlántico británico, devorado por el mar un abril de 1912. Nació para ser el mayor barco de pasajeros del mundo de su época, y murió lentamente, agonizando entre las olas y combatiendo su propia leyenda pues, no era un barco imposible de hundir y no era un navegante invencible.
El PRI va en la dirección de reducirse a un partido satélite, patrimonial y acomodaticio.
— Socorro Ramírez O
¡El PRItanic! Derivado de ese partido político mexicano nacido en 1929 y devorado por el mar de la alternancia, luego de setenta y un años de hegemonía. Nació como un mecanismo para la armónica convivencia de los grupos de poder de su época, y muere lentamente; agonizando entre una organización interna anquilosada y el secuestro de una generación de funcionarios corruptos e indolentes.
Sin casa. El PRI de Aguascalientes, no tiene una sede. El edificio ubicado en avenida Adolfo López Mateos oriente, esquina con Cosío no le pertenece; el propietario de ese terreno es el gobierno del estado y tarde o temprano “las fuerzas vivas” del tricolor deben irse a vivir su fuerza a otro lado pues la fiscalización electoral ya detectó el problema y no hay manera de que se regularice esa situación.
Sin dirigencia. Desde marzo de 2021, Alito Moreno, tomó por asalto al PRI local y le arrebató la presidencia estatal. Son ya dos presidentes: un jalisciense, seguido de un zacatecano; los que a raja tabla impuso el desprestigiado presidente nacional de ese partido al frente del mando estatal priista.
Así, sin sede y sin liderazgo propios, sobrevive el PRI de Aguascalientes. Con la esperanza de su reanimación puesta en la gobernadora panista electa Teresa Jiménez, quien fuera su adversaria en la competencia electoral por un distrito federal y dos ayuntamientos en la capital. Mario Guevara Palomino, priista redimido y otrora un combativo crítico, sugiere con frecuencia en redes sociales, que la gobernadora electa será quien a partir de octubre de este año, mandará en el PRI Aguascalientes; habrá que ver lo que dice al respecto el vapuleado Alito Moreno. Vayamos ahora al panorama nacional.
El fantasma del PRI pasado. Como en el cuento navideño de Charles Dickens, se materializaron en esta cocina tres fantasmas: el verde, el blanco y el rojo, en representación de lo que fue, es y será el PRI.
El reciente fallecimiento del expresidente de México, Luis Echeverría Álvarez, obliga a observarlo como una figura representativa de lo que fue el partido aplanadora. De él escribió Luis Trejo Delarbre “Afectó intereses que lo etiquetaron y descalificaron. En su gobierno se cometieron infames abusos (…) la administración pública creció, no con propósitos clientelares sino para atender necesidades sociales, (…) Se crearon instituciones como la UAM y el INFONAVIT (…) El presupuesto de la SEP pasó de 8 mil a 38 mil millones de pesos. LEA gobernó con autoritarismo un sexenio cargado de contrastes”.
El fantasma del PRI presente. Cual fantasma de la ópera, se aprecia hoy a un revolucionario institucional con el rostro desfigurado por el estigma de la corrupción. Los tres últimos tramos del PRI en la presidencia de la república con Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y particularmente el de Enrique Peña, se caracterizaron por el crecimiento brutal del patrimonio perteneciente a titulares y familiares de sus funcionarios más relevantes. El enriquecimiento inexplicable y el desarrollo de negocios desde el poder, se volvió la constante. Se legitimó el nepotismo y las redes filiales de poder. En esos tres sexenios el PRI dejó atrás su sustento popular y se volvió a adicto a la aprobación de los líderes y órganos mundiales, pilares del neo capitalismo y rompió de a poco sus vínculos sociales.
El PRI no tuvo desde 1946 una recomposición orgánica acorde a las nuevas causas y grupos sociales, y se convirtió en una estructura cara e ineficaz políticamente.
El fantasma del PRI futuro. El PRI en el futuro es justo eso: un FANTASMA. Una sombra. Una marca de agua de lo que fue, pero que ya no será porque como todo imperio su caída se construyó internamente.
El otrora invencible PRI va en el camino de escriturarse a una triada de grupos políticos nacionales con tentáculos en la nueva derecha mexicana, liderada por el PAN e integrada, además del tricolor por el PRD.
El PRI va en la dirección de reducirse a un partido satélite, patrimonial y acomodaticio. Para su mala fortuna, el PRI no parece buscar la salida de histórica de una muerte digna, más bien parece empeñado en conservar hasta la eternidad su agonía; como un sol ardiente que tras su muerte se convierte para siempre en una enana blanca: una estrella muerta.
Nos vemos en la próxima, en esta su cocina.