En torno a la hegemonía
[bctt tweet=»hablar de hegemonía es hacerlo también de acción política, más en el escenario mexicano en que, el propio Presidente de la república habla del divorcio del poder económico del político» username=»crisolhoy»]
El otro aspecto del cual hay que partir es que hablar de hegemonía es hacerlo también de acción política, más en el escenario mexicano en que, el propio Presidente de la república habla del divorcio del poder económico del político, cuestión que como ya señalamos no ha podido concretar, aunque esté profundamente convencido de ello.
En este sentido inciden determinantemente en lo que sucede en el país, los acontecimiento y situación prevaleciente en lo económico y financiero en el ámbito internacional, donde todavía ese uno por ciento de la población mundial que detenta el poder por sobre el resto de los habitantes del mundo, determina el quehacer en prácticamente todas las naciones.
Ese pequeño grupo mundial es el que reproduce su poder y su hegemonía, a partir de una cultura individualista y de sujeción, que ha permeado en el mundo, para lo cual utiliza un sinnúmero de instrumentos como los medios masivos de comunicación; la desculturización, la educación y la iglesia. En mucho han logrado imponer su visión del mundo y si los anteriores elementos no son suficientes, recurren a la coerción y la amenaza. Apenas hace algunos días hemos recibido una andanada más de Donald Trump, que señala la presunta inefectividad del gobierno mexicano en la lucha contra el narcotráfico, sin recurrir al menor señalamiento autocrítico por todo lo que no han hecho en los Estados Unidos.
Por las buenas o por las malas, la oligarquía financiera internacional y sus instrumentos en distintos gobiernos, imponen su hegemonía, las políticas a seguir en los distintos países, so pena de su aislamiento y ahorcamiento sobre todo económico y comercial, como el imperialismo norteamericano le ha hecho con Cuba desde inicios de los sesenta.
Están donde están, porque no han cejado en sus pretensiones hegemónicas, ni han abandonado la lucha ideológica, a diferencia de su referente nacional, el cual, igualmente de activo en los hechos, por lo menos los partidos de derecha han abandonado el campo de la propuesta política, ganando terreno López Obrador desde las mañaneras y su acción cotidiana a ras de piso.
Los consorcios financieros internacionales han hecho su tarea, utilizando sus instrumentos. Pongo el caso de las calificadoras financieras, que con una clara visión neoliberal, han criticado casi desde el principio y sin cansarse al nuevo gobierno, esperando que al final se ciña a los dictados el capitalismo internacional y de políticas como la dictada por el Consenso de Washington.
No son escollos fáciles por sortear o problemas por resolver, lo que no quiere decir que sean fatales, en todo caso implicaría implementar una política de alianzas entre países y gobiernos progresistas o francamente de izquierda, con los cuales se pueda crear un contrapeso a nivel internacional. Un tema de coyuntura para hacerlo puede ser el plan impulsado y lidereado por el gobierno mexicano, para alentar el desarrollo en la región de Centroamérica, con el cual se pretende promover el arraigo de la gente en sus zonas, y así evitar los movimientos migratorios, sobre todo a los Estados Unidos.
El otro aspecto es el nacional, que implica varias cosas o elementos para fomentar y trabajar, como el fortalecimiento del Estado y del gobierno, donde el primero, más allá de recuperar el vulnerado papel que había jugado en anteriores regímenes, requiere su fortalecimiento y redimensión, encontrando su fundamento ético en la sociedad civil, en todo lo que ello representa.
Infiere tejer una relación y alianza con la sociedad, no sólo con los millones de mexicanos que en su momento sufragaron a favor de la opción hoy representada por López Obrador, sino con quienes podrían convertirse en verdaderos motores del cambio, en un proceso donde la hegemonía no sea la que aún mantienen los hombres del dinero.