Errores de horror

Errores de horror

CINE DE SIEMPRE

En realidad el título es irónico. No pretendo denunciar errores en películas, sino todo lo contrario.

Habría que ser sumamente meticulosos para encontrarlos, pero me atrevo a afirmar que no hay película en la que no se cuele uno que otro error, principalmente de continuidad. Que si la playera verde se vuelve rosa de un cuadro a otro, o que si desaparece el fleco o una trenza, o si el pelo es más corto o más largo, que si la puerta se abre sola, o que si se aborda un avión y se llega en otro, que si había un letrero pero ya no está, etc.

Nada de esto tiene importancia puesto que la trama no se afecta en absoluto. Y al cine se va, al menos yo, a disfrutar y no a hacerla de detective.

Puede usted encontrar una centena (o más) de canales en la web que se dedican a señalar errores de este tipo en películas, principalmente de Hollywood. En la mayoría de los encabezados dejan muy claro el motivo de señalar dichos errores: “Yo soy más inteligente que tú, porque yo me di cuenta y tú no”. ¿O viendo estos títulos no es lo que parece

Gwyneth Paltrow en El hombre de acero

12 errores de películas famosas que nunca habías notado”, “8 errores de películas famosas que nunca habías notado #2”,  “10 errores de la película TITANIC que nadie notó”, “10 errores en las películas que nunca habías notado”, “10 errores que no viste en las películas, “10 errores en tus películas favoritas”, y un largo etcétera; y sólo he mencionado algunos de los títulos que incluyen la soberbia de su creador “que nunca habías notado”, es decir, repito: “Tú no, pero yo sí”. Eso sin contar las muchas ‘aportaciones’ que se limitan a señalar los errores sin la grosera indicación de “que no te diste cuenta

Y a fuerza de repetir tantas veces las mismas escenas en unos y otros videos, nos ponemos más truchas cuando vemos otra vez tal o cual película, y nos damos cuenta que, efectivamente, hay dichos errores. ¿Eso cambia nuestra perspectiva de la película en cuestión? Me atrevo a afirmar que no.

Recuerdo que mi padre me platicaba de una película de cuando Raquel Welch estaba joven; en una escena de lcinta, situada en el tiempo de las cavernas, cruza por una esquina de la pantalla un avión. Por cierto, creo haber escuchado (yo no lo vi) que en Troya (2004), con Brad Pitt, sucede lo mismo.

¿Recuerda usted la anécdota aquella de un tipo, en una rueda de prensa donde se presenta la película Gravity, (2013) de nuestro paisano Alfonso Cuarón, le pregunta de que si fue difícil filmar en el espacio?… Evíteme la vergüenza de aclarar que esa pregunta la “capi…taneó” un hidrocálido. Ahora se defiende diciendo que fue una broma. No lo creo.

Como usted debe saber, muy raramente las películas se filman en forma lineal; es decir, el final puede ser lo primero en rodarse y viceversa. No creo necesario aclarar que si en diversos momentos de un filme se ve, digamos, el frente de una casa específica, esas escenas se filman de una vez y la producción no regresa cada  tantos días al mismo plató (set le dicen en inglés). Es obvio que el pelo de los actores no crece o se pierde en las horas que lleva el trabajo de esas escenas, pero puede acontecer que en la trama pudieran pasar días o meses; si somos muy puristas veremos que la dimensión del pelo, la barba, o peinados no corresponden del todo con lo que se vería “en la vida real”. Además, de un día para otro, según nuestro estado de ánimo o los problemas que arrastramos, nuestro semblante es distinto y por muy buenos actores que veamos en la pantalla, a veces esto es inocultable. La verdad es que nadie nota esos cambios porque nuestro interés está puesto en otro asunto. ¡Ah!, pero hablando de esos listillos “caza errores”, es distinto.

Me atrevo a asegurar que cuando alguien nos dice que encontró tal número de errores, y claro, lo dice con mucho orgullo, si le preguntamos detalles del conflicto o catarsis de la trama, no podríadecirnos gran cosa: porque no fue ver la película; fue a buscar errores.

A usted, seguidor de la saga de Piratas del Caribe, ¿le importa mucho que Johnny  Deep use un gorro Adidas?

A usted que adoró “Titanic”, ¿le importa mucho que en aquella memorable escena en la punta de la popa del barco, cambie ligeramente el barandal donde se recargan los actores?

Capítulo aparte es la ciencia en el cine. Seguro que el presupuesto ya por sí es muy elevado como para filmar unos 10 minutos extra, que es lo que tarda más o menos el cloroformo en dormir a una persona, si se lo administramos en un pañuelo. Entonces, ¿es en verdad muy denigrante que nos engañen haciéndolo actuar en segundos? ¿O que nos tengan acostumbrados a oír sólo un leve soplido cuando se dispara una pistola con silenciador, cuando se supone que el ruido debería ser mucho mayor? Y en escenas del espacio exterior, donde sabemos que no se propaga el sonido, ¿cómo sabríamos los diálogos si no nos los hicieran oír? ¿Disfrutaría usted toda la emoción de una explosión si sólo viera el estallido en luz sin el clásico ¡booom!? Creo que es más efectivo que nos mientan alterando esas leyes de la física, a tener que recurrir a los “santos letreros, Batman” de “puf”, “paw”, “cuaz”, etc.

Recuerdo aquella vieja serie inglesa de marionetas Los Thunderbirds, donde las naves viajaban hechos la… ¡muy rápido! Tanto, que podían ir de USA a Inglaterra en 5 minutos, o el Thunderbird  3 salir al espacio  por la mañana, y regresar a la hora de la comida a la base. Y a pesar de esa asombrosa velocidad, el humo de sus escapes apenas se mueve. Eso sin contar con que se aprecia con frecuencia polvo y humo… debajo del agua. Por cierto, si usted, aficionado a esta serie de TV, no vio la película del 2004, con Bill Paxton,  ¡Felicidades! Y no se le ocurra verla.

Como colofón voy a contar a usted un error de película que solamente podrían notar algunos aguascalentenses. En la película, La pasión según Berenice, (1976) de Jaime Humberto Hermosillo, y estelarizada por Martha Navarro y Pedro Armendáriz Jr., en algún momento el personaje de Armendáriz aborda el tren porque, y lo afirma el diálogo, viaja de Aguascalientes a la ciudad de México. El error, e insisto en que sólo pudo ser notado por algunos aguascalentenses, es que toma el tren que va a ¡¡Ciudad Juárez!! es decir, en la dirección opuesta.

Si en adelante usted nota algún error en alguna película, no  me lo diga por favor, y mucho menos me restriegue en la cara que “tú no te diste cuenta”.

 

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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