Gobernar con Encuestas: ¿Democracia o Riesgo?
En la era de la información, las encuestas han emergido como una herramienta poderosa para medir el pulso de la opinión pública. Sin embargo, la idea de gobernar basándose en encuestas y tomar decisiones políticas con base en sus resultados es un tema que ha generado un intenso debate en torno a su efectividad, legitimidad y los riesgos asociados. En este artículo, exploraremos los pros y contras de gobernar con encuestas y cómo esto puede influir en la elección de candidatos.
La Promesa de la Democracia Participativa
La noción de gobernar con encuestas se fundamenta en la idea de involucrar directamente a los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones. Proponentes argumentan que esto fortalece la democracia participativa al permitir que las voces de la población sean escuchadas de manera más directa. Además, se considera que al tomar en cuenta las preferencias y opiniones de la ciudadanía, los gobernantes pueden tomar decisiones más alineadas con las necesidades reales de la sociedad.
La Trampa de la Popularidad Efímera
No obstante, la dependencia excesiva en encuestas puede tener consecuencias negativas. La opinión pública puede ser volátil y sujeta a influencias externas, como tendencias mediáticas o eventos momentáneos. Gobernar basándose únicamente en encuestas podría llevar a decisiones impulsivas y cortoplacistas, sin considerar las implicaciones a largo plazo de esas elecciones. En lugar de liderar con visión y principios, los líderes podrían caer en la trampa de perseguir la popularidad efímera.
Ahora que el PRI de Alito Moreno sacrificara a Beatriz Paredes, nos deja un ejemplo de duda sobre la eficiencia de las encuestas. Porque no nos dicen oficialmente cuáles eran las encuestas con las que tomaron la decisión de mejor sumarse a Xóchilt Galvez como candidata del Frente Amplio Opositor.
¿Cuál era la tasa de rechazo a las marcas?, ¿cuantos ciudadnos fuera de los actores publicos eran los interesados en el proceso?
Si era evidente que poco tenia que hacer Beatriz Paredes en las encuestas publicadas por diferntes medios, sin embargo, el acudir a una cita democratica de un ejercicio tipo referendum, nos hubiera podido dar una perspectiva del tamaño real de la influencia de las marcas PAN, PRI, PRD, Xóchilt Galvez. Sin el ejercicio del domingo 3 de septiembre de 2023, todo queda en un acuerdo cúpula que esconde el tamaño del musculo real de convocatoria. ¿Acaso sabian que no lo tienen y por eso mejor sacrifican a un cuadro para evitar la burlas?
La Perversión de la Autenticidad
La elección de candidatos basada en encuestas también plantea interrogantes sobre la autenticidad de los líderes políticos. Si los políticos ajustan sus posturas y discursos simplemente para coincidir con las tendencias de opinión, ¿están realmente representando sus creencias y valores, o están sacrificando su autenticidad en aras del poder? La política basada en encuestas corre el riesgo de convertir a los líderes en meros reflejos de lo que el público desea ver, en lugar de ser agentes de cambio genuinos.
El Equilibrio Entre Representación y Responsabilidad
La clave para gobernar con encuestas de manera efectiva podría residir en el equilibrio. Si bien es esencial considerar las opiniones y necesidades de la ciudadanía, los líderes también deben asumir la responsabilidad de tomar decisiones informadas y éticas. En lugar de simplemente seguir la corriente de las encuestas, deben considerar las consecuencias a largo plazo, basarse en evidencia sólida y mantener su integridad como líderes.
Por otro lado el uso desmedido solo nos lleva al camino del populismo, en donde la idoelogia y los proyectos de gobierno secumben a un tipo de información basada solamente en la metrica de lo instantaneamente popular.
Más Allá de las Encuestas
Gobernar con encuestas puede ser una herramienta valiosa para medir el pulso de la opinión pública y permitir la participación ciudadana. Sin embargo, su uso debe ser complementario, no exclusivo. La toma de decisiones políticas debe basarse en un análisis exhaustivo, en principios sólidos y en la búsqueda del bienestar a largo plazo de la sociedad. La verdadera democracia no solo escucha, sino que también lidera con responsabilidad y visión, trascendiendo las fluctuaciones temporales de las encuestas.
