“MISIÓN DE RESCATE 2” (“EXTRACTION II”) – NETFLIX
Después del bodriazo que padecimos hace un par de años en la forma de ésa primera parte sobre un súper mercenario australiano llamado Tyler Rake que rescataba al hijo de un mafioso hindú (¡?) de la ciudad de Dakar en Bangladesh, pues pensé tomar mi bendito tiempo para revisar ésta secuela de reciente estreno en Netflix porque después del desparrame neuronal que significó “Flash” sentí que le debía más apapacho a mi materia gris antes de someterla a lo que creí un churro relleno de trivialidad cinematográfica.
“Misión de Rescate 2” terminó siendo, para nuestro beneficio, una película más aceptable y mejor escrita que la anterior con un trabajo de tónica y ritmo más detallado y con un Chris Hemsworth más adepto e interesante como personaje protagónico sin que el resultado final sea una maravilla, pero al menos no lacera al intelecto con el mismo cinismo que la primera parte, que no deja de ser una excusa muy débil para recomendar lo que en esencia es una retahíla de balazos, explosiones, persecuciones, trancazos y momentos de caladura dramática de aquellos que dejarían henchida de orgullo a Yolanda Vargas Dulché. Es así que la cinta inicia pocos minutos después de haber finalizado la primera aventura con un Tyler Rake (Hemsworth) hospitalizado bajo los cuidados de su amiga y compañera de mercenarias andanzas Nik Khan (Golshifteh Farahani). Una vez recuperado se entrega a una vida de abandono en una gélida cabaña boscosa hasta que un personaje misterioso (Idris Elba) le encomienda otra misión: salvar a una mujer y sus hijos de una prisión donde están a merced de un maleante georgiano llamado Zurab Radiani (Tornike Gogrichiani) en un conflictivo punto de Europa del Este.
Rake acepta y la trama no dejará ninguna roca narrativa por voltear ni cliché dramático por exprimir cuando nuestro protagonista se enfrente a Zurab y posteriormente trate de poner a salvo a sus custodios, incluyendo un insoportable adolescente de nombre Sandro (Andro Japaridze) que repudia a Rake por haber asesinado a su tío, hermano de Zurab, durante el proceso de extracción.
El guion procura ponerle más atención a las motivaciones de los personajes y aquí las inadecuaciones paternas son esenciales para comprender aunque sea un poco por qué el villa no se comporta como lo hace y a su vez el hijo también, mientras que el director Sam Hargrave, quien repite en ésta actividad después de encargarse de la cinta previa, templa más y mejor la cámara dando más cuerpo y fondo a la puesta en escena pero cayendo en la típica tentación de los nuevos narradores de acción aventándose otro innecesario plano secuencia fake (ahora de 21 minutos como para superar los 10 que filmó para la primera parte) para demostrar que las puede sin considerar que éstos recursos deben justificarse narrativa y formalmente.
Pero esto forma parte de la receta para los modernos filmes de éste tipo: más acción, más sangre, más violencia y más lucimiento técnico ahora que el montaje digital puede crear ilusiones tan palpables como tomas que mágicamente traspasan espacios físicos imposibles de lograr sin asistencia computarizada nomás para apantallar al público, por lo que estaría muy bien ponerles a éstos señores como Hargrave o Chad Stahelski “La Soga” de Hitchcock para que comprendan para qué es, cómo se usa y cuál es el sentido del plano secuencia. Pero digresiones aparte, “Misión de Rescate 2” es ése cine palomitero y banal que cumple su función con corrección que sólo sabe a algo con nachos y refresco y no con sesos.