Joaquín Pardavé: inolvidable comediante del cine mexicano
A POPÓSITO DEL CINE NACIONAL
JOAQUÍN PARDAVÉ ARCE
* 30 – IX – 1900 –– † 20 – VII – 1955
En el cine mexicano ha habido muchos buenos actores, buenos directores, buenos guionistas, y sobre todo (el mundo lo reconoce) buenos técnicos: iluminadores, fotógrafos, ambientadores, etc. Sobre todo en la llamada Época de oro del cine nacional. Pero actores que además hayan sido directores hay varios, como los mismísimos Hermanos Soler. Hay otros que además de actores y directores, fueron grandes guionistas, como Carlos Orellana, pero sin duda, el más grande de todos; uno que además de guionista, director y actor, era compositor. Este personaje que lo mismo era protagonista que co-protagonista o simple actor de reparto, pero que era imposible que no se notara su presencia en la pantalla. Director de muchas películas, algunas de ellas escritas por él mismo, y no hablamos de ningún galán, al contrario, su figura más bien regordeta y de guapura extraña, eran fácilmente escondidas tras el enorme talento de este hombre, autor además de numerosas canciones del repertorio popular: Joaquín Pardavé.
Joaquín Pardavé Arce nació en 1900, el 30 de septiembre, por mera casualidad en Pénjamo, Guanajuato; sus padres, actores españoles de la legua, y en esos días la gira de su Compañía pasaba por aquel lugar. Lo cierto es que, aseguran, Pardavé amaba a Pénjamo y con frecuencia se le veía ahí paseando rodeado de amigos.
Antes de entrar al mundo del espectáculo, Pardavé fue telegrafista en los entonces Ferrocarriles de México. Un tío suyo de nombre Carlos tenía una compañía de zarzuela, a la que Joaquín se incorporó en la Cd. De México.
Actuó también en las carpas tan en boga en aquellos tiempos, al lado de Roberto “El Panzón” Soto, padre de Fernando Soto Mantequilla. Ahí, en las carpas conoció a Soledad Rebolledo, la que sería su única esposa y a quien le compuso la célebre “Varita de nardo”.
En cine debutó en la película “Viaje redondo” (1920). En 1938 hizo una película llamada “La tía de las muchachas”, y en 1940 “Ahí está el detalle”, la primera película estelar del gran mimo mexicano Cantinflas. Ambas películas, “La tía de las muchachas” y “Ahí está el detalle”, fueron luego vueltas a rodar por Manolín y Shilinsky (Manuel Palacios y Estanislao Shilinsky), con mucho menos éxito, desde luego.
No creo que haya ningún actor de ese tiempo que no haya filmado al menos un fragmento al lado de este virtuoso del cine: Pedro Infante, los Hermanos Soler, Cantinflas, Luis Aguilar, Sara García, Marga López, Antonio Aguilar, Columba Domínguez, Silvia Pinal, Ernesto Alonso, José Elías Moreno, Emilio El Indio Fernández, y muchos otros. Quizá el único ausente sería Jorge Negrete.
Este polifacético actor lo mismo hacía de mexicano, que de libanés “El baisano Jalil” (1942) o “El barchante Neguib” (1945), como de español en “Los hijos de don Venancio” (1944) y luego “Los nietos de don Venancio” (1945), o de abuelo de Marga López en “Mi adorada Clementina” (1953), pese a que por entonces sólo contaba con 52 años de edad.
Joaquín Pardavé actuó en la que muchos consideran la película “emblema” de esta añorada época de oro: “Cuando los hijos se van” (1941), pero sin duda el mejor de sus papeles como actor es en aquella “México de mis recuerdos” (1943) inolvidable como Don Susanito Peñafiel y Somellera, aunque, claro. Igualmente entrañables son el gran Makakikus, o Pompeyo el conquistador, o el Don Simón, de “Qué tiempos señor Don Simón” o el burlado don Hermógenes de alabastro de “El sombrero de tres picos”.
Fue el director de 22 películas como “El casto Susano”, “Doña Mariquita de mi corazón”, “Dos pesos dejada”, “La barca de oro” o “Adiós juventud”, entre otras. Como escritor podemos citar “Una gallega baila mambo”, “El ropavejero”, “La reina de la opereta” o “Los hijos de don Venancio” y desde luego “Los nietos de don Venancio”. Y otras hasta sumar 28 historia, unas originales y otras sólo adaptaciones.
¿Y como compositor? ¿Cómo resumir en unas cuantas líneas 120 canciones que escribió a lo largo de su no tan larga vida. Grabadas por muchos artistas tanto vocales como instrumentales… entre sus canciones más famosas están,:
Negra consentida, Varita de nardo, La Panchita, La mujer ladina, Falsa, No hagas llorar a esa mujer, Ventanita morada, Aburrido me voy, o Bésame en la boca, por mencionar sólo algunas.
El 20 de julio de 1955 falleció a causa de un derrame cerebral, causado por una hipertensión descontrolada.
Si de Pedro Infante o de Elvis Presley, han dicho que no murieron; o lo del surimi de Ninel Conde, ¿Por qué no habrían de inventar cosas de Joaquín Pardavé? Alguien hizo correr el rumor de que a Joaquín Pardavé lo habían enterrado vivo, y que se dieron cuenta porque a los pocos días de inhumado, tuvieron que exhumarlo para sacarle el testamento que se había dejado en el bolsillo del saco. ¡Háganme el favor! Ninguna autoridad daría el consentimiento para abrir una tumba con este pretexto tan estúpido. En su tiempo, y aún ahora, los sobrinos de Pardavé (nunca tuvo hijos) se han encargado de decir que jamás había sido abierta esa tumba, hasta hace pocos años que falleció la viuda, pero la leyenda sigue sumando adeptos. No crea en cosas absurdas; Joaquín Pardavé no fue enterrado vivo, o… bueno, si usted lo cree está bien, después de todo, ¿Qué sería de nuestro folclor sin estas historias ridículas?
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