La fina conexión entre el cerebro y el estómago

La fina conexión entre el cerebro y el estómago

El cerebro y el estómago, aunque parecieran órganos independientes, tienen una relación sorprendentemente profunda y compleja. Ya existen diferentes fundamentos que declaran como se vinculan y más allá de eso, ¿recuerdas cuando te quedaste sin comer por seguir trabajando? ¿Qué sucedió aquel día que hiciste mucho ejercicio y no había algo para beber? Habría que recordar la anécdota donde te produjo un placer infinito ese platillo saboreado hasta con los dedos. Durante mucho tiempo, la ciencia y la medicina los trataron como sistemas aislados; sin embargo, en las últimas décadas, la investigación ha revelado que estos dos órganos mantienen una comunicación bidireccional constante y esencial para el bienestar general. Esta conexión, conocida como el «eje intestino-cerebro», nos muestra cómo los estados emocionales y la salud mental pueden afectar la digestión y cómo, a su vez, el sistema digestivo influye en el estado de ánimo, las emociones y los procesos cognitivos.

El eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional que involucra principalmente al sistema nervioso central, el sistema nervioso entérico, el sistema inmunológico, y el sistema endocrino. A través de esta conexión, los neurotransmisores, las hormonas, las bacterias intestinales y otras señales químicas se transmiten en ambas direcciones, enviando información crucial sobre el estado de ambos sistemas.

Uno de los aspectos fundamentales de esta relación es el papel del sistema nervioso entérico, llamado «segundo cerebro» debido a su gran cantidad de neuronas. De aquí se han basado mucho técnicos y eruditos para justificar el tema. Uno de los descubrimientos más notables en la investigación del eje intestino-cerebro es el papel de la microbiota intestinal, que es la comunidad de bacterias, virus y hongos que habitan en el tracto gastrointestinal.

La microbiota no solo es responsable de funciones digestivas, sino que también afecta profundamente la salud mental. Las bacterias intestinales producen neurotransmisores, como la serotonina, y compuestos que pueden atravesar la barrera hematoencefálica e influir en los procesos del cerebro.

a relación cerebro-estómago es evidente en situaciones de estrés. Durante episodios de estrés crónico, el cuerpo libera cortisol, una hormona que afecta tanto al cerebro como al intestino. Recordar los momentos donde hemos estado bajo presión y su la manifestación está claramente en la pérdida del apetito o en algún dolor abdominal. El aumento en los niveles de cortisol puede desencadenar reacciones en el sistema digestivo, como una menor producción de ácido gástrico y alteraciones en la motilidad intestinal, lo que puede provocar síntomas como diarrea o estreñimiento. Asimismo, el estrés puede influir en la composición de la microbiota intestinal, favoreciendo el crecimiento de bacterias nocivas.

La alimentación es fundamental para mantener una microbiota saludable; los alimentos ricos en fibra, probióticos y prebióticos pueden mejorar la diversidad bacteriana en el intestino, beneficiando así el estado emocional. También se ha encontrado que técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la terapia cognitivo-conductual y el ejercicio físico, no solo ayudan a mejorar el estado emocional, sino que también promueven una función digestiva más regular y equilibrada.

En conclusión, la relación entre el cerebro y el estómago va mucho más allá de una conexión funcional: es una relación simbiótica donde los estados físicos y emocionales están intrínsecamente vinculados. El equilibrio está entre la calidad y cantidad de alimentos, en la forma que comemos, en el lugar con quien disfrutamos y en la prisa que tenemos.

Ignacio González Cervantes

es escritor, en su carrera ha escrito TRES LIBROS, el más reciente "Cambio Organizacional" la penúltima una investigación "Recetario de Empresas Familiares exitosas". Así mismo, es articulista sobre temas de arte, tecnologías, cine, cultura, educación donde aporta su punto de vista desde hace 14 años. Es también productor de vino de mesa con su reciente etiqueta "Gosaarte". Actualmente es estudiante de la licenciatura en Psicología.

Ignacio González Cervantes

es escritor, en su carrera ha escrito TRES LIBROS, el más reciente "Cambio Organizacional" la penúltima una investigación "Recetario de Empresas Familiares exitosas". Así mismo, es articulista sobre temas de arte, tecnologías, cine, cultura, educación donde aporta su punto de vista desde hace 14 años. Es también productor de vino de mesa con su reciente etiqueta "Gosaarte". Actualmente es estudiante de la licenciatura en Psicología.

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