La guerra y la paz…Cronicas de un soldado de la vida

La guerra y la paz…Cronicas de un soldado de la vida

[bctt tweet=»La vida es una búsqueda constante de miedos, aprendizajes, respuestas, personas, vidas… » username=»crisolhoy»]

La guerra y la paz… en un mundo donde todo es posible…

Sombras que aparecen y desaparecen de la nada, cual viles sicarios que amenazan las sombras de la noche mientras un pequeño foco, resguarda la integridad de mi tranquilidad  en un pequeño rincón de mi casa

Sin querer me quedo viendo fijamente a un punto de la pared, pensando en todo y nada

Otra vez el desvencijado cucu que cuelga de la pared, anuncia el final del día…

Nada se mueve… mis perros duermen apaciblemente debajo de mi escritorio,  mientras escucho apaciblemente un grillo entonar su melodiosa voz en algún rincón que no alcanzo a encontrar.

Me encuentro cansado el día de hoy… dormí casi todo el día… Día que podría comparar a un capítulo del llano en llamas… “Los había visto por primera vez al pardear de la tarde, en esa hora desteñida en que todo parece chamuscado (Diles que no me maten.)”

Con mariposas en el estómago  mientras termino de leer una paradoja que me hace pensar en el tiempo y en el espacio.

El corazón anestesiado  por falta de capacidad para tener emociones  que antes eran una cualidad de la edad y no de la razón.

La razón no era un factor limitante… a veces la sinrazón era un revolver encañonando   mi pecho que me hacía llegar a lugares insospechados.

Era como sentir la adrenalina  de dar vueltas al tambor del revólver, sin saber dónde se encontraba alojada la única bala que apostaste.

Mirando fijamente el oscuro y frio cañón que antes temías tremendamente.

Hoy no era más que una mirada desafiante  a aquellas cosas que estaban ocurriendo y que no tenían sentido.

¿Desde cuando las cosas cambiaron el sentido de lo que percibías ante tus ojos?

Tenía algunos meses que no bailaba con el diablo bajo la pálida luz de la luna.

Números y letras que mis ojos abalanzaban sobre mi mente intentando encontrar una respuesta a tan incansable búsqueda.

La vida es una búsqueda  constante de miedos, aprendizajes, respuestas,  personas, vidas…

Una búsqueda constante de imágenes etéreas que buscan darle paz a tu alma sin saber a veces que estás buscando.

A veces por accidente encuentras lo que buscas, pero llegado el momento te preguntas si realmente eso era lo que buscabas.

Mientras en las latitudes más recónditas de tu mente, vuelven los estragos más eficientes de tu mente que no puede estar quieta, ante los cúmulos de pensamientos que asaltan la noche, intensificando la tragedia, el estupor y los pensamientos amplificados a su máxima expresión.

Y esa opresión que te cobija el pecho, acelera tu corazón y prende tu alarma sísmica, donde quisieras que todo fuera más sencillo.

Pero no… no tendría sentido si los retos no fueran más difíciles cada día.

Es como ejercitar tu cuerpo… tu mente se vuelve más fría, más fuerte, más decidida.

Sabes que no hay nada que te haga doblegarte… aunque por dentro estés doblado y caído.

La vida te enseñó que cada día era una nueva oportunidad para aprender… para ser, hacer y tener.

En ese orden… aunque cuando iniciaste el aprendizaje ese orden estaba revuelto.

Y aunque sabes que has evolucionado lo suficiente para entender las cosas desde otra perspectiva,  jamás terminas de aprender cosas nuevas… te aburres, no sabes, vuelves a aprender y a desaprender lo que creíste aprendido… y te das cuenta que  mientras más tiempo pasa, no sabes absolutamente nada… todo son conjeturas… nada aparenta ser verdad… y todo aparenta ser mentira.

Divisas el horizonte con otros ojos que distan mucho de ser lo tuyos…

Es el tiempo que te enseña sabiamente a ser paciente para esperar lo que tiene que llegar… así sea la misma muerte

Vivimos como si jamás fuéramos a morir… y morimos como si jamás hubiéramos vivido.

Y en esa transición y consumo de estupefacientes  morales y letargos físicos, te das cuenta que hubieras deseado no creer en lo que creías hace 20 años.

Mientras te das cuenta que la droga que consumes,  es adrenalina derivada de ciertos episodios de ansiedad, resultado de la vida que actualmente vivimos.

Donde no has aprendido todavía a vivir el presente sin recordar el pasado y querer saber el futuro.

Bendita intolerancia a la incertidumbre

Que necios fuimos al desear ser adultos.

Aunque el aprendizaje vivido era una obligación.

Era la obligada transición hacia el universo desconocido, que albergaba el hambre de conocimiento que a la postre nos hace ser como somos… Únicos e individuales.

Incapaces de entendernos los unos a los otros.

Pero  capaces de ser tan frágiles y tan fuertes como solo un ser humano sabe hacerlo.

Tan egoístas y tan dadivosos como nuestro ego solo nos permite creer serlo.

Tan incongruentes y tan falaces en nuestras convicciones, que cambian de aire con el paso del tiempo de acuerdo a las experiencias  vividas y libros vividos, que han sido escritos con nuestra propia sangre.

Lágrimas de recuerdos que han sido capaces de perforar la roca de la vida.

La muerte de los días; la muerte de personas, de lugares, que te hacen añorar recuerdos, que solo siguen vivos por el viento que escuchas… que es el mismo que hace veinte años escuchas. Ese no se ha ido.

Sombras  que desaparecen lentamente antes de llegar a la media noche, que me avisan que es tiempo de dejar de escribir, de pensar, de añorar…

Y dejan el revólver cargado arriba de la mesita de noche…

Nadie más lo ve… solo yo…

Sé que han de volver esas sombras, vestidas impecablemente de negro, cubriendo su rostro para no ser identificados. Y  volver a tomar el revólver para ponerlo sobre mi cabeza, con la intención desesperada de apaciguar unos demonios… para despertar a otros… pero  no disparan.

Hace mucho tiempo dispararon… me hirieron, me mataron…  

Pero ahora saben que no tengo miedo.

Todos los días, llegan con la misma intención… a veces llegan cansados y no intentan amedrentarme… Sé que también mis demonios se cansan…

Hasta los demonios buscan paz de vez en cuando.

Hasta los ángeles buscan guerra de vez en cuando.

La guerra y la paz… en un mundo donde todo es posible…

Donde la paz y la guerra coexisten en una mente y se extienden tan profundamente como al mismo universo.

Y se repiten en ciclos eternos.

Aquí, y ahora… en el pasado, presente y en el futuro.

Padezco a veces de exceso de pasado y de exceso de futuro…

¿Soy humano… quien podría culparme?

Solo podría culparme aquel que no ha vivido lo suficiente para haber aprendido de sus propias tragedias y desamores.

Shalom

Que tengan excelente inicio de semana.

[amazon_link asins=’6071622263′ template=’ProductCarousel’ store=’200992-20′ marketplace=’MX’ link_id=’de91044d-d08a-11e8-98de-db3a092552ed’]

Sergio Peregrina Castañeda

Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Contador público de profesión y escritor por afición… "Tengo casi 42 años, y nací viendo las cosas y la vida desde una perspectiva diferente." Si usted desea añadirme a sus redes sociales, o desea que escriba sobre algún tema en específico.

Sergio Peregrina Castañeda

Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Contador público de profesión y escritor por afición… "Tengo casi 42 años, y nací viendo las cosas y la vida desde una perspectiva diferente." Si usted desea añadirme a sus redes sociales, o desea que escriba sobre algún tema en específico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!