LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA
Que mejor manifestación democrática puede haber en el país, que el pueblo se manifieste en las urnas de manera libre, para definir el camino que desee, el proyecto alternativo de Nación que se acerque a sus aspiraciones y gustos. Esto podría pasar el próximo dos de junio, día de la jornada electoral, donde más de veinte mil puestos de elección popular están en disputa y casi cien millones de mexicanos podrá participar.
El pueblo y los electores tienen la palabra y en esa lógica se mueven todos los actores políticos, partidos, expresiones de la sociedad civil, intereses de distinto tipo, que están en su derecho de pensar y decir lo que crean conveniente, pero no necesariamente hablar por los demás, como muchas veces así ocurre.
Actualmente el país está dividido y polarizado, hay dos visiones encontradas, aunque la mayoría de los mexicanos apoye al grupo en el gobierno. La derecha potencializa la real magnitud que tiene e intensifica sus acciones. Uno de los principales contenedores es sin duda el presidente de la República y las mañaneras. Desde ahí se da respuesta puntual a las acciones del conservadurismo y se define la agenda política nacional. Pero qué podría pasar al respecto cuando ya no esté, precisamente en octubre próximo, No hay seguridad de que la continuidad de la que se habla con el nuevo gobierno, asegure una función como la antes señalada.
Como hace años, la derecha ha convocado este 18 de febrero una marcha nacional por la democracia, levantando una montaña de falacias en su convocatoria, La cuestión es que algunos despistados se la creen y con esas banderas acudirán a las plazas públicas del país y al Zócalo capitalino, donde hablará como único orador el expresidente del INE Lorenzo Córdoba, que se ha convertido en el Juan Nepomuceno Almonte del XXI.
Humberto Martínez Guerra, presidente de la asociación civil Sí Por México y promotor en Aguascalientes de la manifestación citada, “argumentó contra el totalitarismo, señalando el éxito histórico de sistemas con equilibrios de poder para salvaguardar la democracia”.
“Debemos exigir al INE que haga bien su trabajo porque es el garante de la democracia, así como deben cumplir su función cada institución en lo que le corresponde. Esto es un respaldo a la fortaleza de las instituciones del país”.
El problema es que su visión corresponde a la del antiguo régimen, a la defensa de posturas que no aceptan otras medidas que no sean las suyas, con lo que promueven lo que dicen atacar: la confrontación y la polarización, el fomento del odio y la no aceptación de lo que piensen y digan los demás. Ya veremos esto en los discursos que se den en los próximos días.
Esto pudiese ser el rasgo de las próximas semanas, ya cuando estemos en lena campaña electoral, que inicia el primero de marzo. Se vale la confrontación de ideas y propuesta política planteadas por los partidos y sus candidatos (as), no así el choque de trenes.