Mercado, estado y sociedad civil

Mercado, estado y sociedad civil
 ASI VAMOS

Estamos en período electoral. Se habla y se discute sobre la oposición Mercado-Estado. Nosotros pensamos que ésta es una falsa polémica impregnada de falacias y de intereses. 

Los procesos sociales son mucho más complejos de lo que implica el reduccionismo: Mercado-Estado. Lo que hay es una relación compleja de la sociedad civil para constituirse ella misma y para integrar elementos que le son propios, como son el mercado y el estado.

El aspecto clave de la sociedad civil está dado por el conjunto de imágenes y elementos simbólicos por medio de los cuales, los integrantes de la misma, se pueden relacionar. Además, hacen posible que en la sociedad se forme una identidad, es decir, que se modele una conciencia colectiva de sus integrantes; esta identidad social es el factor clave de cohesión interna de los elementos humanos de la sociedad y marca la diferenciación frente a las otras sociedades existentes.

Quedarse en la oposición Mercado-Estado, es mantener un reduccionismo mecánico de lo social. Lo social se puede analizar bajo varios ángulos; por ejemplo, cuando se quiere priorizar lo económico, se pueden estudiar el trabajo, el mercado y el estado, los cuales integran las condiciones de cohesión y reproducción social.

Las relaciones que conducen a la cohesión y reproducción. Nótese que éstas se forman en su inicio, por el conjunto de imágenes y elementos simbólicos que permiten la comunicación y establecen la identidad social. Sin este lenguaje simbólico, que permite la comunicación y la identidad, no podría haber mercados (imposibilitados por la carencia de comunicación), el trabajo no existiría (ya que no se podría ni concebir ni organizar) y el estado sólo podría tener en la fuerza, el único elemento de legitimidad.

La sociedad está muy lejos de reproducirse en la armonía, por el contrario, vive un conjunto de fuertes tensiones: diferencias de clases sociales, lucha por el poder político y monetario, búsqueda de una identidad personal en el interior del proceso social, relaciones personales guiadas por la dinámica dominante-dominado, lucha por adquirir los medios para obtener la satisfacción de necesidades básicas y de las necesidades sociales (relaciones públicas, afecto, prestigio, etc.) y demás.

Casi todas las relaciones sociales son complejas y contienen elementos de tensión y conflicto, junto a los de cohesión y reproducción. De esta forma, el estado y el mercado, como componentes de lo social, están marcados por esta doble relación que genera al mismo tiempo cohesión y tensiones.

Cuando se ve al mercado y al estado como componentes en los que ambos integran lo social y no solamente como oposición (tal y como lo subrayan neoliberales y estatistas), se comprende mejor la estructura y las funciones que desempeñan. Desde el punto de vista de nuestros análisis, ni el estado ni el mercado configuran el aspecto central de la sociedad actual sino y el papel central lo debería tener ahora la sociedad civil. Desde el enfoque que proponemos, lo clave ya no es ni el estado ni el mercado sino el conjunto de la sociedad civil, su cohesión y su reproducción.

Hay tensiones importantes que se suelen generar en los mercados, por ejemplo: monopolios, bajos salarios y excesiva especulación. La intervención del estado en la economía también puede generar graves problemas en la misma, como son: decisiones que se toman desde el poder con el objetivo de reproducir el poder existente; uso del poder del estado para bajar los salarios y aumentar las ganancias; la corrupción gubernamental.

La solución no se encuentra en el falso dilema de más mercado o más estado ya que en ambos pueden surgir deformaciones y tensiones muy importantes. La historia reciente de México está llena de ejemplos de deformaciones y tensiones provenientes del mercado y del estado.

No necesitamos más estado o más mercado ya que, prácticamente, hemos vivido las extralimitaciones de ambos. Desde nuestro punto de vista, lo que realmente necesitamos es una sociedad civil más fuerte y vigorosa que sea capaz de conducir su propia reproducción social y económica. Lo que realmente marca la crisis económica, social y política que vivimos es la presencia de una sociedad civil desfalleciente frente a los poderes del estado y del mercado.

Lo que necesitamos es un poder y un mercado al servicio de la sociedad civil y no una sociedad civil al servicio del poder y del mercado. Necesitamos también un Estado muy diferente al que hoy padecemos y un mercado mucho menos oligopólico del que hoy nos domina.

+ Juan Castaingts Teillery, Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

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