MISIÓN GÉNESIS: Cuento catastrófico de Ficción científica.

MISIÓN GÉNESIS: Cuento catastrófico de Ficción científica.

El mundo estaba llegando a su fin. No como consecuencia de agoreras profecías ni por erráticos meteoritos; ¡Vamos!, en realidad no era el planeta quien moría, sino la Humanidad. El virus aquel descubierto en el año 2019, razón para ser bautizado como COVID-19, había mutado muchas veces, haciendo ya imposible su control.

Si el virus no podía ser sacado de la humanidad, pues se pensó en sacar a la humanidad del virus.

Año 2024. Dos años antes, diversos organismos se dieron a la tarea de elegir parejas jóvenes, biológica y fisiológicamente perfectas, y sobre todo sanas, para viajar en una modernísima nave espacial en busca de algún otro planeta donde comenzar, literalmente, una nueva vida para la Humanidad.

En efecto; estas parejas, diez para ser exactos, fueron instruidos como modernos Adán y Eva.

Cada una de estas parejas cumpliría una función importante en la nueva civilización. Una pareja estaba formada por médicos; otra por teólogos; otra por pedagogos; otra era de filósofos; y las parejas restantes, científicos de diversas disciplinas.

El proceso no era simple. Todo lo contrario, pero era la última esperanza de preservar al género humano y llevarla fuera de un planeta pronto, inhóspito.

Previamente fueron llevados a la Base Lunar, en diferentes viajes, todos los componentes de la gigantesca nave espacial requerida para la Misión Génesis, pues una nave de semejante tamaño, jamás tendría la fuerza necesaria para alcanzar la velocidad de escape desde la tierra, y de poder hacerlo, causaría la desintegración de los astronautas, el gasto de combustible sería astronómico, y por supuesto, el riesgo de fracaso se podría multiplicar por mil.

Ya en la Luna, serían sometidos a una técnica llamada: animación suspendida, o A-S. Y colocados en cámaras especiales dentro de la Nave Madre, inhalarían un gas de composición secreta para reducir sus funciones vitales casi por completo pero manteniéndolos con vida, para ser resucitados luego de los años requeridos para alcanzar ese ignoto planeta, cuna de la nueva humanidad.

La tripulación cumplirá su misión, consistente en poner la nave en la dirección adecuada, revisar el correcto funcionamiento de todos los sistemas automáticos, y esperar morir en el corto tiempo. Ellos, los tripulantes, sin el tratamiento de A-S, vivirán algunos años antes de morir de “muerte natural”.

Las modernas computadoras JCN™, a prueba de fallos serán las encargadas de activar el proceso para sacar a los viajantes de la A-S, y de proveerles de las instrucciones de comportamiento, según sean las características del nuevo planeta.

El último viaje a la luna antes de partir definitivamente en busca de ese futuro para el Hombre, partió de la tierra a finales del año 2025. La enorme nave intergaláctica abandonó la luna en los primeros días del año siguiente.

Jamás se sabrá si la esperanzadora misión tendrá éxito: se prevé que su viaje dure bastante más de un siglo.

Se tuvo conversación con la nave con alguna frecuencia mientras viajaba dentro del Sistema Solar, y hoy, año de gracia 2048, llegó al Centro de comunicación de la Misión Génesis, la última señal de la nave. Pero nadie en la tierra la escucharía. Hace dos semanas, el virus acabó con la vida de la última persona en la tierra.

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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