Sobre la Elección de magistraturas en Aguascalientes

La reciente aprobación de la lista de candidatos para las magistraturas y juzgados en Aguascalientes ha generado una serie de cuestionamientos que ponen en entredicho la transparencia y legitimidad del proceso de selección. Con 19 votos a favor, 7 en contra y una abstención, el Congreso local dio luz verde a un listado que, según denuncias ya vertidas en los medios de comunicación, incluye militantes activos de Acción Nacional, funcionarios del actual gobierno del Estado de Aguascalientes, así como personas con poca credibilidad y menos aún trayectoria en el mundo jurídico, al que dicen quieren insertarse de manera profesional. Estas faltas según la convocatoria también han sido denunciadas públicamente por la oposición representada por Morena en el Congreso del Estado de Aguascalientes y voces disidentes que han encontrado espacios en medios de comunicación y redes sociales. Aun así el congreso en manos de acción nacional da golpe mayoritario y proclama a la fuerza de la oligarquía su decisión de legitimar lo que a todas luces cuenta con vicios y falta de honestidad por parte de los legisladores de acción nacional, sumando un nuevo caso más de corrupción en Aguascalientes.
No contentos con jugar con la credibilidad de diferentes ciudadanos que creyeron que pudiera existir un proceso transparente, ahora también sabemos que en la lista definitiva del Congreso para aspirantes magistrados existen candidatos FANTASMAS (VER: Avanzan «aspirantes fantasma» a la etapa final en la elección judicial de Aguascalientes), “menos siete de los “aspirantes fantasma” -que no se inscribieron pero sí hicieron examen-, lograron avanzar a la etapa final del proceso de selección.”
Al respecto el diputado de Morena, Fernando Alférez Barboza, ha señalado que militantes de partidos como el PAN y el PRI fueron evaluados y avanzaron en el proceso sin haberse registrado oficialmente. Esta situación sugiere una posible injerencia política y favoritismo en la selección de perfiles, lo que compromete la imparcialidad que debería caracterizar al Poder Judicial.
Intervencion de Fernando Alferez Barbosa
Además, se ha cuestionado la inclusión de candidatos previamente rechazados en otros procesos, quienes ahora aparecen en las listas finales. Este hecho no solo genera dudas sobre los criterios de evaluación utilizados, sino que también afecta la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de impartir justicia.
Esta voracidad por ocupar espacios en las magistraturas refleja una sed no solo de poder, es ante todo un comportamiento propio de bandas del “crimen organizado”, que rebasan los intereses individuales profesionales a costa de la quien sabe cuantos compromisos y compraventas de conciencia y almas.
Es imperativo que las autoridades responsables brinden una explicación clara y detallada sobre las irregularidades señaladas. Lo cual no van hacer, ni porque debiera ser la transparencia en cualquier proceso de selección un derecho fundamental para garantizar que quienes ocupen cargos en el Poder Judicial sean profesionales con méritos comprobados y una trayectoria intachable.
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Friedrich Nietzsche probablemente vería este proceso de elección judicial en Aguascalientes con un profundo escepticismo y lo interpretaría como una manifestación de la decadencia de los valores democráticos y del poder de la voluntad de poder en su peor forma: la manipulación política disfrazada de legitimidad.
Nietzsche tenía una visión crítica de la democracia, pues consideraba que tendía a favorecer la mediocridad en lugar de la excelencia. Si viera este proceso judicial, con la inclusión de «aspirantes fantasma» y la presunta manipulación política, lo entendería como una prueba de que la democracia no necesariamente eleva a los mejores, sino que muchas veces se convierte en un juego de intereses donde las élites se perpetúan en el poder bajo una fachada de participación popular.
En Así habló Zaratustra, Nietzsche advertía sobre el último hombre, una figura conformista que prefiere la comodidad de la manipulación política antes que la lucha por la verdad y la grandeza. ¿No es acaso esta selección judicial un reflejo de ello?
Se busca la «normalización» del poder en vez de una justicia que se erija desde la excelencia y la valentía intelectual.
Aquí, en vez de que los mejores juristas sean seleccionados por su mérito, parecen imponerse aquellos que tienen conexiones políticas, lo cual respondería al impulso de la voluntad de poder no en su forma noble—la creación de algo superior—sino en su versión degenerada: el aferrarse al control por medios turbios.
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Por otro parte el filósofo John Stuart Mill, defensor del liberalismo y la democracia representativa, analizaría este proceso de selección judicial en Aguascalientes desde dos ángulos clave: la transparencia institucional y el peligro de la tiranía de la mayoría.
Mill sostenía que las instituciones democráticas solo funcionan si los ciudadanos tienen acceso a información clara y pueden confiar en que sus representantes actúan en beneficio del bien común. Lo cual ya sobradamente por la evidencia presentada en medios de comunicación y redes sociales queda socavada cualquier apice de credibilidad en el proceso.
Con la inclusión de aspirantes fantasma en un proceso de selección judicial atentaría directamente contra estos principios, ya que demuestra una falta de transparencia y una manipulación que impide una verdadera participación ciudadana.
Mill advierte que un sistema político sólo es legítimo si fomenta el control público sobre los gobernantes. Es claro que la aprobación de la mayoría en el Congreso de Aguascalientes sin una justificación clara, está traicionando el principio de rendición de cuentas que Mill consideraba esencial para la democracia.
En esta línea de pensamiento, la acción de la mayoría azul en el Congreso es una traición pública al pueblo, justificante para acciones mayores por parte de los ciudadanos, que debe de defenderse ante el ataque a las instituciones sociales de una clase gobernante con aspiraciones a convertirse en una TIRANÍA.
Quedarse pasivamente sin manifestar esta atrocidad es justificar la instalación de un régimen antidemocrático que atenta contra todo lo que los mexicanos hemos luchado para construir instituciones públicas que nos representan y legitiman la convivencia entre todos nosotros.
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La justicia en Aguascalientes no puede estar sujeta a intereses partidistas ni a prácticas que socavan la confianza pública.
Es momento de rectificar el rumbo y asegurar que la elección de jueces y magistrados se realice con base en principios de legalidad, equidad y transparencia, fortaleciendo así el Estado de derecho en nuestra entidad.
Es imperativo que las autoridades locales y federales tomen medidas inmediatas para garantizar la transparencia y equidad en este proceso electoral. La confianza de la ciudadanía en el Poder Judicial depende de la percepción de justicia e imparcialidad en la selección de sus representantes. Permitir que intereses políticos contaminen este proceso no solo desvirtúa el espíritu de la reforma judicial, sino que también amenaza la integridad de las instituciones democráticas en Aguascalientes y en todo México.
La sociedad exige y merece un proceso limpio, donde los candidatos sean seleccionados por sus méritos y no por sus conexiones políticas. Solo así se podrá fortalecer la confianza en el sistema judicial y asegurar que la justicia sea verdaderamente imparcial y al servicio de todos. Y si no es así el pueblo DEBE DEMANDAR Y HACERLO VALER.