Subiendo cerros y montañas
[bctt tweet=»Tenía 24 años que no subía el cerro del Picacho… recuerdo perfectamente que lo subía completamente hasta su cima, y lo bajaba corriendo» username=»crisolhoy»]
El reto del subir El Cerro del Picacho en Aguascalientes
¿Hace cuánto estimado lector que no tiene usted contacto con la naturaleza?
Le pregunto esto, porque verdaderamente deberíamos de estar más preocupados por nuestra salud física y mental.
Tenía 24 años que no subía el cerro del Picacho… recuerdo perfectamente que lo subía completamente hasta su cima, y lo bajaba corriendo. Cuando tienes 18 años la capacidad pulmonar y física que tienes es impresionante.
Tengo 4 semanas yendo cada domingo; y debo de confesar que hace un mes, tuve que parar por lo menos 10 veces a tomar aire… simplemente me di cuenta que al no hacer ejercicio, el cuerpo te pasa factura.
Hoy decidimos ir mas allá… subir los siguientes dos cerros que están atrás del Picacho… Parecía labor titánica. Tengo apenas 3 semanas subiendo el cerro más chico y no me sentía lo suficientemente preparado para lograr semejante hazaña… para muchos que lo suben y bajan corriendo se dice fácil… Para mí es como subir el Monte Everest.
Como siempre que voy a un lugar natural, el resultado siempre es el mismo.
Basura por todos lados.
No entiendo esa manía del ser humano de destruir todo lo que encuentra a su paso.
En lo más recóndito del tercer cerro, las piedras estaban graffiteadas.
Vasos de cerveza tirados en las rocas, empaques de pastelitos, papas y dulces, tirados por todos lados.
¿Botes de basura? Ni pensarlo… no hay uno solo en todo el trayecto hasta la cima.
Pero ese no es el tema de hoy.
Lo interesante del día de hoy, es que tuve la oportunidad de ir observando el ecosistema, poniendo atención a todas esas pequeñas cosas que no vemos todos los días por ir atareados y con prisas.
Avispas que plácidamente estaban trabajando en lugares donde el acceso humano es poco común.
Flores pequeñas creciendo en lo más árido del terreno.
Hormigueros que siguen ahí, gracias a que casi no pasan seres humanos.
Hoy aprendí muchas cosas.
La verdad es que me gusta aprender todos los días.
Siempre estoy observando todo lo que pasa a mí alrededor.
Todos los pequeños detalles que suceden a mí alrededor, los observo completamente.
De tal suerte que si vas concentrado en lo que estás haciendo, realmente ni cuenta te das de lo que eres capaz de hacer.
Me hicieron subir el cerro más alto y fueron 3 los que escalamos.
Que todo tiene solución, y que todo es más fácil si encuentras la motivación adecuada.
Y vas armando un esquema, donde aprendes a enseñar lo que quieres transmitir.
Y te das cuenta de nuevo, que todos los seres humanos somos en el fondo iguales.
(Hay gente que aunque tenga alguna pizca de humanidad, no quiere darse la oportunidad de ser vulnerable, y no podemos obligarla, pero si podemos extenderle la mano y demostrarle que no todos los seres humanos somos iguales.)
Y tampoco se trata de ir por la vida extendiéndoles la mano a todos.
Se trata, estimado lector de extenderle la mano y el corazón a quien de verdad este cerca de nosotros y lo necesite.
Si logramos hacer eso, con una sola persona, verá usted que la sensación es increíble, y que todo nuestro entorno cambia, porque simplemente la sensación de haber hecho algo bien, se siente inmediatamente.
Yo lo he hecho, lo estoy haciendo en este momento, y no me puedo dar el lujo de fallarle.
No puedo porque de verdad estoy siendo genuino conmigo mismo, y fallarle seria fallarme a mí mismo.
Fallarle sería dejar de ser quien soy, y ser un completo desconocido ante mis propios ojos.
¿Cómo podría cometer semejante acto de traición ante ella y ante mí mismo?
Porque no solo se trata de ser leal a otras personas; si no que se trata de ser leal a uno mismo.
Se trata de entender que estamos en este plano terrenal para aprender a servir, para aprender a enseñar.
Todos somos alumnos de alguien, pero también todos somos maestros de alguien.
Y si somos lo suficientemente humildes, podemos aprender a ser alumnos y maestros de la gente que está cerca de nosotros, y podemos hacer verdaderas obras de arte y cambios asombrosos en las demás personas.
¿Quiere intentarlo?
Inténtelo. Y entenderá todo lo que estoy escribiendo en este momento…
No es un trabajo de un día ni de dos. Es un trabajo constante, es un trabajo absorbente, y sobre todo es un trabajo que requiere de constancia, y de muchas ganas.
Pero la recompensa es increíble, eso se lo puedo asegurar.
Sigo siendo el alquimista de la vida, donde sigo creando “monstruos”.
Y ahorita un monstruo en especial, me tiene completamente ocupado.
Como le dije alguna vez, hay monstruos que no dan miedo… porque hay diferentes tipos de monstruos.
Todo depende de cual monstruo quieras crear, todo depende de si sabes sacar lo mejor de las personas o lo peor de ellas.
Sea impecable con el uso de tus palabras.
Sea impecable con tu manera de tratar a las personas.
Sea alguien que deje huella en el corazón de las personas.
Sea lo mejor que pueda.
No sea perfecto estimado lector; solo sea perfectible.
Haga lo posible todos los días en ser la mejor versión de usted mismo.
Y usted verá que la percepción que tiene de la vida, ira cambiando de manera asombrosa; Y no solo usted, sino que también verá la magia en la gente que le rodea.
Porque simplemente:
¿Que sería de nosotros si no aprendemos a ser felices, haciendo felices a los demás?
Ahí se lo dejo de tarea.
Namasté
Que tenga excelente inicio de semana.
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