Tiempos de avanzada…?

Tiempos de avanzada…?

Para quien piense que los tiempos de ahora son sinónimo de avance, le dejo la siguiente reflexión:

 
Los hombres eran hombres y las mujeres eran mujeres.
[bctt tweet=»Tenemos muchos avances tecnológicos, pero curiosamente la vida se ha vuelto más complicada…» username=»crisolhoy»]
Y no me refiero al sexo,  si no a la educación que se les daba, y que se nos daba.
Los hombres tenían palabra y un trato se cerraba con un apretón de manos.
Las mujeres eran damas en su trato, cultas finas y educadas… sin importar el estrato social de donde vinieran.
Hombres y mujeres respetaban las filas en el metro, en la parada del autobús, en las tiendas…
La delincuencia era mínima.
Los monumentos y calles no eran vandalizados ni por feministas recalcitrantes ni por cholos .
No le tenías miedo a la policía.
La policía era una autoridad respetada.
El opio, morfina,  y algunas drogas se vendían en la farmacia; y no había crímenes que se relacionaran al consumo de estas.
Las monedas eran acuñadas en plata de curso legal.
La gente era limpia en las playas y en la calle; la gente no tiraba la cantidad de basura como lo hacen hoy en día.
Los niños eran educados. Una mirada asesina de tu madre era suficiente para aplacar a un niño revoltoso.
Un pellizco de tu madre en el brazo era suficiente para que el resto del día estuvieras sentado portándote como angelito.
Un llamado de tu madre era suficiente para que te metieras a la casa puntual para hacer tarea, bañarte y dormirte temprano
No había obesidad… jugábamos todo el día y corríamos… podíamos comer gansitos, papas, panques, lo que fuera… y era muy raro el niño que padecía sobrepeso.
Cargábamos mochilas con 10 kilos de libros… y nadie nos cargaba las cosas… aprendimos a ser resilientes.
Una mala palabra en la escuela, nos acarreaba un cinco en conducta… y corríamos peligro de que no nos aceptaran en otra escuela por algo como eso.
Los honores a la bandera exigían que nuestro uniforme estuviera impecable… si no lo estaba, el maestro nos sacaba de la fila y nos mandaba al salón, para no causar vergüenzas enfrente a la bandera… se nos enseñó civilidad.
Se nos enseñó a pagar deudas en tiempo y forma.
No se nos daba coche si no hasta que te lo ganaras con calificaciones o producto de tu propio trabajo.
Mi padre me enseñó a tenerle respeto… no miedo.
Recurdo que de niño y adolescente cada día 24 de diciembre mi padre nos llevaba a mi y a mis hermanos,  desde las 6 am a armar despensas para los que menos tienen. 
Me enseñaron a regalar lo que puedo regalar; no lo que me sobra.
Me enseñaron a ayudar… no a estar pidiendo ayuda cada 5 minutos.
No se la casa de ustedes… pero mi casa era un matriarcado…
(Y el 90 % de las casas en México eran matriarcados), no un patriarcado como se quejan las ultraextremafeministas
Si mi madre decía «no vas»… yo no iba.
Si preguntabas si podías salir y tu madre te decía que no, y tu preguntabas por qué? y tu madre decía, porque lo digo yo… no importa que hicieras berrinche. NO salías.
 
Todos los días te levantabas e inmediatamente tendías tu cama.
Dabas los buenos días en la casa y en la oficina.
Solo podías ver tv a determinadas horas, si y solo si hacías la tarea y te bañabas.
Intolerable decir una grosería que aprendieras de un programa de TV; por que si lo hacías, ese programa quedaba vetado de tu casa para toda la eternidad.
 
¿Que si nos educaron con una educación fascista?
No lo sé…
Lo que si se, es que estoy seguro que nadie que me esté leyendo, puede decir que yo le debo un peso a alguien o que alguna vez no  he cumplido mi palabra.
Pertenezco a la vieja escuela… esa escuela donde yo cultivé una reputación, de que puedo ir a una agencia de carros, y sin problemas me dan las llaves de unas mercedes o un Audi,  y me dicen que lo devuelva en 5 días sin firmar pagaré alguno. O que me lo lleve y después vemos el pago.
Donde la gente se va tranquila de mi oficina si se le olvida su Rolex arriba de mi escritorio.
Donde mi casa es un lugar donde NO se maltrata a las personas ni a los animales
Donde una persona vale por sus principios y valores. No por el dinero que tiene.
 
No soy perfecto y jamás lo voy a ser. Tengo mil defectos… de los cuales aprendo cada día, y procuro corregirlos… porque a eso vine a esta vida… a aprender. No a verla pasar.
Puedo ser desesperante para algunas personas…
puedo ser insufrible algunas veces…
Pero a pesar de todo, leo, aprendo y me supero a mí mismo cada dia…
Yo no estoy aquí para superar a nadie que no sea yo mismo.
 
Pero es mi aprendizaje…
¿Que puede decir usted del suyo?
 
Conclusión:
Tenemos muchos avances tecnológicos, pero curiosamente la vida se ha vuelto más complicada… cuando se supone debería de ser más sencilla.
 
Tenemos un consumismo desmedido…
 
Los hombres ya no se portan como hombres y las mujeres viven obsesionadas en ser hombres y ser mejores que los hombres.
Los niños a los 14 años ya son diabéticos.
La gente solo busca dinero sin trabajar…  la gente ha olvidado que, si te gusta trabajar, y te gusta lo que haces, el dinero es una consecuencia de ese trabajo.
 
El mexicano promedio de hoy en día quiere todo gratis… no le gusta el esfuerzo…
 
Dos virus que apestan a laboratorio que han atacado y matado a cientos de miles de personas en tan solo 20 años.
 
¿Hemos avanzado como sociedad?
 
Esa… estimado lector… es la pregunta correcta.
 
Espero haber recuperado la inspiración, en un año que fue muy complicado en todos los sentidos…
Reacomodo de ideas y de estilo de vida…
Espero no haber perdido el toque…
Gracias Don Gustavo de Alba,  por criticarme mis escritos….
Gracias a usted mejoré mucho este año.. a pesar de haber escrito poco…
Deseo hacerlo otra vez como cada semana…hoy simplemente corrió la pluma…
Y realmente extrañaba hacerlo.
Sergio Peregrina Castañeda

Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Contador público de profesión y escritor por afición… "Tengo casi 42 años, y nací viendo las cosas y la vida desde una perspectiva diferente." Si usted desea añadirme a sus redes sociales, o desea que escriba sobre algún tema en específico.

Sergio Peregrina Castañeda

Egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Contador público de profesión y escritor por afición… "Tengo casi 42 años, y nací viendo las cosas y la vida desde una perspectiva diferente." Si usted desea añadirme a sus redes sociales, o desea que escriba sobre algún tema en específico.

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