LA COMPLEJIDAD Y PARCIALIDAD CON QUE VEMOS AL MUNDO. SOBRE TODO HOY EN TIEMPOS DE CRISIS
LA COMPLEJIDAD Y PARCIALIDAD CON QUE VEMOS AL MUNDO. SOBRE TODO HOY EN TIEMPOS DE CRISIS
Vivimos momentos de confusión: la crisis pandémica, la económica, la de las ideologías políticas, generan además un sentimiento de dolor, una emoción de sufrimiento y desesperanza, por fortuna, no todos padecemos de ello, además hay combinaciones diferentes y grados de sentimientos, pero se trata de un mal bastante generalizado. La esperanza es un factor clave en la vida y ésta ha sido fuertemente afectada.
[bctt tweet=»Finalmente, las percepciones, las reflexiones y los conocimientos son fuente de imaginación» username=»crislhoy»]
Para ver y comprender la realidad, nuestra mente opera de manera muy diferente frente a una cámara de cine o una cámara fotográfica, las cuales registran de esta manera, las ondas electromagnéticas emitidas por el entorno y las presentan como imágenes. Nosotros, también recibimos información del entorno por medio de nuestros cinco sentidos, pero esa información que nos produce sensaciones, no sólo las seleccionamos, sino que la transformamos a través de procesos cerebrales muy complejos.
Es conveniente tener ideas claras de cómo procede el cerebro para comprender la realidad; lo es aun más hoy, en donde la confusión tiene un incremento notable. Comprendernos ayuda a reflexionar mejor y a enfrentar en forma más adecuada los fuertes problemas que nos aquejan. Un punto antes de la exposición: no hay en el mundo por más inteligente e ilustrado que sea, que pueda comprender cabalmente todo lo que sucede en el mundo. Si un cerebro tiene miles de millones de sinapsis (conexiones), la comprensión de lo complejo requiere la interacción de muchos cerebros que al actuar en relación potencializan mucho la capacidad de cada uno y logran en conjunto muchísimo más que en forma individual. Escuchar, interactuar, ser autocríticos, comprender son fundamentales en el conocimiento humano. Esto es válido para todos: los ciudadanos, los científicos, los médicos, pero sobre todo, los políticos deberían aprender que ellos solos no pueden hacer frente a una realidad tan compleja, que deben escuchar, reconocer sus errores y aprender de ellos; creerse superdotados es un grave error y una desgracia social.
Pasemos a las formas en las que procede el cerebro. Lo primero que hay que señalar es que cuerpo y cerebro forman un todo. El cerebro se comunica con el cuerpo por varias vías fundamentalmente basadas en ellas: la médula espinal que conecta todo el sistema nervioso y el nervio vago que pone en comunicación el aparato digestivo con el cerebro. Por medio de ellas, el cerebro recibe comunicación del mundo externo, comunicación que genera sensaciones que se transmiten del cuerpo al cerebro y del cerebro al cuerpo. Además, por esta vía el cerebro recibe algunos neurotransmisores (es decir sustancias químicas y biológicas) que llevan mensajes e impulsos y control al cerebro y que fluyen básicamente por los medios sanguíneos y/o por mecanismos neuronales.
Los procesos cerebrales vitales entre las sensaciones recibidas del mundo externo y lo percibido y comprendido por el cerebro, se encuentran en el siguiente esquema.
Dolor y Sufrimiento:
Aclaremos. El mundo externo emite señales que nuestro cuerpo capta por medio de nuestros cinco sentidos. Es decir, recibe sensaciones, pero esas sensaciones se trasladan al cerebro en términos de una experiencia mental, es decir, que la sensación al llegar al cerebro, se vive como un sentimiento; así varias personas juntas pueden ver el mismo paisaje, ver el mismo coche, por ejemplo, la sensación es igual o semejante, pero el sentimiento es diferente para cada persona porque cada persona, tiene una mentalidad diferente. Hay que aclarar que los sentimientos no sólo vienen de sensaciones producidas por el medio externo, sino que se suelen generar también, por cambios surgidos dentro del propio organismo, por ejemplo, una buena digestión da un sentimiento de placer, una mala puede causar sentimiento de malestar o dolor de estómago.os sentimientos son distintos a las emociones. Una cosa es sentirse bien o mal y otra es la aflicción o la tristeza de sentirse mal, la sensación de peligro ante una enfermedad, o por el contrario la emoción del ánimo, la alegría o el bienestar de sentirse bien. Todos esto lo ha estudiado bastantemente bien el neurocientífico Antonio Damasio; recomiendo mucho su libro: “El extraño orden de las cosas”. Los sentimientos son experiencias mentales de estados corporales o de señales externas. Las emociones generan cambios en los latidos del corazón, cambios en la piel, los intestinos, y son el resultado de procesos emocionales cerebrales que tienen su centro en el sistema límbico, sobre todo en la amígdala. Una cosa es el sentimiento de dolor ante algún acontecimiento interno o externo y otra es la emoción de sufrimiento. Siguiendo a Damasio, hay unas emociones primarias y sencillas como son el miedo, la rabia, la felicidad o la desdicha y hay emociones sociales, más complejas, como la compasión, el desprecio, la admiración, el orgullo. La emoción del amor a los seres queridos, la pareja, los hijos, los amigos, la sociedad, la patria, etc., es muy importante y en el amor interviene en forma importante la oxitocina, que es un neurotransmisor que se genera en el hipocampo del sistema límbico.
Hay una relación de recursividad entre sentimientos y emociones, los sentimientos causan emociones, pero las emociones también generan sentimientos. Así la sensación externa proveniente de la vista, el oído, el olfato, el tacto, o el gusto, está lejos de ser una fotografía, sino que se traslada a sentimientos y emociones. No es lo mismo ver un gato que ver a mi mascota amada.
Pero las sensaciones del mundo externo sufren transformaciones en la mentalidad del ser humano. La sensación de algo o alguien, se transforma en sentimientos y emociones, pero también hace un llamado a los recuerdos. Cuando vemos un objeto, una persona, un paisaje (rural o urbano), siempre evocamos recuerdos.
Esos recuerdos, (el centro neurológico de la memoria es el hipocampo que forma parte del sistema límbico y se encuentra muy ligado a la amígdala (emociones) y a la corteza prefrontal (razonamiento)), nos conducen por lo menos, a tres cosas: reconocer e identificar, luego a comprender lo que lo que vemos, nos recuerdan una emoción positiva, negativa, grande, pequeña o nula, la emoción presente se entrelaza con la emoción pasada. Sin embargo, nuestra memoria es compleja ya que ésta es episódica (recuerdos de episodios y hechos pasados), contextual (lo que rodea a objetos personas o paisajes), semántica (lo que esta palabra, ese objeto, persona o paisaje significan), de largo plazo (recuerdos que se mantienen) o corto plazo (recuerdos de corta duración), la que contiene nuestros conocimientos, etcétera. Un objeto o persona. nos recuerda su belleza o fealdad, los otros objetos y/o personas que lo rodeaban, las emociones tristes y/o alegres del momento vivido, lo que esa persona u objeto significó para nosotros, los conocimientos que tenemos sobre ellos, etcétera. Todo se mezcla y se razona con pensamiento rápidos o lentos.
La sensación se hace sentimiento y emoción y entra en un proceso de razonamiento rápido o lento, que enlaza estos procesos complejos de los cuales el resultado es la percepción del objeto, persona o paisaje. Entre la sensación y la percepción hay un conjunto de redes complejas que se hacen muy diferentes una a la otra.
Así, varias personas podemos tener sensaciones iguales o semejantes de una persona, un objeto y un pasaje, pero tendremos percepciones distintas. Cada quién percibe as su manera. Hay que aclarar que las percepciones distintas que tenemos sobre la realidad que nos rodea, no nos impide distinguir aspectos claves de lo real, si vemos una silla, todos verán una silla, la apreciación de la silla será distinta, pero no el hecho de que es una silla; si vemos una persona llamada Patricio, todos lo verán como Patricio, aunque algunos no lo reconozcan o lo confundan con otra persona, lo diferente será la apreciación sobre Patricio y el trato que se le da. No estamos ciegos ante la realidad. Las representaciones mentales nos conducen a claros obscuros frente a ella, pero no a ceguera.
Esto es cuando vemos un objeto o una persona, cuando vemos un conjunto de objetos o grupos de personas, la situación se hace más compleja. Y las diferencias de percepción pueden ser mayores. Las diferentes percepciones entre los individuos que componen una sociedad podrían ser causa de desajustes, problemas e incluso, de un caos social, pero esto no es así, ya que las interacciones entre individuos tienden a generar acuerdos o a imposiciones de una visión colectiva a esto los sociólogos le han llamado “representaciones sociales”, es decir, por consenso, costumbre o poder, se imponen ciertas formas de ver o sentir, oír (por ejemplo los gustos musicales, o los sonidos de alerta), o gustar, (gustos alimenticios) u oler. Desde el nacimiento se nos enseñan estas representaciones sociales que son parte importante de la cultura, las cuales repercuten en nuestras representaciones mentales y por ende, en nuestra forma de percibir.
Somos seres totalmente individuales y totalmente sociales. Y esto conduce a que nuestras representaciones mentales y por tanto nuestras percepciones, aunque sean diferentes, se encuentren en un rango marcado por las representaciones sociales, y de esta manera se facilita la comunicación y la interacción social. Por eso en el recuadro a las sensaciones, memoria, sentimientos y emociones se encuentra la relación de la cultura y la reflexión antes de llegar a las percepciones.
Nuestras percepciones no únicamente están influidas por la cultura, sino también por los conocimientos que tengamos sobre los hechos, físicos, biológicos, sociales o culturales. Pero nuevamente siguiendo a Marcel Mauss, los conocimientos son un hecho social total, es decir, son producto de la sociedad y de la acción individual, podemos tener los conocimientos que la sociedad nos ofrece por medio de la escuela, universidades, revistas científicas, y todo tipo de comunicación, pero el grado de conocimiento obtenido depende del trabajo y reflexión personal y posiblemente de la investigación realizada. Así, el conocimiento es también totalmente social e individual.
Finalmente, las percepciones, las reflexiones y los conocimientos son fuente de imaginación y de las expectativas que tenemos hacia los otros y hacia el futuro. Evidentemente que, en una retroacción, la imaginación y las expectativas influyen en la reflexión y en las perspectivas.
Es claro que en este sistema tan complejo no sólo las percepciones sino también la reflexión y las informaciones sesgadas o falsas, están sujetas a todo tipo de manipulaciones, políticas de mercado, religiosas, etcétera. Somos seres manipulables. Expertos en ello son los políticos y la propaganda de todo tipo. . Somos seres manipulables
Juan Castaingts Teillery. Profesor Investigados UAM-I.
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