2020 II, la disputa de la oligarquía financiera

2020 II, la disputa de la oligarquía financiera

[bctt tweet=»respecto había que ver lo que representa Alfonso Romo y los logros alcanzados para mantenerlo por ahora en el centro a la administración de AMLO.» username=»crisolhoy»]

 

2020 (II): Andrés Manuel López Obrador y Alfonso Romo

 

2020 II

 

En la entrega anterior abordamos aspectos relacionados con la materia económica implementada por el actual gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Ahora quisiéramos dedicar el espacio a una parte de lo político, qué al parecer, es donde mejor le va al Presidente de la República y al proyecto que ha impulsado desde el inicio.

El resultado favorable no se debe porque haya realizado todo lo que se requeriría y de manera correcta, al contrario, en algunos aspectos ha dejado en el camino algunas insuficiencias, que al tiempo esperemos no se le reviertan negativamente. Por lo pronto, ha habido varios factores que lo siguen ubicando en un nivel de apoyo superior al levantado en periodos similares desde Zedillo hasta ahora, como lo muestra la medición publicada por un medio impreso recientemente.

López Obrador al igual que cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, a través de las conferencias mañaneras pudo determinar la agenda nacional y dictar línea. Hoy lo sigue haciendo. Ha impreso un ritmo que nadie ha podido seguir, menos aún alcanzarlo. La oposición partidaria prácticamente está borrada, al grado de considerarla como derrotada moralmente. Lo anterior es cierto, lo que no quiere decir que sea la única oposición y la otra no esté activa y actuante. 

En esta lógica no podemos hablar de que la oligarquía financiera predominante en anteriores administraciones, esté derrotada y postrada, más cuando tiene brazos al interior del actual gobierno, con influencia y peso. Al respecto había que ver lo que representa Alfonso Romo y los logros alcanzados para mantenerlo por ahora en el centro a la administración de AMLO. Tampoco podemos perder de vista al sector de la misma ubicada en la radicalidad conservadora, como es el caso de Claudio X. González, quienes no han cejado en su pretensión de minar al gobierno de la Cuarta T, en su objetivo de volver al pasado.

De aquí que algunos consideran que la disputa real está dada en la esfera de la oligarquía financiera y no de una disyuntiva de clase contra clase, más cuando el contrapeso que podría construir en positivo la izquierda es endeble, pues no son suficientes los acompañamientos críticos y propositivos, si no se sustentan éstos con el movimiento de masas en activo de manera permanente. Tampoco se ha registrado una lucha ideológica intensa, para poder poner sobre la mesa las opciones que tendrían que vislumbrarse en este gobierno progresista pero no de izquierda. Con el affaire Concheiro-Moctezuma se perdió un buen pretexto para estimular esta necesaria discusión, que está claro, no la veremos nunca promovida por el propio presidente de la República.

Si bien con el nuevo gobierno se ha ve fortalecido el Estado, a diferencia de sus antecesores, se encuentra latente o mejor dicho, es cuestionable su carácter laico. López Obrador ha dado señales de dejar pasar su debilitamiento, por cuestionadas posturas que sólo evidencian su base y creencias religiosas, como lo evidencia la última parte de su más reciente libro de La economía moral. Al respecto es recomendable leer el libro de Bernardo Barranco y Roberto Blancarte, AMLO y la religión. El Estado laico bajo amenaza.

Al parecer hasta ahora, López Obrador ha postergado este tema, el cual, sin desarrollarlo plenamente ya ha tenido reacciones contrarias o por lo menos de dudas razonables, sobre todo desde que a principios de su gestión le diera revuelo a la difusión de La Cartilla moral de Alfonso Reyes, texto no sólo conservador sino elaborado para un México que definitivamente ya pasó. Por lo pronto, siguen como proyecto la Constitución moral y la República amorosa.

Otra cosa sería reconocer y debatir sobre la necesidad de imprimir a las nuevas circunstancias esquemas éticos, sin divorciar éstos con la política, para lo cual, más que estudiar y considerar a los aportes de Alfonso Reyes, es conveniente retomar las propuestas del filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, sobre todo las planteadas en su libro Ética y política. Es decir, alejarnos de moralidades religiosas, que casi siempre son dogmáticas.

Es importante señalar lo anterior, pues uno de los elementos que debiera prevalecer en la ética a seguir, es el espíritu de cooperación y de prevalencia del colectivismo sobre el individualismo, que en sentido estricto no trata Alfonso Reyes en su texto de 1944. Sin embargo, hasta ahora este tema corresponde a una carpeta abierta, que así pudiese quedar durante el resto del sexenio. Aunque si es necesario señalar que la postura de López Obrador al respecto, no choca con la moralidad de la oligarquía financiera, más cuando se trate de lesionar al Estado, que para ellos es un estorbo.

Hasta aquí estos dos temas de la situación política prevaleciente en el país, faltan otros que garantizarían la totalidad del escenario, lo cual trataremos de abordar en la siguiente entrega. 

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

Daniel Carlos García

Aguascalentense de nacimiento, comunista por convicción y médico por estudios en la UNAM. Militante activo de la izquierda marxista desde la década de los 70’s; fue miembro y dirigente de los partidos: PCM, MAUS, PSUM, PMS Y PRD. Periodista por vocación y colaborador de diversas publicaciones. Ha escrito diversos libros, entre ellos: “Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes”, “El perredismo en Aguascalientes” y el “Diccionario de la Izquierda en Aguascalientes”, “Historia y situación del cooperativismo en el DF” y “Las mujeres en la Revolución Mexicana”. Fue Director de Capacitación para el Empleo del Gobierno del Distrito Federal (2000-2005); asesor del Srio. de Gobierno del GDF y Director de Estudios y Estadísticas del Trabajo (GDF 2007-2012). Actualmente es Gerente de Saludo en CENFES, AC, así como organizador y dirigente del Movimiento Comunista Mexicano (MCM).

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