Marta Lamas: el periplo del reclamo de las mujeres y su transformación de 1970 a 2020 lo

Marta Lamas: el periplo del reclamo de las mujeres y su transformación de 1970 a 2020 lo

En entrevista realizada a la antropóloga Marta Lamas realizada por Sonia Sierra publicada en el portal del diario El Universal (Ver: El Universal); la académica y activista entregada a una vida profesional y política pública, a los temas vinculados a los movimientos feministas y género, narra fragmentos de su vida en el activismo político y académico en la lucha por el reconocimiento a los derechos de las mujeres. Entrevista que merece lectura y más de una línea para reflexionar y aprender.

La narrativa en el discurso de la entrevista nos muestra la transformación de las demandas que en la década de 1970 se hacían para exigir: “aborto libre y gratuito, violencia hacia las mujeres -pensado en violación sexual- y respeto a la orientación sexual” (Ver: El Universal). Y cómo estas demandas se han transformado en una agenda pública indispensable para cualquier mujer u hombre en la política, alcanza incluso al presidente de México a quien se le exige conocimiento del tema. La transformación es tan trascendental que ha obligado participar en la <<arena>> pública, incluso, a la Iglesia Católica, una de las instituciones más conservadoras de occidente a reconocer la importancia de movimientos sociales y reivindicativos como el de #EL NUEVE NINGUNA SE MUEVE y otros movimientos sociales de lucha y reconocimiento de derechos públicos y privados a las que aun la IGLESIA CATÓLICA en el mensaje simbólico del discurso trata como “SIERVAS DEL SEÑOR”; mientras que un varón puede llegar a ser “REPRESENTANTE DE DIOS EN LA TIERRA”, título negado aun por la institución a las mujeres.

Marta Lamas observa importantes cambios de conciencia, los cuales aplaude y reconoce que mujeres y hombres se unen a la causa conscientemente con la intención de transformar una sociedad que requiere mejores formas de organización, justas y equitativas, enriqueciendo el <<campo>> en su discurso. Al mismo tiempo observa cómo el discurso de un sector del movimiento feminista se ha radicalizado y politizando, llamando por la investigadora social a este sector de la expresión de la <<arena>> pública (Ver para <<campo>> y <<arena>>: Victor Turner, La selva de los símbolos: aspectos del ritual ndembu), como “mujeristas”. Ya que para Lamas este sector identifica a “todas las mujeres como potenciales víctimas y a todos los hombres como potenciales perpetradores.” (Ver: El Universal). Perspectiva que la misma Marta Lamas rechaza, y que en lo personal considera que es esta visión maniquea del mundo la que hace que muchas y muchos rechacen los movimientos feministas creyendo que por la radicalización de un pequeño grupo del <<campo>> del feminismo el cual se hace notar demasiado por la expresión de violencia física y simbólica en contra de todas y todos aquellos que no piensen y actúen como ellas, que la opinión pública generalizada rechaza y condena al ostracismo social por el contenido de odio y venza en su discurso público. Consecuentemente como bien afirma Michel Foucault en varias de sus obras, “la violencia solo genera más violencia y rechazo” justificando al poderoso a actuar de forma aún más violenta y represiva para exterminar al diferente, y con ello se corre el riesgo de perder de vista la importancia de reconocer la existencia del problema que reclama nuevas estrategias de organización y reproducción social y ser sustituido por nuevas expresiones de represión y violencia del Estado.

Hace unas semanas leyendo el libro de Judith Butler <<El género en disputa>>, el mismo me llevó al descubrimiento de la antropóloga Gayle Rubin, y su ensayo El tráfico de mujeres: nota sobre la “economía política” del sexo. Ambas obras por demás recomendables al igual que la realizada por Marta Lamas. Pero con Gayle Rubin me quedo más claro las estrategias de radicalización de algunos grupos expresivos de los movimientos feministas, que en su programa de activismo afirman que el feminismo: “requeriría lógicamente ya sea el exterminio del sexo delincuente o bien un programa eugenésico para modificar ese carácter” (Op cit). Estas estrategias de radicalización Judith Butler siguiendo a Michel Foucault acepta el peligro para la sociedad al radicalizar el discurso, ya que la demanda social se pierde en la forma de la expresión y su contenido de reclamo de justicia desafortunadamente se olvida.

La principal tarea del feminismo no es crear un punto de vista externo a las identidades construidas; esto equivaldría a la construcción de un modelo epistemológico que deje de aceptar su propia posición cultural y, por lo tanto, se promueva como un sujeto global, posición que usa precisamente las estrategias imperialistas que el feminismo debería criticar. La principal tarea más bien radica en localizar las estrategias de repetición subversiva que posibilitan esas construcciones, confirmar las opciones locales de intervención mediante la participación en esas prácticas de repetición que forman la identidad y, por consiguiente, presentan la posibilidad inherente de refutarlas. (Butler, Judith. 2007.El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad (Studio))

Regresando a la entrevista de Marta Lamas; ella observa cómo el miedo a “ser violadas” se transformó al miedo a “ser asesinadas”. Ni Marta Lamas ni su servidor afirman que los feminicidios son nuevos y que no existan los crímenes de odio en contra de las mujeres apenas en el siglo XXI. Ya he afirmado que estos lamentables hechos por desgracia son patrones de conducta de una especie que se ha desarrollado en un periodo de tiempo que abarca más de 75 mil años. Pero al igual que Marta Lamas coincido que no se ha estudiado hasta donde los movimientos feministas que buscaban visualizar el grave problema de la violencia en contra de mujeres y grupos vulnerables ha llevado a una generación de mujeres a un estado de terror que cambió de ser “violada a ser asesinada”, radicalizando aún más las protestas. Marta Lamas se abstiene de hacer una predicción sobre el resultado de este proceso, teme que el movimiento fracasa y se detenga la transformación, regresando ahora a Gayle Rubin es importante esclarecer la relación de la violencia para determinar las causas y modificar pautas de conducta que generan la violencia y sus terribles consecuencias como el miedo que poseen tan radicalmente muchas mujeres hoy en día, el cual les impide una vida plena, sana y feliz al vivir con miedo. Pero no creo que sea la solución que ese miedo se traslade al otro género o grupo vulnerable, hay que estudiarlo y erradicarlo del tejido social.

Nuevamente coincido con Marta Lamas, cuando afirma que el legislador y diría muchas políticas y muchos políticos oportunistas ven el problema como un asunto punitivo, saliendo pronto a declarar que se requieren mayores penas contra los infractores, cuando eso es solo atender una parte de las consecuencias y no reaccionar para verdaderamente atender las causas de la enfermedad que atañe al tejido social. Marta Lamas afirma que sería un gran paso la capacitación continua de funcionarios públicos para atender a víctimas y familiares de la violencia de género. Yo ampliaría a que se debe no solo eso: urge modificar planes de estudio de todo el sistema educativo para incluir contenidos relacionados al conocimiento de los tipos de violencia y no solo visualizar sus consecuencias sino estudiar las causas y proponer nuevas estrategias de convivencia, para intentar cambiar las condiciones de reproducción y salvar una especie en evolución que amenaza con su extinción a pesar de su número en expansión.

Algunos libros recientes de de Marta Lamas:

Acoso. ¿Denuncia legítima o victimización?

2018

Edition:Primera

Fondo de Cultura Económica

ISBN 13:978-607-16-5817-3

Feminism: Transmissions and Retransmissions

2011

Palgrave Macmillan US

ISBN 13:978-0-230-11893-

Series:Theory in the World

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

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