450 aniversario: Aguascalientes, la ciudad que llevamos dentro

450 aniversario: Aguascalientes, la ciudad que llevamos dentro

El SCM: entre la fiesta y la reflexión

Nuestra ciudad, la ciudad de Aguascalientes, este mes de octubre, celebra 450 años de su fundación. Por ello, el Seminario de Cultura Mexicana en el estado inició, el pasado jueves 16, una serie de actividades importantes para sumarse al festejo, y lo hace desde las artes y la reflexión, con el fin y el compromiso de difundir y compartir lo que sus miembros conocen y saben hacer.

En la tarde del jueves, nos tocó a Carlos Reyes Sahagún, Eudoro Fonseca Yerana, Jesús Eduardo Martín Jáuregui y a mí, referirnos a la vida de la ciudad, desde la perspectiva de la crónica, en el entendido de que la crónica es un género entre literario y periodístico que narra hechos reales de manera detallada y subjetiva. En él hay rigor para dar a conocer sucesos y personas, pero también un espacio para la opinión del autor, de quien escribe y habla, incluso, con una leve libertad de inventar, alimentado por la maravillosa ficción que nos ofrece la literatura. 

Más aún, con esa libertad adquirida podemos referirnos a un tiempo que aún no llega, al futuro. De allí el nombre de “crónicas del futuro”, una propuesta del maestro Ricardo Orozco Castellanos, presidente de la Corresponsalía Aguascalientes del Seminario. ¿Cómo será la ciudad dentro de 50 años? ¿Sus habitantes qué pensarán, qué valores priorizarán, cómo se comportarán y cómo convivirán con sus semejantes de aquí y del mundo, cómo se comportarán frente a la naturaleza?

Crónicas del futuro. SCM. 16-X-2024
Compartir crónicas de la ciudad

La crónica, lo recordó el doctor Eudoro Fonseca, citando a varios autores, en especial a Carlos Monsiváis, es la “reconstrucción literaria de sucesos o figuras, género donde el empeño formal domina sobre las urgencias informativas”. En este sentido, la crónica se construye con una narración en primera persona y asume una responsabilidad con sus opiniones: “dice lo que personalmente ve, sabe y piensa” y, al mismo tiempo, mantiene un compromiso especial con sus lectores: procura estimularlos y los invita a un viaje en el tiempo («crónica» proviene del latín chronica, que a su vez deriva del griego khroniká (χρονικά), cuyo significado es «anales del tiempo» o «cosas relativas al tiempo». La palabra está relacionado con la palabra griega khronos (χρόνος), que significa «tiempo»).

¿Todo pasado fue mejor?

Quienes nacimos o son aguascalentenses por adopción sabemos que, en muchos sentidos, la ciudad de Aguascalientes ha marcado, de una u otra manera, nuestra vida. Cada una de nuestras experiencias en este lugar lleva, valga la expresión, pedazos de ciudad, con amores y desamores, con esperanzas y frustraciones. Y todo, porque Aguascalientes no es el espacio de cientos de metros de cemento y metal, sino el universo contradictorio y calidoscópico de su gente.

Quienes han hecho crónicas de esta ciudad han procurado “habitar” este lugar que fundaron un otoño de 1575 un grupo de aventureros y aventureras valientes encabezado por Juan de Montoro. Este territorio es el mismo que defendió con su vida José María Chávez frente a los franceses invasores; el que también, en 1914, albergó a los revolucionarios que intentaron pacificar y construir un nuevo país; y el que resintió desde sus entrañas los cambios que trajo el ferrocarril y se subió a él con el orgullo de estar cerca del progreso.

Es en esta ciudad, el jardín de San Marcos fue testigo de las inquietudes artísticas y los sueños de los jóvenes preparatorianos Pedro de Alba, Saturnino Herrán, Manuel M. Ponce, Ramón López Velarde y Enrique Fernández Ledesma. Es en este lugar donde algunos se enorgullecen ingenuamente y hablan de modernidad porque se abren calles anchas y se reproducen centros comerciales al estilo norteamericano; pero que, a la vez, se alarman y preocupan -con toda razón- por la inseguridad y la violencia que ha llegado a nuestra vida en sociedad.

Invitación Música y poesía
Importante actividad del Seminario de Cultura Mexicana. Ags.

Aguascalientes, hoy, es la ciudad a la que ha llegado la tecnología para acercarnos al mundo de la globalización, al mismo tiempo que se viste de feria, desfiles y peregrinaciones; la que recibe con los brazos abiertos a las empresas trasnacionales y la que un día uno de sus poetas le llamó bellamente “Fraguas”.

Aguascalientes ha dejado de ser la ciudad modesta y bucólica que escribió en Un viaje a termápolis, el periodista Eduardo J. Correa. La ciudad de huertas y manantiales ya no existe, y no tenemos la dicha de notar la alegría de las arboledas y la fragancia de la fruta madura, como muchos la recuerdan con añoranza. Aguascalientes ya no es como la describió candorosamente Enrique Fernández Ledesma: “ciudad pequeña y vivaz…, de tranquilo y minucioso vivir… Ciudad de las flores, de los frutos y las aguas”.

Tampoco es ya la suma emblemática de los cuatro barrios que inspiraron un romance al poeta Jesús Reyes Ruiz, quien escribió: ¡alhajas de provincia!: San Marcos en “tiempos de vals”; Triana con “rumor de gitanos”; Guadalupe de “limpio silencio”, de costureras y alfareros, y La estación: “¡Hay como cantan los silbatos!, ¡Ay, como vibra el acero!”.

Lo que ahora presenciamos, nos dicen los profesionistas aguafiestas: urbanistas, sociólogos, demógrafos y geólogos, es una ciudad media, como otras que viven el lado oscuro de una modernización sui géneris: el crecimiento acelerado de la población; la demolición de edificios y casas habitación; la segmentación de la ciudad que margina en las peores zonas a la gente de bajos ingresos; el descuido de nuestro medio ambiente (véanse los casos de la Sierra Fría, La Pona, el Río San Pedro…); la ausencia de agua y la aparición de grietas; el transporte en la ciudad convertido en un caos vial; la creciente delincuencia que ya sabe de secuestros y asesinatos, y mucha gente que va y viene de prisa a no se sabe dónde.

En 1986, hace casi 40 años, Jean Meyer, historiador francés que visitaba esa ciudad con relativa frecuencia, escribió en El Unicornio, suplemento de El Sol del Centro, una reflexión sobre los riesgos de un crecimiento desorbitado de la ciudad. Imaginaba un escenario indeseable. Por desgracia, ese escenario es el que ahora estamos padeciendo. Así lo reconoció en un escrito: “resultó ser una profecía cumplida”.

Esa es también nuestra ciudad, ahora, 450 años de su fundación… Y es más y sigue con sus “remedos de grandeza”, como dijera López Velarde hace un siglo. ¿Somos el gigante de México o queremos serlo?

Rafael Juárez
Foto de Rafael Juárez

“Desde Aguascalientes se observa el mundo y las estrellas”, me pudiera decir Carlos Reyes, que me ha confesado su deseo de salir de la ciudad, y su imposibilidad afectiva para hacerlo. Prefiere, desde ella, hurgar el universo al mismo tiempo que escudriñar, como cronista del municipio, los rincones de esta ciudad y tener largas conversaciones con su gente para explorar sus mundos.

¿Todo pasado fue mejor? Desde luego que no. Recuerdo a familiares cercanos que me comentaban que habían vivido, a mediados del siglo pasado, la miseria de la ciudad y que varios de sus hijos habían fallecido ante la falta de cuidados medicinales básicos. Muchas de estas personas sólo habían cursado, cuando mucho, cuatro años de educación primaria y comenzaron a trabajar desde la adolescencia con bajos salarios y sin condiciones laborales dignas. En aquellos años, la población de Aguascalientes tuvo gobiernos con autoridades impuestas, sin posibilidad de participación electoral.

Por otro lado, ciertamente, mucho de lo que vivimos en la actualidad es indeseable y francamente reprobable. Los males ya se han apuntado arriba. Habrá que recuperar del pasado aquello que nos dignifique como personas en sociedad, al mismo tiempo que evitar y eliminar aquello que en la actualidad no contribuya a que seamos mejores. En definitiva, hay que aferrarse a aquello que en lo personal y en lo colectivo nos conduzca al bienestar, incluso a la felicidad, porque, como decía Aristóteles -y decimos nosotros-, “la felicidad es el significado y el propósito de la vida, es la meta general y la finalidad de la existencia humana”.

Brizia Hernández
Foto de Brizia Hernández

Celebrar con arte e historia

La Corresponsalía Aguascalientes del Seminario de Cultura Mexicana y la Universidad Autonoma de Aguascalientes, con este propósito de festejar los 450 años de existencia de la ciudad, van a inaugurar, el próximo miércoles 22 del presente mes, la exposición fotográfica “Somos ciudad. 450 Aniversario”, en la Galería Urbana de la UAA, ubicada en Av. Universidad. La invitación es para todos.

Las y los participantes en esta exposición son Maru García, Cinthya de Anda, Brizia Hernández, Nelsy Escobedo, Elizabeth Díaz, Fidel Báez, Juan Manuel Bonilla, Héctor Vargas, Fernando Franco y Rafael Juárez. Aquí se muestran algunas de estas fotos.

Fernando Franco
Foto de Fernando Franco

Con el nombre de “Aguascalientes, memorias de una ciudad que reverbera. Música y poesía”, integrantes de la Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana también ofrecerán, el día jueves 30 de octubre, una gran velada artística. Estarán, en la presentación musical: Beatriz Córdova, Dahlia Leyva, Arturo Reyes Barba, Saúl Robles y Jorge Valdivia. En sincronía, compartirán poemas Martha Lilia Sandoval, Sofía Ramírez y Mariana Torres. Este evento tendrá lugar en el Museo Escárcega, a las 7:00 de la noche. La puerta estará abierta.

Junto a las actividades artísticas, también queremos reflexionar sobre nuestro pasado. Para ello, se está reagendando la mesa de Historia de Aguascalientes, a cargo de Marcela López Arellano, Martha Lilia Sandoval, Víctor González Esparza y Andrés Reyes Rodríguez.

La invitación es para todos y tampoco tiene costo, porque el propósito es compartir y dialogar, disfrutar de expresiones artísticas y en conjunto, recordar y celebrar una fecha emblemática para quienes vivimos en esta ciudad que nos pertenece.

Fidel Báez
Foto de Fidel Báez
Maru García
Foto de Maru García
Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

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