Cómo interactúan las regiones con el poder central

El libro denominado Un siglo de tensiones. Gobiernos generales y fuerzas regionales. Dinámicas políticas en el México del siglo XIX, constituye una novedad bibliográfica para los interesados en el tema, y también una experiencia de ruptura con ideas sobre la nación, la patria y la política mexicana. Aborda las tensiones políticas del siglo XIX entre las regiones y el centro de México teniendo como una sus claves contextuales el proceso constitutivo de la nación, del estado moderno y también de muchas instituciones.[1]
El periodo temporal abarca de 1822 a 1893, casi un siglo en el que se ratifica la variedad de regiones de México por diferencias territoriales y por historias específicas. Las coordinadoras de la obra advierten que de ninguna manera se agota la comprensión del siglo y yo estoy de acuerdo, pero agregaría que a cambio nos ofrecen un mayor margen de comprensión desde una perspectiva original, hablo de las miradas locales desde también fue construido el Estado, una realidad en la que el sentido común y las interpretaciones fáciles que nos han hecho pensar que todo estaba determinado por el centro. Aquí podemos ver una idea casi contraria en la que se revela que es posible pensar el proceso de la nación desde las regiones, no como una reivindicación de orgullo provinciano, sino como una contundente muestra de realidad históricamente objetiva.
Un enfoque adicional, además de la construcción de la nación y del Estado, se materializa en las prácticas políticas. Los miembros de este proyecto usan un aparato crítico conceptual sólido, pero abren por esa misma inspiración, la necesidad de observar, más allá de lo que aportan las directrices legales, las actuaciones, los problemas y también los desafíos cotidianos de la gobernabilidad, la ronda de los valores de la modernidad, y el lado antropológico de las creencias y costumbres de la política.
Las tiesuras y estiramientos descritos, dicho casi textualmente por las coordinadoras del libro, muestran tensiones en todos los sentidos, tensiones verticales y horizontales, intra e interregionales, problemas que cuestionan la estabilidad del país: conflictos por la búsqueda de soberanía, jurisdicciones y competencias hacendarias y militares. Visiones del centralismo que alienta el tejido espacial asociado con regiones, provincias y departamentos. Una perspectiva que define como variables estelares a la soberanía, la hacienda, la organización del ejército, los procesos electorales y el control del territorio. También un seguimiento inevitable de las élites políticas
Realidades que explican los rediseños constitucionales en toda su legalidad, lejos de las miradas patrióticas tan propias de la Historia oficial. Los trabajos del libro demuestran la pluralidad regional advirtiendo que no son iguales, es por ello que al avanzar en la lectura de los textos queda claro al lector que tal pluralidad no es una creencia, sino un hecho consumado.
Uno de los resultados de historiar realidades lleva al encuentro casi fatal con mundos complejos. Además de lo ya descrito podemos ver que los investigadores participantes viajan y observan en menos de un siglo, por diversos sistemas de ordenamiento político en los que desfilan Estados monárquicos, republicanos, modelos centralistas y federalistas, parlamentarios y presidencialistas en un solo siglo.
En esta primera lectura también ofrecen material para interpretar los factores que animaron las tensiones y muy en especial el rol que juega el diseño constitucional como factor de equilibrio, es decir como un sistema que relajó tensiones mediante derechos individuales, soberanías estatales, surgimiento de la Suprema Corte de justicia (1857) y Juzgados de Distrito, formas institucionales para dirimir y redireccionar conflictos, e inclusive para impulsar políticas públicas.
Finalmente, cierra este círculo de complejidad imaginativa, otro tema vinculado con una dimensión de la antropología asociada con los liderazgos y las políticas de las que se valieron los gobernadores para obtener y conservar el poder. Un mundo poblado de redes, lealtades, reciprocidad, padrinazgos, patronazgos, amistades, negocios, concesiones y prebendas.
Todo esto nos hace pensar que en realidad el texto constituye un acercamiento a la lógica del poder, es decir a la lógica de los pesos y contrapesos y al referente de la división de poderes a que nos remiten a Locke y Montesquieu, esa misma lógica del poder que coexiste con los conflictos y fricciones entre las fuerzas centrífugas y centrípetas; al sistema de equilibrios y a la conformación de redes, alianzas y camarillas que nos recuerdan el peso específico de las aportaciones provenientes de Gaetano Mosca y Paretto. Una lógica en la que sobresale como categoría lo que las coordinadoras del libro y los diversos autores del contenido general llaman las prácticas políticas muchas de ellas de procedencia maquiavélica, asociadas con operación gubernamental, financiamiento, marcos legales y canalización de las demandas de la sociedad que nos remiten en un respiro a David Easton.
El caso de Aguascalientes merece comentario aparte. Fue fue escrito por el historiador Francisco Javier Delgado Aguilar.[2] Esta experiencia ocurrió entre la caída del segundo Imperio y la vuelta del sistema republicano, una oportunidad para confirmar a primera vista que el texto es coherente con el proyecto general de la obra que aquí presentamos.
Javier menciona tres momentos estelares. El primero entre 1866 y 1867 caracterizado primero por un gobierno interino dotado de facultades extraordinarias, y posteriormente por un gobierno obtenido por una elección constitucional de gobernador y trabaja para reorganizar el orden político a través de procesos electorales de diputados, presidentes municipales y regidores y claro esta la del propio gobernador. Elecciones en las que el grupo republicano encabezado por Gómez Portugal gana todo.
En un segundo momento, a partir de 1868, promueve una nueva constitución y reorganiza el esquema hacendario para incrementar impuestos, una medida que motiva el surgimiento de un movimiento opositor encabezado por varios municipios y hacendados con el apoyo de una parte de la prensa de la época, y también de la iglesia católica.
Los opositores ganan en primera instancia una batalla legal entre 1868 y 1869 mediante amparo promovido en el Juzgado de Distrito. El gobierno local logra que el fallo del Supremo Tribunal de Justicia rechace el dictamen y falla a favor de Portugal y sus aliados. La historia finaliza cuando ocurre la segunda elección presidencial en la que vuelve a Ganar Juárez derrotando a Sebastián Lerdo de Tejada, candidato éste que fue apoyado por el gobernador Gómez Portugal, razón suficiente para entender por qué Juárez terminó como aliado de los citados opositores. Este es justamente el núcleo de varias tensiones entre el poder local y el poder general.
En el tercer momento Javier habla sobre la relevancia de las redes políticas que sirvieron para ganar elecciones, imponer medidas gubernamentales y legislativas, y para llegar a acuerdos esenciales con el poder general para favorecer su causa. En medio de esas tensiones el grupo del gobernador utilizó como estrategia legal y argumento central la defensa de la soberanía de Aguascalientes para imponer medidas fiscales con plena autonomía. Por su parte, los opositores dejaron en claro que el protocolo para aumentar impuestos no había sido respetado en la fase previa a la aprobación del incremento a los impuestos, y también porque afectaba los derechos individuales.
Pese a lo tenso del momento, hasta donde entendí, quedó en claro que los dos grupos en pugna habían aceptado las reglas del juego para dar salida al conflicto, es decir, ambos, vencedores y vencidos, aceptaron el veredicto final de la Corte Suprema sosteniendo que el Poder General avaló la idea de que los estados eran libres, soberanos y autónomos para cobrar nuevos impuestos. De este modo el Poder general jugó a ser vigilante y decisivo en el resultado final. La elite y los grupos en pugna se alinearon, en especial, la oposición molesta y vencida, muy a su pesar, reconoció el fallo de la Corte Suprema, pero, como sabrán, no aceptaron la derrota definitiva.
De este modo Aguascalientes se constituyó en un ejemplo documentado del peso de las citadas tensiones, pero también de una inercia institucional para forjar estabilidad y equilibrio entre el poder general y regional. Para ello, más allá de los enfrentamientos legales, las redes del poder local operaron triunfos electorales, para conducir la administración gubernamental, impulsar reformas fiscales, para dar impulso al ejercicio de un modelo político perfectible pero que funcionaba.
Todo ello sucedió en el marco de nuevas reglas de convivencia entre poderes, y de una nueva cultura jurídica que se aderezaba con una etapa en la que caudillos y caciques, élites y camarillas e instituciones encontraron rutas para aligerar las tensiones al menos de momento. El pacto legal funcionaba, las inercias no escritas adquirieron sentido, las prácticas políticas, las escritas y las improvisadas, tuvieron eficacia para generar equilibrios y para conectar el poder con la estabilidad así fuera provisional.
Gracias a las doctoras Fausta Cantús y Alicia Salmerón representan una línea de investigación académicamente sólida y, gracias a ese antecedente, consulta obligada para nuevas investigaciones. Inspiran temáticas nuevas de investigación y alientan el interés por discutir realidades empíricas, pero también aportan a la forma de abordar el funcionamiento de los sistemas del poder, los modelos jurídicos y de las formas de operar los gobiernos. Analizan el poder con el estudio de conductas que van más allá de las simples ambiciones personales o grupales. Con ellas y los autores de los textos de cada estado de la república se puede compartir, sin ningún rubor, la máxima de Leonardo Da Vinci cuando dijo que el placer más noble que puede existir, es el júbilo que nace de comprender.
Link de los dos Tomos presentados que pueden ser obtenidos gratuitamente en versión PDF.
https://mora.repositorioinstitucional.mx/jspui/handle/1018/652
Fausta Gantús, y Alicia Salmerón (Coord.). Un siglo de tensiones. Gobiernos generales y fuerzas regionales. Dinámicas políticas en el México del siglo XIX. Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, 2024. El texto fue presentado en el AHEA efectuada el 12 de marzo de 2025. ↑
Impuestos, redes políticas y juicios de amparo. El proyecto de gobierno de Jesús Gómez Portugal en Aguascalientes y su relación con el gobierno general, 1867-1869. Pp, 52-85. ↑