Vientos modernizadores en el ICA, 1992-1998


“La cultura es el despertar del ser humano.”
— Maríae Zambrano, filósofa española.

“Hay ciertas cosas en las que no se debe soportar la mediocridad, como poesía, música, pintura”.
— Jean de la Bruyere filósofo francés.
¿Sin rumbo, ni proyecto?
Los reclamos por un mal desempeño en el Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) continúan, porque no se ha ido a la raíz de los problemas. No son acciones menores las que deben cambiar de dirección, sino la urgencia de crear un proyecto cultural ambicioso y profesional, que cuente con más recursos económicos y, especialmente, con personas que tengan el perfil para encabezar e implementar dicho proyecto. No ha habido argumentos sólidos para justificar la presencia de militantes del Partido de la Revolución Democrática en el ICA, porque ellos no tienen la experiencia ni las capacidades probadas para desempeñar el puesto que ocupan. Una y otra vez, se ha denunciado que, en la Universidad de las Artes, en los departamentos de Enseñanza Artística y Casas de Cultura, y de Planeación Académica, entre otros espacios del Instituto, están personas que no deben estar. Muestra de este malestar es lo señalado por artistas y docentes del ICA, cuando el 20 de junio, en una radiodifusora local, exigieron una investigación exhaustiva y transparente de la gestión de los recursos en lo que va de esta administración.
Así también, sobre estos problemas y refiriéndose al director del ICA, Alejandro Vázquez Zúñiga, el periodista y literato Edilberto Aldán escribió lo siguiente en La Jornada Aguascalientes: “sostengo que a quien yo sigo considerando mi amigo le quedó grande el puesto, no estaba listo para ser el director del ICA”. También señaló que el verdadero problema es que “el gobierno de María Teresa Jiménez no tiene un programa cultural”; más aún, que “el gobierno estatal ha desmantelado las instituciones culturales…”. Según Aldán, “la idea del gobierno estatal de cultura es la del espectáculo”. Y tiene razón, solo hay que recordar los millones de pesos que se gastan en complacer el gusto comercial de la gente, la programación deficiente de Radio y Televisión de Aguascalientes y los recursos malgastados en el área de comunicación.
A diferencia de lo que actualmente ocurre, hubo otra época en la que al gobernador del estado sí le importaba la promoción de las artes y la cultura. Hay evidencias, están los datos duros. De esta historia, escribo sólo algunas anotaciones por razones de espacio.

Una historia de “sí se puede”
En 1992, el gobernador electo Otto Granados Roldán apoyó la realización de un diagnóstico de la situación que guardaba el desarrollo y promoción de las artes y la cultura en Aguascalientes y, a partir de esto, planteó retos que pudieran ser atendidos durante su administración. Al final de su sexenio, escribió lo que constituyó el eje de su política cultural:
“Para mí había tres ideas básicas: incrementar, modernizar y enriquecer la infraestructura cultural con que contaba el estado; diversificar en términos de calidad y de orígenes la oferta cultural promovida por el Estado, y acompasar en la medida de lo posible la esfera de la gestión y la promoción cultural con la esfera de la educación formal y el sistema escolar. Esas fueron nuestras prioridades. Cada una de ellas se fue ajustando a lo largo del sexenio en función de tiempos, circunstancias y disponibilidades presupuestales, pero no varió lo sustancial”.
A diferencia de otros gobernadores que delegaban casi por completo los asuntos culturales a los directores de la Casa de la Cultura e Instituto Cultural de Aguascalientes, Granados Roldán quiso participar directamente en su promoción. Dentro de una corriente modernizadora, muy propia del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el gobernador procuró atender la cultura en una dimensión global y ubicó la política cultural tomando como marco el desarrollo de la entidad: “apoyamos la creación, la difusión y la enseñanza artística porque para nosotros apoyar la cultura no es un lujo, sino una prioridad y un activo fundamental en nuestra sociedad”. Luego mencionó, haciendo referencia a la postura de cerrazón de la presidencia municipal de censurar la exposición fotográfica de semidesnudos, en 1997, que había que respetar la libertad de creación:
“Sería inconcebible que la sociedad asumiera una actitud pasiva y conformista o, peor aún, que cediera ante propuestas intolerantes e impregnadas de franca ignorancia. El costo de nuestra indiferencia sería retroceder muchos, pero muchos años y perder una vieja tradición de libertades en el ámbito artístico que también con mucho esfuerzo se ha conquistado”.
La concepción del gobernador sobre la responsabilidad del Estado mexicano en el mundo de las artes no era confundir “talento con presupuesto, disciplina con subsidios, creatividad con becas”. Para él, “el Estado tiene como deber crear las condiciones básicas -materiales, físicas, intelectuales, etc.- para que los creadores desarrollen su propio talento, produzcan su trabajo con la mayor calidad”.
Para encabezar el trabajo en el ICA, el gobernador nombró a Enrique Rodríguez Varela, quien había colaborado cuando Jesús Gómez Serrano era director del Instituto. Desde el inicio, procuró vincular el mundo de las artes y la cultura con el sistema educativo estatal y, además, se refirió a la necesidad de una reglamentación en la materia:
“Hay casos que realmente dan miedo, porque al final de que realizas un buen espectáculo, por razones de desorden de impuestos, pagos, subsidios, etc., te quedas peor de como estabas, aunque la entrada haya sido buena. Por esto mismo, apoyo la idea de que es necesario tener alguna reglamentación al respecto, y si de esto después deriva en una ley estatal de cultura, estaría bien”.
Otro de los desafíos que el ICA enfrentó en esos años fue el relativo a las relaciones con el gobierno municipal de extracción panista, que, como sucedió en otros lugares del país, se caracterizaba por su intolerancia hacia ciertas manifestaciones artísticas. Pero, esta historia merece un texto aparte.

Experiencias para subrayar
Desde la creación de la Casa de la Cultura, las exposiciones han sido parte importante en la promoción de la cultura y también la creación de más espacios. Durante este sexenio (1992-1998) se inauguraron la biblioteca de Malpaso, Calvillo, y las Casas de la Cultura de Cosío, Tepezalá, El Llano y San José de Gracia; en este último municipio también se fundó un museo comunitario. Además, se adquirió el antiguo balneario Los Arquitos para crear un centro cultural y educativo, y se creó el Museo de Arte Contemporáneo. Al mismo tiempo, se destinaron recursos para remodelar el Museo Guadalupe Posada y se creó, en 1996, el Centro Cultural y Recreativo El Cedazo. Al termino de esta administración, Aguascalientes contaba con 40 espacios artísticos y culturales. Sobre este panorama, el maestro Juan Castañeda escribió:
“Es cierto que somos afortunados y tenemos –por mucho- más que otros estados que apenas sueñan con la mitad de lo que tenemos en infraestructura cultural, y probablemente muchos siempre lo seguirán soñando”.
Con respecto a las actividades de enseñanza, en 1995, en medio de una discusión sobre las prioridades en la política cultural en la entidad, el director del ICA, Enrique Rodríguez Varela, hizo el siguiente comentario:
“Yo plantearía que las prioridades en este terreno para el estado de Aguascalientes vendrían siendo: la enseñanza en primer lugar, en segundo la creación y en tercero la promoción. Habrá que hacer un énfasis para que estas políticas culturales formen parte de las políticas de bienestar social del gobierno del estado, que tengan el mismo rango que las otras políticas de bienestar, que vendrían siendo educación, salud, vivienda y empleo. Habrá que insistir para que dejen de concebir a la cultura como algo residual, marginal”.
Fue así que se procuró fortalecer las actividades de enseñanza de las artes y, en este contexto, la danza ocupó un lugar especial y controvertido: el maestro José Luis Sustaita apoyó la profesionalización:
“Nosotros tenemos el recurso y la capacidad para producir espectáculos de buena calidad y de primera calidad, pero para eso necesitamos también crear los espacios de formación de personas que se dediquen de manera específica a cada uno de los aspectos que conforman la puesta en escena del espectáculo… pero si ni si quiera empezamos a formar el elemento o el recurso de base, que serían los ejecutantes, pues entonces estaríamos obligados a tener que estar promoviendo el espectáculo a través de grupos foráneos”.
Por el otro lado, el maestro George Berard asumió otra postura: “Víctor Sandoval apoyaba los taller, porque con una escuela profesional los egresados no llegarían a ninguna parte, díganme ¿dónde va a bailar la gente?. A partir de este supuesto, concluyó: “no creo que haya muchas posibilidades para la danza profesional en Aguascalientes; en cambio, para los talleres sí hay mucho que hacer”.
En la escuela de música no se avanzó en la profesionalización, no obstante su antigüedad y que el ICA tuviera una orquesta sinfónica. En la Escuela de Artes Visuales el panorama no varió mucho a lo realizado en años atrás, y se continuó ofreciendo cursos de pintura, dibujo y fotografía. Para su director, la licenciatura en Artes Plástica no era necesaria. En 1994, en el III Encuentro Estatal de Artes Plásticas, dijo: “la exposición nos da un panorama bastante real de lo que sucede en la plástica de Aguascalientes: los herederos de las glorias de Herrán, Posada y Contreras aún están muy lejos”.
Dos experiencias exitosas fueron: la creación de la Escuela de Teatro y la obtención del registro por parte de la SEP y, de parte de la Dirección General de Profesiones, el registro de la carrera de Técnico Superior en Actuación, con el aval del INBA.
En el mundo de la literatura, durante el gobierno de Granados Roldán, se continuó apoyando a los talleres literarios y se participó en la revista Artes de México, la edición conmemorativa de los treinta años del Premio de Poesía Aguascalientes, en libros de CONACULTA y en la editorial española Ave del Paraíso.
En suma, contando también los libros de Ciencias Sociales y Humanidades, durante esta administración, se publicaron 107 títulos. Al mismo tiempo, la revista Espacios publicó 18 números y Talleres 19. Además, se publicaron 25 números de la revista escrita por niños y niñas Letritas grandes.
Como parte fundamental en el fomento a la lectura, se continuó con la feria de libros y, en 1993, se creó la primera feria del libro infantil y juvenil. A esto se agregó la visita de destacados literatos (José Emilio Pacheco, Carlos Monsivais, Alberto Ruy Sánchez y Juan Domingo…) La promoción de la literatura también se dio en los eventos que tuvo Aguascalientes con el Circuito Cultural Centro-Occidente. Con el Instituto de Educación se realizó un trabajo importante en la difusión de la lectura y se publicó el libro de texto gratuito Arte y cultura de Aguascalientes.

Entre la autocrítica y el orgullo
Con todo, hubo cuestionamientos: el poeta Ricardo Esquer escribió: “por ahora, la imagen literaria de Aguascalientes se acerca más a la de una adolescente que ignora las posibilidades de sus atributos y prefiere el narcisismo a romper su relación de dependencia con el poder”.
En el campo de la música, se fortaleció la presencia de la Orquesta Sinfónica con la dirección del maestro Gordon Cambell y el apoyo de un patronato, siendo uno de sus líderes el doctor Alfonso Pérez Romo, quien tiempo después recordó: “Se invitaban a 50 gentes, los sentaban ahí en el teatro… respondían que sí, aplaudían todos, luego se salían y no pasaba nada… hasta que invité a seis y cuatro quedaron”, ellos sí trabajaron. Por este y otros factores, según la opinión del maestro Cambell, la orquesta en 1998 se encontraba en “una etapa muy feliz”, con presencia en la sociedad. También se creó la Orquesta Sinfónica Juvenil de Aguascalientes.
Muchas de las actividades se atendieron con el apoyo del gobierno estatal y recursos propios, en otras se continuó con la relación del CONACULTA. Y a diferencia de lo percibido en otros años, la relación entre el gobierno estatal y “el centro”, ahora era buena, según la opinión del mismo Otto Granados:

Me habría gustado tener más dinero de la federación para proyectos culturales, pero entiendo que a ellos tampoco les sobraba el presupuesto y que había proyectos de mucho mayor envergadura -en zonas arqueológicas, por ejemplo- que requirieron mayor prioridad presupuestal de parte del CONACULTA. En el balance, me siento satisfecho de su cooperación.
Los avances logrados no hacen que el nivel cultural sea el óptimo. La idea de que Aguascalientes era la “Atenas de México” resultó inexacto, quizás ridículo, como dijeron los miembros la Asociación Cultural de Aguascalientes, décadas atrás, pues faltaba mucho por hacer. Pero este panorama no era exclusivo del estado, sino nacional, según lo apuntó Granados Roldán:
“esto no va en desdoro de nadie: un país que está en el lugar número 51 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, que lee más o menos medio libro al año, que produce patentes en una proporción menor a lugares como Corea u otros, pues sencillamente es algo desproporcionado aspirar, por ahora, a definirnos como una sociedad culta. Entonces, el problema no está en Aguascalientes, es una cuestión nacional. Hay que ser realistas y aceptar nuestras enormes limitaciones. Y, por otra parte, ¿qué es ser culto o quién es culto? El que lee a Musil, escucha a Rachmaninoff, ve a Matisse, asiste a museos y conciertos de la Filarmónica de Nueva York?…”.
Alternancia política y cultura

La promoción de las artes y la cultura se desarrolló principalmente con el apoyo del gobierno del estado: las finanzas de 1998 se integraron con recursos estatales 70.08%, recursos federales (CONACULTA) 10.01, recursos propios 17.61 y recursos municipales 0.30%.
Con la llegada del PAN al gobierno estatal, en 1998, hubo voces críticas que señalaron que el ICA iba a ir para abajo, porque era un partido conservador que no se distinguía por impulsar las artes y la cultura. De aquella experiencia, desde luego, falta que alguien haga un análisis.
……
* Fuente: Camacho, S. (2010). Bugambilias. 100 años de arte y cultura en Aguascalientes, UAA-ICA-CONCYTEA, México.