DIÁLOGOS POR MÉXICO… O LA FARSA DEL PRI
Durante los días 17 y 18 de octubre se llevó a cabo en la sede nacional del PRI, un evento en el que sus más altos perfiles participaron, con el fin de abordar los temas de la agenda nacional y fortalecer el proyecto del tricolor con miras al 2024.
Sin duda, el ejercicio sirvió para darle cámara a los presidenciables del PRI, entre quienes destacaron Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu.
Los priistas saben que atraviesan por la mayor crisis en su historia, porque así lo dejan ver los cada vez más reducidos espacios de representación que ocupan y, en todas las encuestas, sus números apuntan cada vez más a la baja. Los priistas también conocen los motivos: se trata de una crisis de credibilidad.
El PRI perdió a pulso su credibilidad durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, en el que nos prometieron una nueva forma de gobernar y en el que los escándalos de corrupción, del gobierno federal y gobiernos locales, no pararon de estallar.
La crisis de credibilidad del PRI se debe a que no han parado de mentir, aun estando fuera del gobierno. En el 2021 les prometieron a los mexicanos jugar del lado de la oposición, quienes votaron por algún priista en esa elección, lo hicieron con una idea en la mente: detener a AMLO y a morena y en la práctica resultó que, una vez más, le vieron la cara a la ciudadanía. El ejemplo más reciente fue la extensión de la permanencia del ejército en las calles hasta el 2028, plazo que no habría logrado morena sin el apoyo del PRI y aunque algunos priistas se mostraron valientes y desafiaron a su dirigencia, unos cuantos esfuerzos aislados no bastan para reivindicar lo que la mayoría de los legisladores priistas hicieron.
La crisis se acentúa más cuando el rostro del actual presidente del PRI, Alejandro Moreno, es uno de los mayores referentes de corrupción en la mente de los electores de todo el país.
La crisis se acentúa más cuando el rostro del actual presidente del PRI, Alejandro Moreno, es uno de los mayores referentes de corrupción en la mente de los electores de todo el país. Los priistas saben perfecto lo que tienen que hacer, pero no lo hacen, porque el Partido está secuestrado por Alito, que en su objetivo por mantenerse fuera de prisión, arrastra al partido con mayor historia en el país, directo a la ruina.
Durante la farsa de Diálogos por México, los participantes pronunciaron discursos loables, dignos del nivel de un presidenciable, aunque además del evidente objetivo de darle cámara al tricolor y a sus aspirantes, el ejercicio resulta, en la práctica, ocioso; porque bien saben lo que el país necesita y lo que el PRI debe hacer para recuperar su fuerza electoral.
Lo señaló muy bien Claudia Ruiz Massieu que, a criterio de este redactor, es una de las priistas respetables de alto perfil que quedan: “el desprestigio que hoy vivimos (los priistas) tiene una solución muy sencilla, seamos congruentes… con lo que decimos y con lo que hacemos. Hoy los mexicanos quieren una oposición que no se doble y que no se venda”.
El PRI ha mentido tanto y de manera tan recurrente, que la ciudadanía simplemente ya no le cree. Al priismo le urge correr a Alejandro Moreno de la dirigencia y colocar en su lugar a un opositor férreo y que goce de buena reputación, un perfil nada fácil de encontrar; solo así, el PRI podría aspirar a encabezar al bloque opositor en 2024, pues por la vía en que camina el partido, la sola idea de un bloque opositor tambalea ya bastante.
