ENTRE CHIQUILLADA Y CINISMO

Durante la última semana, hemos visto un embate entre el PRI y Movimiento Ciudadano.
Todo empezó cuando de Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, acusó que MC le estaba haciendo el juego a morena, al no sumarse a la alianza PAN-PRI-PRD y dividir así los votos de la oposición.


Un par de horas tardó MC en responderle Alito, lo que cualquier opositor le habría podido responder, que es el PRI el que ha servido de comparsa de morena, gracias a su doblado dirigente.

El cinismo de Alito a nadie sorprende ya, lo que sí sorprende es la falta de habilidad que muestra, poco digna de un priista de cepa ¿en qué pensaría acusando a MC, cuando apenas hace unas semanas se reiteró la permanencia del ejército en las calles, gracias al PRI? Claramente, su juicio está nublado.
El dirigente que llegó al cargo con el apoyo de la cúpula priista está cada vez más vulnerable, pues dentro y fuera de su partido, pierde cada vez más apoyo; su desesperación es evidente. Hoy no dista mucho del niño “buleado” por tener pecas, que “bulea” al niño chaparro, con la esperanza de que la cargada se vaya contra éste; la vieja confiable, culpar a otros para desviar la atención.
Y aunque esa táctica disuasoria a veces funciona, era más que obvio que para Alito sería inútil, pues el que ha puesto a tambalear la alianza Va X México, el que la ha traicionado repetidamente y promovió el PRIMOR en la Cámara de Diputados, fue él. Lo mejor que puede hacer el dirigente priista es callarse, esperando que su silencio le regale un poco de tranquilidad al tricolor.
En el clásico libro El Arte de la Guerra, Sun Tzu nos ofrece la fórmula de elegir qué batallas pelear y cuándo no hacerlo. Alito no solo eligió mal la batalla, sino que deja ver la clase de enemigos que está escogiendo: los pequeños. Así, nos deja ver en lo que sea convertido el PRI; el gigante hegemónico que alguna vez fue el partido aplanador, hoy no le queda más que pelear en arenas pequeñas, batallas pequeñas, con su dirigencia pequeña.
Al mirar la espiral descendente en la que Alejandro Moreno ha sumido al PRI, no dejo de preguntarme ¿qué esperan los priistas para deshacerse de semejante lastre? ¿permitirán que un solo hombre acabe con lo que queda del partido?
Apostilla: No es mi intención demeritar a MC, aunque aún es un partido pequeño a nivel nacional, reconozco que institucionalmente juega bien.