Alessa contra todo el poder
Amenazas, intimidación y convivencia con un poderoso funcionario del Tribunal Electoral de Aguascalientes, es lo que vive Alessa.
Una acalorada discusión escala y pasa a la agresión física de un protegido funcionario a una subordinada. En la artera agresión, la vida de la víctima es puesta en peligro y se ataca su integridad física. Alessa se atemoriza a tal grado que se niega a denunciar lo sucedido, a pesar que en ese entonces quedó huella visible en su cuello. El terror que se apoderó de Alessa hace que por un largo lapso de tiempo se niegue a recibir ayuda y a denunciar.
Con el paso del tiempo Alessa muestra los síntomas del estrés postraumático: falta de sueño, sensación de persecución, problemas digestivos, caída de pelo, dolores de cabeza, falta de concentración, etc. Cuando la descomposición personal llega al límite y la pone en situación de perder su trabajo, Alessa toma la muy difícil decisión de exponer lo sucedido y denuncia a su agresor.
La denuncia. Denunciar ataques físicos o anímicos es una acción increíblemente desgastante para una víctima. Cuando se expone un hecho violento, la primera reacción del o la receptora de la denuncia, será en un alto porcentaje, de incredulidad. ¡Estás exagerando! Será muy probable escuchar. ¿Por qué no denunciaste antes? ¿Qué interés persigues ahora? ¿Quién está detrás de ti? es altamente probable que escuche.
El agresor: protegido. Un agresor, cuando se sabe a sí mismo con algún tipo de ventaja, protección o prerrogativa, se comporta como un depredador, bully o maltratador pues para su necesidad de control y poder, la protección de que goza es usada como una coraza que le permite golpear, sin ser golpeado.
La protectora… armadura. La visibilización de la situación de violencia que vive Alessa se vuelve un problema de muchas aristas. Por un lado está, lo indispensable que el funcionario dice ser pues, según pregona él mismo, es irremplazable por su especialización en la materia electoral, lo que lo convierte en pieza clave en el estudio y resolución de buena parte de los conflictos que son turnados al tribunal.
Por otro lado está la muy evidente cercanía que el agresor tiene a una poderosa mujer, que no va a parar en acciones para desacreditar o descalificar a quien se atreva a señalar al agresor y auxiliar a la víctima. Acciones de tipo legal, operación política, intromisión de órganos externos y presión mediática son las armas que ya utiliza la protectora del abusador.
¡Alessa no está sola! Dos de las tres magistraturas que integran el Tribunal Electoral de Aguascalientes, tomaron la decisión de acompañar a Alessa en su denuncia, así como en la tramitación de la misma. Ambas magistraturas son ocupadas por personas altamente prestigiadas en el ámbito electoral tanto local, como nacional y son personas con vocación probada una y tantas veces, por la justicia. Una de esas personas, libra además una valiente lucha por el respeto a su identidad personal y la inclusión de la diversidad en la vida pública.
Alessa también cuenta hoy, con el acompañamiento terapéutico de un grupo de defensores de derechos humanos, integrado en su mayoría por respetables maestros jubilados y asesores jurídicos. Este grupo tuvo conocimiento del hecho violento desde su comisión y fue factor importante para convencer a la víctima de superar su temor y proceder contra quien atentó contra su integridad personal.
Alessa contra todo el poder. El nombre de Alessa no es el real, pero la tragedia que vive, sí. Ella, con todo y su miedo, está hoy en una difícil postura ante quienes no dudarán en hacerle todo el daño posible, a fin de sortear el desprestigio que puede causarles la socialización de esta injusticia.
Le espera a Alessa, un largo proceso en que revivirá una y otra vez la agresión sufrida. Le esperan miradas de incredulidad, ataques de espontáneos que se sumarán a las filas de su agresor por una equivocada actitud identitaria. Le espera buena prensa y mala prensa, conmoción en redes, polémica.
El protocolo de protección para víctimas que denuncian violencia en su entorno laboral, no se ha aplicado hasta el momento de redactar este escrito, así que Alessa se encuentra cada día, cara a cara con su agresor.
Estimada lectora, querido lector de esta su cocina. Usted puede ayudar a Alessa con sus palabras de aliento. En mi dirección de correo electrónico que incluyo al final de este escrito, puede manifestar a Alessa su decisión de no dejarla asequible ante la violencia de que fue objeto; su decisión de acompañarla en el largo proceso que le espera en su búsqueda de justicia, pero ante todo, puede darle la seguridad que en su lucha, no está sola.
socorroramirez11@gmail.com