ALIANZAS ELECTORALES ¿PARA QUÉ?
A la memoria del Güero Juárez
Hoy leí en Crisol la información de la renuncia de la Senadora del PAN Martha Márquez a su partido y su ataque no tan desvinculado de la realidad, contra quien fura si correligionaria Tere Jiménez, que muchos magnifican, pero que olvidan que en tierra de ciegos, el tuerto es rey.
El hecho sin duda tiene varias lecturas y algunas de ellas, con franqueza me dieron escozor, por los posibles escenarios que podrían presentarse, aunque es conveniente hacer varias lecturas y partir de los escenarios nacionales, que seguramente inciden en lo que sucede en la entidad.
Morena vive una aguda crisis interna, en la cual se ha hundido en los últimos años y pareciera no poder salir todavía, al contrario, conforme pasa el tiempo se ahonda más. Su dirección nacional de ha dividido, su dirigente no escucha ni ve nada, solo muestra la frivolidad que le embarga como se expresa en su ida al evento de Fórmula Uno, convirtiéndose en una rémora para la 4T.
Nada le ha ayudado al actual gobierno que nació de su cuño y la predominancia de los bonos arriba de López Obrador son más allá de Morena, la cual subsiste electoralmente en gran medida por su líder, no por el trabajo que lleva a cabo entre los ciudadanos. Con su alianza con el PT, el Verde y en algunos lugares el Panal (en los que mantiene con registro), alcanza la mayoría simple en la Cámara de Diputados, pero no la calificada necesaria para cualquier reforma constitucional, como es el caso de la iniciativa de reforma eléctrica.
También ayuda la flaqueza y debilidad programática de la oposición, particularmente esa melcocha ideológica que representa Va por México, apadrinada por personajes archiconservadores y fachos como Claudio X. González y Gustavo de Hoyos. No hay competencia real, menos aún debate, por algo el conservadurismo ha decidido no participar en la consulta, que sería su oportunidad de sacar a López Obrador de Palacio Nacional.
El proceso interno del PAN ha evidenciado su división de consecuencias todavía no medidas. El afaire Marko Cortés-Martín Orozco es sólo una pequeña manifestación de ello. Ambos piensan igual, pero defienden distintos intereses y puede ser que esto se vaya viendo reflejado en Aguascalientes. No es entonces cuestiones de otra naturaleza las que subsisten en la disputa interna ni en la decisión de la Senadora para tomar a determinación de abandonar al PAN.
Corresponden al muñequeo interno en el PAN nacional y que empieza a dar manifestaciones locales, de repercusiones todavía impredecibles. Hasta ahora el blanquiazul no requiere alianza alguna para ganar las elecciones el año próximo, pero dividido puede bajar su actual puntaje, por lo que si le sería valioso la suma del PRI y del PRD.
Muy por debajo está Morena en un nada desdeñable 25%, lo cual han alcanzado aún ellos mismos y su vocación para seguir divididos. Pero una división del PAN pudiese acortar las distancias y convertirse en más competitivos. Hoy también he visto que el Senador Daniel Gutiérrez Castorena, académico de la UAA, se ha registrado como candidato a gobernador, pero hay quien aventuró a decir (eso también lo leí en Crisol, la posibilidad de que la Senadora Márquez pudiese ser postulada por el partido gobernante. Por eso digo que me causó escozor.
Aunque también se ha dicho (yo no tengo elementos para confirmarlo), que Martín Orozco está detrás de Convergencia y por lo mismo la Senadora pudiese ser postulada por ese partido. De ser así dividiría a la derecha, pero no necesariamente afectaría sustantivamente la votación del PAN.
Por ello es importante lo que haga Morena en la entidad, manteniendo la alianza de nacionalmente soporta, pero también yendo en un ambiente de unidad interna. Y eso es lo complicado. Su actual no ayuda nada, sigue manteniendo las posturas gregarias de las anteriores y ahora más, pues defiende las pretensiones de su líder de secta: Ricardo Monreal.
No sólo es la necesaria unidad interna, difícil de lograr, porque no hay voluntad política de sus partes, también son los retos que tienen por delante impulsar con sentido de responsabilidad para lo que podría suceder en el país. Me refiero al proceso de consulta por la revocación de mandato, que debiera ser una oportunidad para entrar en contacto con la gente, a la cual tienen muy abandonada, incluso a aquella que votó por ellos en 2018. Segundo, el impulso al apoyo popular por la reforma eléctrica. Ambas tareas planteadas por cierto para abril próximo.
De paso, esto traería otro ingrediente para el proceso electoral y para la definición de una alianza no solo con fuerzas políticas sino con el movimiento de masas. Que no exprese el pragmatismo de postular a personajes con presuntas personalidades ganadoras, porque así pudiesen aparecer infinidad de Lilys Téllez, ensalzando el santinbanquismo y el arribismo.
Las alianzas deben ser entre semejantes y trazarse no a partir de un candidato X, sino teniendo como base el programa, del cual se derivan las plataformas electorales. Esperemos que en partidos y dirigentes prevalezca la cordura.
