“ARNOLD” – NETFLIX
Se le ama o se le odia, pero es innegable la participación de Arnold Schwarzenegger en la forja de la iconicidad del cine y cultura pop en general durante la década de los 80’s al punto en que él mismo, asimilado por sus famosos personajes, se volvió uno de carne y hueso bajo el amparo y mimos de la era Reagan.
El público se le entregó en base a su carisma y roles cinematográficos, pero el como persona y entidad sólo lograron conocerse mediante los mendrugos que los medios de comunicación arrojaban en gran parte por la misma reticencia de éste fortachón de ascendencia austriaca mostraba al respecto.
Por ello ésta serie documental para Netflix con tres episodios de una hora logra acercarnos mucho más, sin que la experiencia sea total en cuanto a grados de intimidad, a la vida, pasado y pensar del otrora ídolo del cine de acción por antonomasia.
La narrativa se divide primero en su vida como fisiculturista, posteriormente enfocándose en su carrera como “actor” (porque, seamos honestos, como histrión era buen levantapesas) y finaliza con su labor como político y los escándalos que marcaron el clímax de su mandato como Gobernador de California.
Arnold como personaje mismo sí logra fascinar, pues todo su proyecto de vida fue mediante la mentalidad característica de un aficionado a la halterofilia donde su misión era superar meta tras meta alimentado de una ambición desmedida y un ego insuperable.
Todo esto se aborda y explora mediante un trabajo narrativo sustentado, rítmico y jugoso en cuanto a elementos de trasfondo (los pasajes sobre su infancia, dinámicas familiares y juventud logran cautivar) y el desglose de su personalidad es lo suficientemente honesto y sensato para que entendamos mejor cómo opera una de las psiques más famosas del mundo.
“Arnold” es un trabajo documental puntual y excelentemente producido que no se conforma con las vías testimoniales estándar (y las hay, desde sus colegas fisiculturistas hasta estrellas del cine norteamericano como James Cameron o Jamie Lee Curtis) sino que acrisola diversas perspectivas –no todas halagüeñas- que arman una idea más certera y cercana sobre uno de los hombres más emblemáticos y representativos de lo que es Hollywood al grado de plantearlo finalmente más como un hombre con pies de barro que como un gigante musculoso de armas tomar.
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