Atender los rezagos educativos en Aguascalientes, hoy
“La educación puede transformar vidas, y tiene la capacidad de crear ciudadanos con una mentalidad internacional capaces de prosperar en su entorno, tomar decisiones saludables y construir un mundo más justo, incluyente, sostenible y seguro”.
— UNESCO
“La educación es un fenómeno de transformación en la convivencia, en un ámbito donde el educando no aprende una temática, sino un vivir y un convivir”.
— H. Maturana y X. Dávila
Nota introductoria: opción personal
Desde finales de los años setenta del siglo pasado, decidí dedicarme al estudio de la educación en México y, específicamente, de la educación en Aguascalientes. Participé en foros nacionales, de esos que se hacen para “consultar al pueblo mexicano” y elaborar planes nacionales y programas sectoriales de educación. En este preciso momento, me viene a la mente una consulta realizada en los primeros meses del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado para elaborar su plan de trabajo, que por ley los presidentes de la República deben formular.
Como docente, he impartido muchas clases sobre la problemática educativa en México en pregrado y posgrado y, como investigador, he explorado y llegado a conocer experiencias históricas muy importantes del siglo XIX y XX en el país y en Aguascalientes. Sólo menciono la investigación que realizamos Yolanda Padilla Rangel y yo, y que luego se publicó en tres ocasiones con el nombre de Vaivenes educativos. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX.
Durante nueve años fui funcionario en el gobierno del estado, vinculado a conocer y proponer mejoras en materia educativa. También a tomar decisiones. Me tocó participar, de alguna manera, en el proceso de descentralización educativa que vivió el país durante la administración de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y que aprovechó el entonces gobernador de Aguascalientes, Otto Granados Roldán. Fue una labor realizada con buenos resultados, que mereció ser reconocida en varias partes del país.
Todo esto viene a cuento porque ahora quiero aprovechar este espacio para lanzar algunos puntos de relevancia en materia educativa que merecen ser analizados y compartidos, invitando al lector a la crítica, la reflexión y el diálogo, bajo el principio de que la educación de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes debe ser una prioridad en la que no sólo el gobierno tiene que intervenir, sino también y, de manera más efectiva, la sociedad.
Antecedentes y normativa educativa
La educación, se ha dicho con razón, es un medio eficaz para impulsar el desarrollo de las potencialidades de las personas, además de un extraordinario motor de transformación social, cultural y económica. La educación, como se señala en uno de los epígrafes arriba citados, se relaciona con la vida y la convivencia. De la relevancia de su poder transformados y a veces conservador se tiene conciencia desde hace muchos años. En México, y más específicamente en Aguascalientes, hay experiencias muy importantes en el siglo XX, como son las reformas educativas que han calado el sistema educativo.
De estas reformas sólo destaco dos: la creación de la SEP y su proyecto federalista de ampliación de la cobertura y de impulso a la cultura, al iniciar el siglo XX, en 1921, y el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, al finalizar ese siglo, en 1992, el cual impactó positivamente en el sistema educativo nacional. Está en marcha la Nueva Escuela Mexicana, la cual forma parte de una política pública del gobierno federal que se autonombra de la Cuarta Transformación (4T). Se trata de una reforma que trastoca en muchos sentidos las concepciones y dinámica del sistema educativo mexicano. Está por saber de qué manera se recibe, se comprende y se aplica en las escuelas de Aguascalientes. Me parece que es necesario tener un diagnóstico claro, autocrítico y propositivo al respecto.
Siguiendo la legislación de los años noventa del siglo pasado, hubo acciones importantes para descentralizar la toma de decisiones y formular proyectos propios que atendieron las características y necesidades locales. Desde entonces, han existido iniciativas relevantes, pero las reformas de carácter nacional no han calado e impactado como se quisiera, sin negar que algunos programas sí han mejorado realidades educativas que estaban en rezago.
Analizando los programas educativos gubernamentales de hace décadas, algunos objetivos prioritarios han sido los mismos, como atender la cobertura educativa, pero de manera escalada: los cambios en el artículo 3° constitucional colocaron como obligatoria la educación secundaria en 1993, la educación preescolar en 2004, la educación media en 2012 y la educación inicial en 2019. Los avances en este rubro en Aguascalientes han sido significativos en primaria y secundaria, no así en educación inicial y bachillerato. El problema del abandono escolar también está presente en el nivel medio superior y superior.
La calidad como aspiración continúa
El tema de elevar la calidad educativa llegó tardíamente como prioridad que ahora debe ser atendida con urgencia, así como las evaluaciones externas, las cuales pusieron en duda los resultados que otorgaban las y los docentes a sus estudiantes. A partir de la aplicación de pruebas estandarizadas, pudimos conocer como sociedad las limitaciones en el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje en educación básica y media superior. Las pruebas internacionales ratificaron lo que ya se sabía, y colocaron al país en los últimos lugares dentro de una clasificación global.
Con la administración gubernamental, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) desapareció y ahora hay menos posibilidades de tener un conocimiento preciso sobre los niveles de la calidad o excelencia que tienen las y los estudiantes mexicanos, particularmente los de Aguascalientes.
Lejos estamos de cumplir con el mandato constitucional de tener nuevas generaciones que estén desarrollado armónicamente todas sus facultades como personas y de lograr, además, que ellas construyan y vivan en una cultura de paz y honestidad, y que favorezcan condiciones para tener justicia social. La calidad educativa significa que los contenidos de aprendizaje son pertinentes cuando son de interés y favorecen el desarrollo individual de las y los estudiantes, y también la calidad de contenidos existe si son relevantes en cuanto atienden las necesidades y los proyectos sociales que benefician a la colectividad. Vale la pregunta: ¿y cómo estamos en estos rubros?
Para elevar los niveles de calidad, entre otros factores, está el mejoramiento del trabajo del magisterio. Desde la educación inicial y la educación especial hasta la educación superior, es muy importante atender la vocación y la formación de las y los docentes, toda vez que ello impacta en su desempeño y, por consiguiente, en la educación de sus alumnos. Por esto es indispensable atender los programas de formación docente, especialmente los de las escuelas normales. En particular, en las normales de Aguascalientes urge que las plazas se asignen previo examen de oposición y desaparezcan viejos vicios. Así habrá más docentes competentes y con vocación.
Las y los maestros en todos los niveles y modalidades deben estar bien formados, pero, al mismo tiempo, tienen que tener mejores condiciones laborales y una valoración social positiva y digna. En Aguascalientes, como en otros estados del país, hay muchas brechas que deben acortarse sobre el particular.
Si se atienden los objetivos del Programa Sectorial de Educación 2020-2024, los entornos escolares siguen siendo elementos de mejora. Particularmente, se requiere atender la infraestructura física y el equipamiento de las escuelas en la entidad, aunque falta elaborar un diagnóstico preciso del estado que guardan los planteles en todos los niveles educativos, públicos y privados del estado. La infraestructura escolar siempre es relevante y se precisa de un programa detallado que atienda principalmente a los planteles que más lo necesitan, desde una perspectiva de equidad. Lo que se percibe es que en las zonas de pobreza y marginación se encuentran escuelas que tienen muchas carencias que en otros planteles no existen.
Hablar de entornos escolares favorables también es referirse al ambiente que se crea entre todos y cada uno de los actores que conviven y participan. Desde no hace mucho tiempo, los problemas de violencia escolar no eran visibilizados como ahora. Esto es un gran logro, porque se han identificado problemas que tienen que ser atendidos con urgencia. En Aguascalientes existen escuelas con problemas graves, alentados por la violencia exacerbada que vive el país. Es un imperativo, por tanto, atender el clima escolar y desarrollar programas eficaces sobre el desarrollo de habilidades socioemocionales y una formación ética sólida que, en definitiva, conduzcan hacia una educación integral de las personas.
Educación ¿para qué?
La educación en Aguascalientes no puede trabajar como un sistema escolar cerrado; en otras palabras, la política educativa tiene que fortalecer las relaciones que se tienen con otros ámbitos de la vida pública. De esta manera, la formación de nuevas generaciones tiene que atender los problemas estructurales sobre los cuales poco se ha avanzado, como los de los recursos naturales. Sin duda, una nueva ciudadanía se preocupa y se ocupa por lograr seguridad hídrica y evita la concentración de tierras y agua. Igualmente, la educación se vincula con temas de convivencia en las ciudades, desarrollo urbano armonioso, movilidad, etc.
Asimismo, la relación del sistema educativo con la mejora de la economía nacional y local es evidente. En Aguascalientes, la economía ha crecido por encima del promedio nacional, debido a una industrialización basada en capitales externos en los sectores automotriz y electrónico, pero se han descuidado otros. Este desarrollo, nos dicen los expertos, no se ha extendido a otras empresas y los empleos existentes no son bien remunerados. Existe pobreza laboral, afectando particularmente a las mujeres, a los jóvenes y a los que trabajan en el sector informal. Por tanto, urge atender de una mejor manera la relación entre educación, economía y empleo digno.
La educación también se relaciona como la formación de una ciudadanía responsable en la consolidación de instituciones democráticas que impulsen y se vean acompañadas de mejores condiciones de vida, especialmente para la clase trabajadora y grupos históricamente marginados.
Una educación para la democracia y en democracia fomenta una mayor participación ciudadana, crea nuevas formas de gobernanza pública, incrementa la lucha en contra de la corrupción y favorece condiciones de seguridad y sana convivencia entre la población. Con educación se fortalecen mecanismos culturales de respeto, inclusión y libertades, e impulsa el diálogo y la pluralidad de pensamiento y creencias. Particularmente, favorece el empoderamiento de mujeres.
La educación, ciertamente, no es la panacea con la que se pueda cambiar el mundo, erradicando rezagos de un desarrollo sostenible, tampoco es la varita mágica con la que se pueda generar de la noche a la mañana una cultura de participación democrática e inclusión social. Con ella tampoco se tendrá en lo inmediato una sociedad segura y alejada de la corrupción y las violencias estructural y cotidiana. No, eso no es posible, pero sí está claro que sin una educación de calidad para todas y todos no habrá nada de lo antes dicho.
Bien se escribió en el importante Informe Delors, hace ya algunos años: “Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social”. Y esto vale, desde luego, para Aguascalientes.
Excelente artículo. Bien informado y con propuestas de solución.
Muy buen artículo estimado Doctor, invita a la reflexión y a buscar nuevas respuestas a la situación que prevalece en la educación en nuestro país, ante los grandes retos que enfrentamos.