Breve introduccion a la desobediencia civil de Thoreau

Acepto de todo corazón la máxima “el mejor gobierno es el que gobierna menos” y me gustaría verlo puesto en práctica de un modo más rápido y sistemático, pero al cumplirla resulta, y también así lo creo, que el mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto; y cuando los hombres estén preparados para él, ese será el tipo de gobierno que tendrán.

-Fragmento de la desobediencia civil, Henry David Thoreau-

Durante años, la discusión sobre el significado del planteamiento principal de la obra cumbre del norteamericano Thoreau ha sido diversa y compleja, pero realmente enriquecedora. Nacido en Massachusetts en 1817 Henry, uno de los fundadores de la literatura estadounidense, fue también agrimensor, fabricante de lápices y naturalista; siendo la oratoria y la escritura su principal cualidad.

En la guerra contra México de 1846 se negó a pagar el impuesto que financiaría la misma al considerar que era injusta y únicamente expandiría la esclavitud hacia el oeste. Las tierras no pertenecían a su país y por ello no concebía la intención de arrebatárselas al pueblo de México. En ese año escribiría el ensayo que lo inmortalizaría en la literatura moderna: la desobediencia civil.

El pensamiento libertario que promueve en esta obra, construye su discurso en el derecho a la rebelión. Rebelión contra la violencia, la injusticia y, sobretodo, contra quienes la ejercen y promueven. La ética y convicción pacifista fueron distintivos de éste personaje, por esa razón, es importante no confundir la subversión suscitada en el ensayo, con aquella que apela a la violencia y la exaltación.

Exigir y hacer cumplir la ley es una obligación civil, cada vez estoy más convencido que, incluso, es un eslabón necesario para el desarrollo de una sociedad. Hacer alusión a Thoreau nos exhorta también a reconocer el papel del hombre en la naturaleza, la necesidad de equilibrar el expansionismo de su especie e invadir los espacios naturales sin algún sentido de preservación.

De manera tajante, para él era importante mantener un estado ecuánime en las decisiones, además de privilegiar el argumento ampliamente analizado con reflexión y autocrítica, antes de emitir una opinión. Su estilo de vida fue congruente en todo momento, siempre su palabra estuvo de acuerdo con sus acciones.

Volviendo al planteamiento de su frase: “el mejor gobierno es el que gobierna menos”, el anarquismo no es la invitación que nos hace el autor, su propuesta gira en torno al error cometido en algunos gobiernos, donde por querer abarcar todo en un periodo gubernamental, se termina por abandonar la función principal del gobierno; la autoridad del Estado que dirige, controla y administra sus instituciones.

Dicho esto, en definitiva para Henry mientras menos reformas, reglas y normas imponga el gobierno, la disposición e iniciativa del pueblo en cooperar y mantener una relación productiva entre ambos, será más eficiente. Su máxima me recuerda mucho al filósofo chino Lao Tsé al decir que: “un imperio está en decadencia cuando éste, tiene muchas leyes”. Por lo tanto no funciona.

Para entender el presente político, es importante conocer el pasado y principio que lo fundamenta. Leer a Thoreau es simplemente necesario para lograr ese objetivo, es una invitación a la lucha por la libertad social, por la educación, el respeto a la naturaleza y la formación de una sociedad con mayor cultura civil.

Confío en que al igual que yo, encuentren en Henry la intención de promover, trabajar, y favorecer la edificación del gobierno que todos hemos deseado alguna vez. Un gobierno que anteponga siempre los intereses de su pueblo y mantenga una relación estrecha con el mismo, después de todo, “no hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo” según Maquiavelo.

Con esto, la estabilidad social traerá grandes beneficios, siendo el marco económico, el de mayor relevancia. Todo fenómeno económico es algo que se produce en sociedad y solo en sociedad, pero no todo fenómeno social es de carácter económico decía Felipe López Rosado.

Suscitar la política que fomenta el orden, el dialogo y el respeto a los derechos civiles ha sido el estandarte de aquellos que se han dejado embriagar por la prosa de la desobediencia civil. Aquel delirio político se ha logrado en algunos casos de la historia con la contraparte ideológica de la obra. Martin Luther King en su lucha por los derechos de la comunidad afroamericana creía firmemente que “ante la ley injusta, desobediencia civil”. Su papel fue crucial en su país en el combate contra la pobreza y la injusticia, demostrando al mundo que el desorden civil contra las acciones represivas, no requiere de violencia para exigir igualdad y respeto.

Sin duda, hay que reconocer el importante impacto de la obra. Por un lado, el pensamiento libertario que ha influenciado a grandes personajes y por otro la preocupación de Thoreau por el frenesí de una sociedad que desde aquel entonces se encaminaba al consumismo, aquel al que Octavio Paz refería como el precursor de producir más para consumir más. Dicho error ha sido cíclico en la humanidad, por ello, exhorto amable lector a conocer a éste distinguido escritor.

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