Cachirurlo: Enrique Alonso

Cachirurlo: Enrique Alonso

[bctt tweet=»Cachirulo era el personaje, interpretado por Enrique Alonso, que intervenía en la escenificación del cuento en turno con este personaje, si la historia lo permitía, o actuando fuera de él» username=»crisolhoy»]

Cachirulo: Enrique Alonso

 

 

Por razones nostálgicas, ponemos inmediatamente después del título el video cuyo link es:  https://www.youtube.com/watch?v=-JbqYmf-k8E

Es el tema sintonía del Teatro Fantástico, de Cachirulo)

Si usted nació antes de 1970, o mejor aún; antes de 1965, seguramente reconoce el tema del vídeo que encabeza este artículo. Por años se ignoró el nombre de esta pieza ya que el mismo Enrique Alonso lo había olvidado. Cuando se empezó a trasmitir el programa infantil “Teatro Fantástico”, netamente un programa de cuentos infantiles para un público de niños, y como decía Cachirulo: “para los niños, los papás de los niños y los papás de los papás de los niños”, se requería de alguna música adecuada, y Alonso recordó que en uno de sus viajes al viejo continente había adquirido en Londres un disco con una pieza que le gustaba. Llevó el acetato a Telesistema Mexicano, antecesor de Televisa, y quizá porque les gustó más o por error, los editores de la película de introducción al programa –el programa en sí era en vivo–, usaron la pieza del otro lado del disco, de la que Cachirulo ni siquiera recordaba el nombre. El vals del trompetista, del compositor Jonnathan Levy, de 1947.

El Teatro Fantástico era, en efecto, un programa que reunía a toda la familia en torno del televisor, niños, padres y abuelos. Cachirulo era el personaje, interpretado por Enrique Alonso, que intervenía en la escenificación del cuento en turno con este personaje, si la historia lo permitía, o actuando fuera de él. Adaptaciones que hizo Alonso de cuentos clásicos de los hermanos Grimm, de Perrault, De Hans Christian Andersen, cuentos anónimos, etc., y no pocos de su propia autoría.

Una gran mayoría del público imaginaba que Enrique Alonso tenía parentesco con el actor y productor Ernesto Alonso, pero esto no era posible debido principalmente a dos cosas: Primero, el productor era hidrocálido y el cuentista había nacido en Mazatlán, y segundo, Ernesto, de apellidos Ramírez Alonso, sólo había omitido su primer apellido, pero sí que era Alonso; Cachirulo en cambio había trocado su nombre real Enrique Fernández Tellaeche, por el nombre con que fue conocido y reconocido: Enrique Alonso, Cachirulo.

Pero Enrique Alonso no fue siempre Cachirulo.

Enrique Fernández había nacido el 9 de septiembre de 1924 y debuta como actor de teatro en 1948 en el Teatro Virginia Fábregas, de la mano de Lupe Rivas Cacho, pero fue María Conesa, La Gatita Blanca, de quien aprendería todos los secretos del teatro en todas sus facetas, y habiendo sido gran amigo de la célebre Conesa, resultó en heredero universal de ella, no solamente de sus cosas materiales, siendo lo más valioso el guardarropía de la actriz, sino heredero también de la hegemonía del teatro de revista que tan bien dominaba la llamada Gatita Blanca. 

Enrique Alonso formó parte de las Compañías teatrales de María Tereza Montoya, Ángel Garasa, Mapy Cortés, entre otras, pero también fundó la suya propia a la que llamó Compañía juvenil Jacinto Benavente, que luego cambiaría su nombre a Proscenio, teatro experimental. Posteriormente creó el grupo Teatro del Pequeño Mundo, donde comienza a desarrollar su amor por hacer teatro para los niños. Fue en esta época que surgió el personaje que lo llevaría a la fama: Cachirulo, que fue inspirado por el personaje de Carlo Collodi, Pinocho. Pero si Pinocho es un muñeco de madera, Cachirulo es la alegoría de un muñeco de trapo, con cabello de grueso estambre color zanahoria, y una camisa mitad blanca y mitad con rayas rojas diagonales a semejanza de un pirulí, de brillante satín, y pantalón blanco. Así, Cachirulo debuta en la obra La princesa encantada, escrita por Alonso.

Fue también miembro de la Compañía Nacional de Teatro, del INBA.

Enrique Alonso había llegado a la televisión como guionista de un programa de Manolo Fábregas, y ahí recibe la oportunidad de tener su propio programa, al que bautizó como Teatro Fantástico, en 1955 y se mantuvo al aire por 17 años. Emilio Azcárraga, no le tenía mucho aprecio y trató de sacarlo del aire en varias ocasiones, pero su patrocinador, la fábrica de chocolates La Azteca, que hacía el Chocolate Express (polvo para preparar con leche), le generaba a la televisora una fuerte entrada, así que el programa salió del aire apenas unos días después de que La Azteca vendió su marca a unos empresarios americanos.

Emigró a Canal 13, Imevisión, luego Tv Azteca, y ahí reanudó su programa de cuentos, pero ahora llevaría por título: Érase que se era, usando esta vez como tema introductorio, una melodía tomada del musical: Camelot. La mecánica era la misma: Cachirulo presentaba el cuento, y al final de éste, despedía el programa con su clásico: ¡Adioooooos, amigos!, aunque aquí ya no recomendaba a los niños “tomar su chocolatote”.

Con Enrique Alonso tuvieron su primera oportunidad muchos actores que hoy son estrellas consagradas como: María Rojo, Blanca Guerra, Aarón Hernán, María Rubio, Roberto Comadurán, Martha Ofelia Galindo, Jaqueline Andere, Marina Isolda, o Aurora Alvarado, que de Hada y princesita de cuento, acabó dentro de una botarga de lagartija, como Mafafa Musguito, de Odisea Burbujas.

Hoy día todavía se usan como genéricos algunos nombres de los personajes creados por Enrique Alonso, como La bruja Escaldufa o Fanfarrón.

Paralelo a su trabajo teatral para niños, Enrique Alonso seguía en su labor de revivir el llamado teatro de revista, que algunos llaman: el género chico.

En este rubro sus obras más recordadas son Dos tandas por un solo boleto (1985) y La alegría de las tandas (1986), además de las pastorelas En el portal de Belén y La representación del nacimiento del Señor. Al salir del aire su programa Érase que se era, lejos de dejar de lado el teatro para niños, Enrique Alonso trabajó en un proyecto llamado Sábados Infantiles, que escenificaba sus tradicionales cuentos en el Polyforum Cultural Siqueiros, de 1979 a 1982.

En la última década del siglo pasado quiso revivir el Teatro Fantástico, pero su salud ya no era la mejor, y luego de unos pocos programas, se retiró, muriendo en la Ciudad de México unos pocos días antes de cumplir los 80 años de edad, el 27 de agosto de 2004.

No faltaron los críticos y quiénes hicieron escarnio del propio Enrique Alonso y de su pasión por el teatro infantil. Así se sucedieron venenosos artículos de Guillermo Pérez Verduzco, periodista agresivo de los del equipo iniciador de 24 horas, de Zabludovsky. Igual los cómicos Chucho Salinas y Héctor Lechuga, no perdían la oportunidad de hacer comentarios ácidos en su Cotorreando la Noticia, y el mismo Lechuga, junto al Loco Valdez, crearon a “Cachiruloco” un grotesco personaje para su Ensalada de locos, con sospechosos ademanes afeminados, fama que acompañaría toda su vida a Enrique Alonso.

Sólo como dato curioso; Enrique Alonso era sobrino político del siempre bien recordado Manuel Bernal, “El tío Polito”, locutor de la XEW y que además de ser el narrador de los cuentos de Cri Cri, grabó algunos discos como declamador.

Con un poco de suerte, se puede conseguir en el mercado disquero, la narración que hizo con la Orquesta Sinfónica Nacional de las obras: Pedro y el Lobo, de Prokofiev y Guía de la orquesta para los jóvenes, de Benjamin Britten, bajo la dirección del maestro Enrique Diemecke.

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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