“CHIP Y DALE: AL RESCATE” (“CHIP ‘N DALE: RESCUE RANGERS”) – DISNEY+

“CHIP Y DALE: AL RESCATE” (“CHIP ‘N DALE: RESCUE RANGERS”) – DISNEY+

El lenguaje de la sátira parece uno muy lejano si lo emparejamos con la sensibilidad complaciente y mansa de la Disney, pero en “Chip y Dale: Al Rescate” se aplica como el pavimento por donde andará una trama alocada y en momentos delirante que posee mucho sustento argumental al ampliar las posibilidades narrativas de estas dos pequeñas ardillas quienes a pesar de una larga carrera en la filmografía de la Factoría del Ratón no han amasado la legión de fanáticos al igual que otros colegas suyos como Mickey o Donald  y eso trabaja a favor en la confección de una trama relativamente compleja que, por increíble que parezca, pone en una misma oración “crítica al sistema” con “Chip y Dale”, pues la cinta no sólo es una digna secuela espiritual a los entretelones en la vida de los dibujos animados, también introduce con finura  dos o tres trancazos bien aplicados a la maquinaria de producción Hollywoodense que exige de sus súbditos el sacrificio de su dignidad, personalidad e incluso humanidad para  pertenecer a ella.

 

Chip y Dale: Al rescate
Chip y Dale: Al rescate

La película arranca con una voz en off que describe de manera muy jocosa la cancelación de aquella serie televisiva de principios de los 90’s conocida como “Chip y Dale: Rescatadores”, lo que condujo a una realineación en las carreras de sus roedores protagonistas. Es así que, 30 años después, Chip trabaja como vendedor de seguros mientras que Dale se sometió a una mejora digital para lucir 3D y vivir al día formando parte del circuito de convenciones nostálgicas, hasta que la desaparición de su amigo Monterrey Jack, coestrella de su desaparecido show, los obliga a enmendar diferencias originadas años atrás para embarcarse en una aventura detectivesca que los pondrá frente a un villano de nombre Sweet Pete cuyo plan es raptar conocidos personajes animados para desfigurarlos y obligarlos a estelarizar películas piratas (v.g., Golfo y Reina como estrellas de “Los Perros Espagueti”). Su investigación se verá apoyada por una joven agente (Kiki Layne) muy fan de ambos pero poco respetada en la fuerza policial, por lo que la gesta en aras de la respetabilidad se ve redondeada con ella y los diminutos héroes.

 

Chip y Dale: Al rescate
Chip y Dale: Al rescate

La dirección de Akiva Schaffer permite un eficaz redondeo entre la estructura dramática estándar que significa una historia tipo “buddy movie” donde las diferencias entre los protagonistas permitirá el acceso a algunas pautas emocionales y la multitud de personajes que aparecen a modo de cameo en la cinta, los cuales me reservaré porque algunos incluso fungen de elemento sorpresa bastante eficaz, baste decir que  la Disney aseguró la participación de algunos íconos animados que jamás imaginé ver en un filme de la compañía e incluso un papel secundario para un personaje feo que brilla como jamás lo volverá a hacer. “Chip y Dale: Al Rescate” desarrolla una trama conocida para virarla a rumbos poco ortodoxos (por lo menos para la Disney) que no solo despliega una puesta en escena y técnica que amalgama con mucha sobriedad orgánica todo tipo de animación con actores de carne y hueso, sino que logra ocultar entre sus persecuciones y chistes un discurso sensato e inteligente a la vez que bastante gracioso sobre crisis existenciales y la madurez, algo que, en serio, jamás creí ver en una película estelarizada por una ardilla con atavíos de Indiana Jones y otra de camisa hawaiana. Pero aquí está.

 

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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