“CRÍMENES DEL FUTURO: 1970” (“CRIMES OF THE FUTURE”) – MUBI
La cirugía es el nuevo sexo”. Ésta sugerente promesa es lo que cumple el veterano cineasta canadiense David Cronenberg con su más reciente película, un regreso al horror corporal de su invención donde escalpelos sensuales, intervenciones estimulantes y operaciones quirúrgicas orgásmicas retoman el discurso ya expuesto y excelsamente desarrollado en sus filmes previos como “Cuerpos Invadidos” (1983), “Pacto de Amor” (1988), “Crash: Extraños Placeres” (1996) o “eXistenZ” (1999) donde los confines de la carne y la mente se expanden a interpretaciones simbólicas sobre la condición humana y a metáforas sardónicas que desbaratan la concepción de la cultura mainstream sobre sí misma.
Echando mano de una estructura narrativa que se ensambla a partir del Cine Negro, el humor negro hollín y ciertos elementos del Cyberpunk, Cronenberg nos lleva a un futuro indeterminado donde el dolor está casi extinto y debido a el surgimiento de una mutacion bautizada como Síndrome de Evolución Acelerada que produce en los humanos el surgimiento de nuevos órganos internos, su extracción se traduce en una forma de arte.
Aquí es donde destaca un hombre llamado Saul Tenser (Viggo Mortensen cumpliendo como acostumbra), quien junto a su asistente cirujana Caprice (Léa Seydoux) son las estrellas de un bizarro acto de performance donde ella sustrae dichas vísceras en público como una alegoría a la filosofía moral por la alienación física que su naturaleza médica y biológica causa, así como las sensaciones que produce –dolor, placer o la combinación de ambas-, aún si su arte le produce diversas incomodidades a Tenser en cuanto a su digestión y anatomía, por lo que debe dormir y ser alimentado en extraños aparato biomecánico.
Ésta actividad está monitoreada por dos burócratas estatales llamados Wippett (Don McKellar) y Timlin (Kristen Stewart) quienes además de registrar los nuevos órganos que Saul produce también son sus admiradores mientras que una facción subterránea que se opone al evolucionismo conservador impuesto por el gobierno sigue sus pasos meticulosamente, hasta que Saul se topa con la oportunidad de hacer la presentación más espectacular pero oscura de su vida.
Cronenberg destila una vez más su inteligente mala leche en contra de la cultura conformista que aboga por la explotación corporal (ahora en forma de Tik Toks y redes sociales sustentadas en banalidad audiovisual) a la par de un alegato sobre la fragilidad de la autonomía somática con su acostumbrado fervor erótico usando imaginería macabra bellamente concebida por el cinefotógrafo Douglas Koch, condensando con exactitud sus símbolos mediante un Gran Guiñol sociopsicológico expuesto mediante intervenciones quirúrgicas gráficas y mobiliario que tortura. “Crímenes del Futuro” refrenda la brillantez discursiva de su director quien esperamos no se mantenga tan distante ahora que parece renovar sus bríos creativos con éste excelente filme.