Democracia, corrupción, crimen y sistema de justicia
El gobierno electo ha abierto un espacio público de discusión sobre qué hacer en torno a la criminalidad y la corrupción que nos ahoga. Qué bueno, yo me incorporo como uno de los muchos miles de mexicanos que espero participen en esa reflexión y discusión colectiva.
La criminalidad y la corrupción provienen de sistemas complejos y variados. Ellos intervienen en procesos internos y externos relativos a la sociedad, la cultura, la economía, el poder, la psicología. Ningunos de estos elementos tiene una vida independiente de los otros, ya que todos interactúan entre sí. La criminalidad y la corrupción no se pueden reducir a una sola causa y que al atacarla arreglaría todo el resto de los problemas. Los problemas que configuran sistemas complejos, requieren de una estrategia diversificada y compleja que se adapte y se renueve según la evolución de los procesos. En sucesivas REFLEXIONES+++prefiero Así Vamos+++, hablaremos sobre cada uno de estos aspectos y de su relación entre sí. Por ahora me concentro en un aspecto muy sencillo proveniente de las palabras del Presidente electo, el martes pasado en Ciudad Juárez.
Para atacar la violencia nos propone un “perdón sin olvido” y un cambio de perspectiva sobre el enfrentamiento violento contra el crimen y la corrupción, tal como ha sido el enfoque principal de los últimos sexenios. La Jornada del miércoles 8 nos dice: “El futuro Presidente afirmó que no cree en la ley del talión, esa máxima del ojo por ojo, diente por diente, porque si nos atenemos a eso, si nos queremos acabar entre nosotros mismos, nos vamos a quedar chimuelos todos, o tuertos.””.
No estoy contra cierto tipo de perdón, siempre y cuando éste sea limitado, y bien determinado y sea parte de una estrategia global, producto de un análisis profundo de la problemática que vivimos. De acuerdo, no se trata de un simple enfrentamiento violento. Es cierto no es venganza, ya que con ella no se arregla gran cosa. Desde mi punto de vista se trata de justicia y voy a especificar brevemente lo que entiendo por tal palabra.
Ningún sistema de justicia en el mundo, puede basarse en la venganza. El castigo que se les da a los infractores no debe ser para vengar un agravio, el castigo se debe realizar por varios motivos. Primero, se establece un castigo para poner una traba contra el crimen ya que, si bien es cierto que el castigo no siempre evita el crimen, lo real es que la impunidad es uno de los mayores impulsos que se le puede dar al crimen; la impunidad ha sido uno de los factores clave del fuerte crecimiento de la criminalidad. Segundo, el castigo es para separar al criminal de la sociedad para que no siga cometiendo crímenes. Tercero, el encarcelamiento, la separación del criminal de la sociedad, debería de ser para reeducarlo, resocializarlo y así al salir, no cometa más crímenes. De esta forma, la justica requiere de castigo, separar al criminal de la sociedad, pero la palabra justicia de ninguna manera debe confundirse con la palabra venganza.
Si hay justicia, se debe reestructurar todo el sistema penitenciario. Hoy las cárceles son excelentes universidades del crimen y esto es absurdo y antisocial. Pequeños delincuentes inexpertos salen grandes delincuentes bien formados y con amplias relaciones.
La aprehensión y sentencia de los posibles delincuentes, debe basarse en un sistema jurídico bien diseñado y eficiente. La mayoría de los mexicanos no creemos que tengamos un sistema de justicia en México y lo sentimos profundamente deficiente y corrupto. Sin un sistema y un aparato de justicia eficaz y legal, a nada conducen los posibles perdones y los no olvidos. Se requiere una transformación del aparato policial, del sistema fiscal y de todo el sistema jurídico. Se requiere de una estrategia compleja, adaptativa y programada.
Estoy de acuerdo, el derecho de las víctimas es esencial, pero no puede ser puesto en práctica con el sistema jurídico carcacha que tenemos.
No es violencia contra la violencia, sino de la existencia de un sistema jurídico que implemente castigos no en función de la venganza sino atendiendo a los criterios de justicia.
En México, además de un sistema jurídico deficiente, tenemos en buena medida un sistema jurídico que se aplica más en función de las necesidades del poder en turno que atendiendo a los dictados de justicia y reproducción social. Por eso requerimos un ajuste importante a las leyes para que éstas se orienten no en el sentido del poder sino en el de la justica.
Sé muy bien que justicia y derecho no son equivalentes, pero un derecho adecuado, tiene que tener un fundamento de justica importante.
En síntesis, el problema es mucho más complejo que la relación violencia contra violencia o la relación perdón y no olvido. Mucho podremos y tenemos que aprender de esta reflexión colectiva muy positiva a la que se nos ha convocado.
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Juan Castaingts Teillery. Profesor Investigador UAM-I.