El arte de empezar desde UNO
Desde el confinamiento del año 2020 inició una nueva era para la humanidad, la capacidad de adaptación fue en todo su esplendor una necesidad de sí o sí recibirla en los confines del comedor de la casa, de la barra de la cocina, o el último lugar dejado por algún miembro de la familia, para agazaparse e iniciar las nuevas rutinas.
Con todo ello arribó el concepto vívido del desaprendizaje, y la mejor forma de definirlo pues la capacidad de ser y estar en la zona de comodidad, en la zona que conocemos “es mejor” que cualquier otra. Esta nueva área revolucionaria nos muestra la faceta del ser humano para crear entornos virtuosos donde no estaban, donde no se los imaginaba y de pronto crea el espasmo para detonar la creatividad, productividad y generación de valor en un punto conectado de forma remota.
El desaprendizaje es un método que permite poner en duda aquello que sabemos y, sobre todo, de qué manera lo hemos aprendido o lo hemos asimilado. Se trata, por tanto, de un mecanismo crítico de autorreflexión que nos permite interrogar las formas habituales o tradicionales de pensar. Si esas formas de pensar y de actuar no se ajustan a la realidad o más aun, vemos pasar a otros que están creando más de lo que nosotros, es momento de cambiar.
Pero ¿cómo hacerlo frente a la distancia, al desapego? Si es bien sabido que nos somos como los lienzos dispuestos a ser macados por el pincel y la idea de su propio autor. Las dos normalidades en las que nos encontramos inmersos dan pauta a un sinfín de motivos para desajustarnos y empezar con algo que ya se tenía: UNO. Ese uno, sus afectos, conocimientos, consciencia y contexto social. Aquí no se inició desde CERO, se inició desde el poder propio de caminar por otros derroteros, otras formas, una aceptación de la derrota al saber que perdimos lo que teníamos: la libertad de movimiento y que ahora la ganancia productiva es capaz de impulsar el deseo de desear lo que se tiene, poco o mucho, se tiene. Aquí cabe otra consideración, ¿Cuántas realidades caben en una sola? Se cuentan desde la versión de cada UNO. No nos permitamos ser simples en la visión y el actuar, ajustados ya a lo pandémico, más bien, es indispensable abrazar las vicisitudes para convertirlas en herramientas a través de las historias contadas, más allá de los anecdótico, está la heroica experiencia de a ver pasado por UNO a través de los otros, los cercanos-lejanos.
El planteamiento es recomenzar, todo el tiempo que sea necesario, no esperar, lo extraordinario cuando tenemos la oportunidad de tener lo ordinario. Aquí y ahora. Darse cuenta es volver a despertar comenzando de UNO.