¿El PT contra el poder judicial?
Son dos ocasiones ya, en que una senadora del PT ataca la libre manifestación de las ideas de sendos representantes del poder judicial: un ministro de la SCJN y un magistrado del poder judicial electoral de Aguascalientes.
No es que la senadora, en uso de su propia libertad de expresión como legisladora, suba a tribuna y exponga, de manera fundada y fundamentada sus argumentos; es que en el caso de Arturo Saldívar Lelo de Larrea, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se plantó a escasos centímetros de él, invadiendo su espacio vital, portando una cartulina en la que aludía a su vida personal. En el caso del magistrado electoral local Salvador Hernández Gallegos, la senadora exigió al senado le destituyera por “hablar como borracho”, así, mi lectora y lector; con ese y otros denigrantes calificativos que nada tienen que ver con su función.
La senadora Martha Márquez Alvarado, a quien esta cocina ha reconocido en otras ocasiones por sus valerosas acciones, es representante del Partido del Trabajo, institución política nacional con acreditación local.
La senadora Martha Márquez Alvarado, es también pública aliada (así lo asienta en documento judicial) de la magistrada electoral local Laura Llamas Hernández, quien acaba de perder un juicio similar al amparo, pero este en materia electoral; mediante el cual pretendió hacerse de la presidencia del Tribunal Estatal Electoral del Estado de Aguascalientes, aun cuando la votación para ello, no la favoreció.
En esta cocina dimos a conocer en su momento, la fotografía que colocó en su muro de Facebook, el senador Juan Antonio Martín del Campo, desde el pleno del senado de la república con la entonces sólo abogada burocrática Laura Llamas Hernández y quien minutos después de la fotografía en comento, resultaría designada como magistrada electoral, sin tener experiencia previa en la materia.
¿Qué hay detrás de las expresiones de descalificación que una representante del PT profiere contra un ministro y un magistrado del poder judicial federal y local? ¿Es la postura del Partido del Trabajo, y si no es así, por qué no ha ocurrido un deslinde?
¿Hay una intromisión de alguna o alguno de nuestros representantes senatoriales por Aguascalientes, en el poder judicial electoral local? De ser así ¿Esto no sería una vulneración al estricto equilibrio que debe existir entre poderes? ¿No sería violatorio de la división de poderes?
A diferencia de los diputados federales, que representan a la población, las y los senadores son representantes del pacto federal y representan a las entidades, por lo que su actuación es muy delicada en la frágil composición del poder en nuestro sistema político. Cualquier intromisión implica una grave falta al pacto que nos da origen como nación: al pacto constitucional.
El ministro presidente de la Suprema Corte de la Nación, tiene garantizado el pleno disfrute de su derecho constitucional y convencional a la libertad de expresión. Mejor aún, tiene garantizado su derecho a expresar su criterio jurídico en la discusión de los conflictos constitucionales y jurídicos que son motivo de su cargo. Constitucionalmente, ningún juzgador puede ser reconvenido, y menos aún perseguido por el ejercicio de su función jurisdiccional y esto aplica también para los magistrados y jueces del poder judicial.
Ya antes, intereses políticos han metido mano, de manera muy desafortunada, en la integración del Tribunal Electoral de Aguascalientes, que no debería ser un botín laboral. Ahí deben estar las y los más formados y comprometidos con la materia. Deben estar quienes puedan probar su preparación y su experiencia, no sólo electoral, sino en impartición de justicia. No pasa desapercibido para esta cocina, que nos encontramos en proceso de renovación de una de las magistraturas electorales locales y, para más de alguna o algún político poco escrupuloso, es mucha la tentación.
Lo mejor que podemos esperar las y los ciudadanos, de nuestros representantes populares, es que respeten irrestrictamente la división de poderes y de ser posible, eviten las faltas de respeto, se conduzcan con altura y den muestras de civilidad. ¿Será mucho pedir?
¡Nos vemos en la próxima! Recuerde que en esta su cocina, se come, se lee y se conversa de todo, particularmente de política.