CÓMO (NO) SER OPOSICIÓN

La semana pasada trascendió hasta medios nacionales un aparatoso accidente en el que el imprudente conductor de una pipa cargada gasolina pretendió ganarle el paso al tren, arrojando un saldo de 120 inmuebles dañados.
Ya en ocasiones anteriores he escrito acerca de lo ridícula que luce la oposición cuando actúa con la víscera, que es más o menos la mitad del tiempo, criticando al presidente López Obrador solo por criticarlo.
Aún cuando la fórmula ha sido empíricamente desastrosa, la oposición a nivel local no ha aprendido de los múltiples resbalones de la oposición a nivel nacional. Así lo demostraron los morenistas con el lamentable y pobre intento por culpar a los gobiernos estatal y municipal del incidente, discurso encabezado por el Presidente de morena en Aguascalientes, Gil Gutiérrez; supuestamente por que la Gobernadora y el Alcalde capitalino no se encargaron de colocar agentes de tránsito en el lugar (como si no supiera cualquier conductor que antes de cruzar la vía del tren, hay que revisar que este no se encuentre cerca) ni una señalética adecuada (como si un letrero en color rojo que menciona ALTO no cumpliera este requerimiento).
Hay ejercicios de la oposición que provocan pena ajena y, después de lo mucho que los morenos han repetido hasta el cansancio que la oposición brinca ante el mínimo acto del Presidente o ante hechos que poco o nada son su responsabilidad, habría esperado que estos siguieran el propio consejo que entre líneas arroja ese discurso, si no por congruencia, al menos por prudencia. Es lamentable para la vida democrática una oposición que culpa de todo al Ejecutivo en turno.
En el haber político es fundamental leer hacia dónde se inclina la opinión pública y conociendo esta es como se empieza a construir, ya sea un simple discurso o una compleja estrategia ¿es que nadie en la dirigencia de morena supo leer la clarísima opinión pública? 5 minutos en Facebook antes de emitir su declaración, habrían salvado de un nuevo ridículo a morena en Aguascalientes. Hay momentos para ir contra la corriente, la tragedia rara vez es uno de ellos.