El Renacer del PRI
“Si no sopla el viento, no hay posibilidad de cambio” –Javier Sanz-
Tras un largo recorrido por el bagaje histórico del país, es merecido un descanso para la reflexión y el análisis, sin duda, lo que como ciudadano de este país me es meramente una situación de carácter obligatorio.
La política como una condición de vida laboral, tiene un eje particular en distintos factores para su perfecta ejecución: la propuesta, la coyuntura y la oportunidad. Siendo el antecedente histórico de la misma y la percepción ciudadana la base para el triunfo electoral.
Quienquiera que esté familiarizado con la política mexicana y especialmente con el PRI, puede identificar el claro dominio que la expresión tuvo durante la mayor parte del siglo XX. Así mismo, es ampliamente conocido el periodo gradual en que el partido fue aceptando poco a poco; reformas que permitieron que los partidos de oposición desafiaran su preeminencia. Sin embargo, hoy, los desafíos que enfrenta el tricolor son bastantes, hablamos de un partido que pasó de ser el más dominante a una institución con niveles bastante bajos en credibilidad.
Con el tiempo, los partidos se encuentran bajo presión de llevar a cabo reformas políticas y económicas, siendo este un síntoma de pérdida de legitimidad a causa de aquellos que han mancillado las siglas de la institución por la corrupción y el mal gobierno. Pero ante grandes problemas, son necesarias grandes soluciones, a pesar de que muchos aseguran la nula visión para que el PRI salga a flote de su situación actual, quienes conocemos y somos parte de dicha institución, tenemos claro el camino a seguir.
En el 2012 regresamos a la Presidencia de la República como un modelo tradicionalista que en el pasado, logró demostrar cómo se debía de gobernar sin alterar de manera alarmante factoreseconómicos, educativos y sociales (siendo la cohesión necesaria para el último punto). Para entender los elementos de arrastre de esa elección hay dos elementos centrales: la popularidad que encarnaba en la figura de Enrique Peña Nieto como nuevo PRI y sin duda el principal promotor de su campaña Acción Nacional. Con las administraciones de Fox y Calderón la población quedó marcada por la desilusión que en un principio tuvo altas expectativas con la llegada del primer partido de oposición a Los Pinos.
A diferencia de esa elección, en el 2018 fueron similares los factores de la derrota del tricolor. El crecimiento raquítico de la economía,los huecos que dejó la lucha contra la delincuencia, una reforma educativa poco consultada que pesó prácticamente en todo el magisterio y sin duda las figuras de los Duarte en los casos de corrupción, etc.
Manteniendo lo anterior únicamente como antecedente para saber en dónde se encuentra el Revolucionario Institucional en el marco electoral, ahora es necesario mencionar los problemas internos que lo han llevado a una fuga intempestiva de sus militantes. Algunos de ellos son:
Hoy el PRI, no puede ser relacionado nuevamente como un partido conservador a pesar de su creación a raíz de la Revolución. Estamos hablando de una idea que si bien, es nacionalista, tal parece que hoy se necesita algo más que los sentimientos patrióticos para ser perceptibles como un partido progresista.
La administración de Enrique Peña Nieto dejó grandes luces que evidentemente deben ser vistas como un campo de oportunidad que favorezca al tricolor, hablamos de reformas como la de telecomunicaciones que incluso es aplaudida por miembros de la oposición y de una reforma energética que de manera gradual, comienza a tener beneficios. Dicho esto, el partido necesita:
La reforma social del tricolor, como en el pasado, debe vislumbrar su prevalencia en la competencia electoral con una política de ajuste, misma que enfrente la perenne desigualdad de la población con propuestas y ejemplo intachable de servicio público.
Los retos para la reconstrucción del PRI, requieren de un involucramiento real de sus miembros, al igual que Rosseau no me desgastaré únicamente en decir lo que es conveniente hacer, lo haré o callaré, sin embargo lo último no es opción y por el bien del PRI este compromiso debe ser encarnado en cada uno de sus militantes, solo así se logrará que el viento, sople a su favor…