El sentimiento y la agonía del tiempo
Escuchó lentamente el sonido de un desvencijado reloj cu cu que tengo desde hace años.
Su tic-tac retumba en mi cabeza mientras intento escribir las palabras que salen de manera espontánea, y que pareciera que el tic tac del reloj me las dicta en un lenguaje que desconozco, pero solo yo entiendo en mi mundo de locura.
Analizas el tiempo que ha pasado desde aquella primera vez que escuchaste esa voz que te enamoró desde el primer segundo que la oíste, y no sabes en qué momento se le acabó la cuerda.
No puedes recordar con precisión el momento en el que sentiste esa imperiosa necesidad de saber que llegaría…
Las horas de la noche anunciaban ese tormentoso momento en el cual solo te despides y quisieras decir mil cosas… pero no las dices.
Te haces mil preguntas y solo percibes imágenes en un mundo surrealista que se traducen en más palabras.
Las sombras de las nubes que acarician la cara de la luna, son una careta para ocultar su rostro blanco y pálido, que junto contigo, también desea que llegue la siguiente noche para volver a ver ese brillo en sus ojos, que pareciera un reflejo del sol, oculto en la más bella sinfonía de tonos grises y pálidos en una luna que grita silenciosamente mientras mueren las últimas horas de la noche.
Solo muere la noche? O quizás muere también un pequeño deseo de querer que no muera el último minuto del día?
Porque la muerte no solo es física… la muerte también es ese pequeño destello de vida que te acompaña cada día, cuando esperas que muera ese mismo minuto que deseabas que no muriera, para que el tiempo se convierta en una apología del tiempo, y que vuelve a nacer cada vez que repites la experiencia de ver sus alma a través de sus ojos.
Porque la vida es un suspiro rápido lleno de pequeños momentos…
Momentos donde deseas aspirar cada centímetro de aire que arropa su perfume y que acaricia su cabello y que llena cada centímetro de tu ser, como la droga más adictiva que traduces en un beso que acaricia el aleteo del aire de manera sutil que deja solamente a su paso.
Hay personas que tocan tu corazón y tu alma, Cada que la piensas, suspiras con incontrolable sentimiento, y cada suspiro contiene todo aquello que no podría jamás expresar con palabras.
Pero estas palabras quizás reflejan fielmente aquellas poesías en colores que escribía Salvador Dali a su eterno amor Galatea.
Pocas veces en la vida, puedes encontrar pasajes de la historia, donde hubo célebres personajes que fueron capaces de escribir las más bellas palabras que jamás volveremos a ver en libros.
Traducir un sentimiento en interminables palabras y actos, no es nada fácil… traducir sentimientos en palabras que jamás hubieran sido posibles sin esa locura característica de aquellos que aprendieron a amar de manera empírica, cual alquimistas de la vida intentando descubrir en su locura, la manera más cuerda de expresar los más bellos sentimientos en una carrera desenfrenada de sentimientos épicamente grandiosos, donde cada flor de ese ramo que escogiste para ella, tiene un significado inigualable, que solo el que las escoge, y las corta, sabe el profundo significado de una muestra de amor que para los demás es un simple ramo de flores, y necesitas explicar con palabras cual es el significado de cada flor, para que entonces “ella” sea se convierta en parte de ese “nervio” que sentiste al escoger cuidadosamente cada flor que ahora inevitable se parecen a “ella”
Porque cuando te enamoras te embarcas en una búsqueda imparable por cielo mar y tierra de esa persona que no sabes como la viste, te enamoraste y la perdiste.
La locura con la cual pocos son capaces de expresar todo aquello que sienten, es un don que solo se encuentra cada mil años; y es tan difícil de encontrar como de entender.
Dichosos aquellos hombres que saben expresar con extrema locura su sentir…
Dichosas aquellas mujeres que saben entender esa extrema locura que es difícil entender…
Porque prefiero expresar mi locura, de manera consciente, que ser uno más del triste montón, que camina perdido en el triste desierto de la mediocridad, del camino fácil y del miedo.
Si usted amable lector es capaz de entender y sentir lo que hablo, verdaderamente creo que usted ha sabido descifrar un gran secreto, guardado bajo llave y celosamente por aquellos que plasmaron las más bellas palabras y obras dedicadas a una mujer.
Al fin y al cabo… cada palabra plasmada, es un reflejo del alma que simboliza la esencia de cada persona.
Todo lo que escribo son vivencias que usted y yo ya hemos vivido.
Pero la metáfora más simple, es la más complicada para expresar aquello que no se puede expresar con simples palabras…
Robe usted estas palabras… hágalas suyas… y deje que su alma fluya con el sentimiento más profundo a la persona más amada.
No juzgue usted mi locura… Si acaso solo sienta usted en su alma cada uno de mis intentos de querer ser como soy…que al final del día, es todo lo que puedo darle.