EN DEFENSA DE RADIO EDUCACIÓN
[bctt tweet=»Radio Educación se ha destacado por sus contenidos al aire que generan pensamiento crítico en sus audiencias, ha sido defensora y difusora de la diversidad de género, incluyente de todas las expresiones culturales a lo largo y ancho del país,» username=»crisolhoy»]
Hace como un mes, en sesión de las Comisiones del MCM, se debatió la posibilidad de aprobar un Resolutivo en solidaridad con los trabajadores de Radio Educación, el cual no se aprobó por el temor que el posicionamiento fuera contraproducente, viniendo de una agrupación de comunistas mexicanos. Un compañero alertó que no podríamos autolimitarnos por el qué dirán de los demás en tanto viniese de una organización de izquierda radical. Aún así se resolvió no emitir la declaración. En lo personal no estuve de acuerdo con la solución pero no dije nada. Fue un doble error personal cometido. Sin embargo, no premeditadamente en el número 2 de El Cardenche se publicó el documento no aprobado.
Ahora, con respeto a las decisiones mayoritarias de la organización política en la que milito, expongo mi punto de vista, resaltando que no nos debe cohibir lo que somos y cómo pensamos. Pero sobre todo, que siempre debemos estar del lado de los trabajadores.
En el documento referido, comentábamos que, “a casi 100 años de su creación (30 de noviembre de 1924), Radio Educación se ha destacado por sus contenidos al aire que generan pensamiento crítico en sus audiencias, ha sido defensora y difusora de la diversidad de género, incluyente de todas las expresiones culturales a lo largo y ancho del país, ha destacado por la información objetiva de sus noticieros, contribuye al desarrollo infantil con contenidos didácticos, difusora de las expresiones musicales de todo el mundo, defensora de la democracia y crítica empeorado con la pandemia de Covid-19 y el obligatorio confinamiento. A pesar de esto, no se han visto afectadas las transmisiones gracias al profesionalismo de sus trabajadores, que están comprometidos para llevar información oportuna hacia los escuchas”.
En lo personal, Radio Educación significó mucho para mi formación cultural y política, cuando fui un escucha asiduo en la década de los setentas y después, con los comentarios agudos de Raúl Jardón Guardiola, fallecido pocas semanas después de otro grande como fue Emilio Ebergenyi. Mucho dejó en mi y por lo tanto ahora me preocupa lo que sucede con un proyecto que incluso debiera extenderse más en todo el país y no se condene a la muerte por inanición.
Lamento que se haya dejado ir muriendo a esta institución a lo largo de los años y de las administraciones, más ahora con una reducción al ya de por si exiguo presupuesto, el cual ha disminuido en 20 por ciento en la última década, pasando de 97.3 millones de pesos en 2013, a cerca de 80 millones en 2020.
Es correcto que se suprima lo que no es esencial en la estructura de gobierno, en su lógica de la austeridad, pero ésta no se puede concebir siguiendo los mismos criterios para todos, aplicando esa política a raja tabla. Es como la disposición decretada por el Ejecutivo federal para que los altos funcionarios aporten voluntariamente de su salario y el aguinaldo para combatir la crisis presentada por la pandemia, pero que en los hechos se ha convertido como imposición, pues a todos se aplica el mismo porcentaje (es decir, el de abajo aporta más que el de arriba) y bajo la política de “voluntariamente a fuerzas”.
Sin embargo no se le ve al gobierno ni a los legisladores ninguna voluntad política para atender este problema. Ellos serán los responsables del fin que tenga Radio Educación, pero sobre todo, frustrarán la enorme potencialidad que tiene, no sólo en la difusión de la cultura, su involucramiento con las comunidades y grupos originarios y las expresiones del arte popular. Eso sin considerar su vocación para fomentar el pensamiento crítico.
Otro aspecto sumamente grave es que con la disminución presupuestal ha afectado la situación salarial de sus trabajadores, los cuales ha dejado hace rato la consideración de un empleo digno y decente, como lo considera la Organización Internacional del Trabajo. El promedio salarial al mes es de poco más de siete mil pesos, lo cual lo ha alejado de la jubilación, por el monto miserable que recibirían. Leía recientemente que, “los tabuladores salariales para trabajadores tanto de base como eventuales no han sido actualizados desde hace 11 años”.
Si, hay que levantar la voz ante esta situación, denunciarla sin tapujos, sin escondernos, exigir que como mínima acción de justicia, se considere positivamente las demandas de los trabajadores de Radio Educación, no sólo para dignificar su situación o reconocer todo lo que hacen diariamente por mantener por sobre todo a su institución.
Escuchaba en la Mañanera del lunes 9 de noviembre al Presidente de la República, en relación a una propuesta de construir un monumento a los migrantes, que no era partidario de tales iniciativas, que mejor era reconocer “con acciones humanitarias, en beneficio de la gente, con justicia…” Pues que así lo haga en el caso de Radio Educación.
