En torno a los médicos Cubanos
Sobre todo las redes sociales están cargadas de comentarios ligeros, pletórico de falsedades, calificativos a la manera de argumentos presuntamente irrefutables, pero sobre todo, que olvidan el pasado mexicano. Esto sucede en muchos casos y temas, pero recientemente se ha exacerbado en cuanto a la contratación de médicos cubanos. La derecha recurre nuevamente a esa forma de torcer las cosas, sin analizarlas debidamente.
Dice que el gobierno mexicano pretende sustituir a médicos nacionales con cubanos, desconsiderando a los especialistas de la Salud, además de que los isleños recibirían salarios muy por encima de lo que perciben los nuestros. Nada más falso, el asunto que ese sector inculto de la clase media, se le hace muy fácil afirmar lo que no puede comprobar porque no tiene los elementos para hacerlo.
Con la pandemia quedó claro algunos aspectos de nuestro sistema de Salud, que algunos sabíamos y ya incluso lo habíamos denunciado, de lo cual, los hoy críticos de la medida adoptada por el gobierno federal, nunca dijeron nada, ni denunciaron la terrible situación que se vivía al respecto en nuestro país.
El sistema de Salud prácticamente estaba abandonado, en inmuebles de los tres niveles, en infraestructura médica y equipo, en mantenimiento, en medicamentos y en personal, dígase médicos y enfermeras. Se estaban preparando las cosas para la privatización de este servicio, tal como se habían hecho ya en otros, como el energético.
El personal médico en mucho era insuficiente, una cantidad menor a la requerida, además de que los existentes, hasta ahora están mal distribuidos, por una buena parte de los profesionales prefieren las grandes ciudades que les permita ubicarse en alguna institución y combinarle con la práctica liberal. El servicio médico en México era para los pudientes, no por nada, los aproximadamente seis mil consultorios que el Dr. Simi instaló en todo el país, tuvo éxito pues llegaba a un sector desprotegido, que podía pagar treinta pesos por consulta.
Según cifras del INEGI, a mediados del año pasado, había en México, 305 418 personas ocupadas como médicos, de las cuales 54% son hombres y 46% mujeres. De cada 100 personas con esta ocupación, 67 son médicos generales y 33 especialistas en alguna otra rama de la medicina. El promedio nacional es de 1.6 médicos por cada mil habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud, se necesitan alrededor de 23 médicos, enfermeras y parteras cada 10.000 habitantes para brindar servicios esenciales de salud a la población.
Es decir, en México hemos estado por debajo de las cifras mínimas planteadas por la OMS y tampoco nunca se hizo nada para corregirlo y si las cifras anteriores las analizamos por territorio, podemos darnos cuenta que hay partes del país que las insuficiencias se ahondan. Esto quedó sobradamente evidenciado en la cobertura de atención al Covid-19 y así se dijo de manera reiterada en las mañaneras de los martes. Pero esto no lo consideraron en su momento ni ahora la derecha, que no acepta ni reconoce los errores cometidos cuando fueron gobierno, en los periodos del PRI y del PAN.
El gobierno de la 4T ha hecho valiosos intentos por recomponer la diezmada infraestructura médica, reconstruido los nosocomios dejados en el abandono, llamado a médicos y enfermeras en retiro (en el marco de la pandemia), abierto nuevas escuelas de Medicina (la primera de ellas en la Ciudad de México), facilitado la especialización incluso en el extranjero. Pasos importantes pero insuficientes para superar el rezago. En esta lógica se ubica el acuerdo con los cubanos, de los cuales, hay que decir algunas cosas, que seguramente desconoce la derecha, porque no estudia ni analiza, solo repite al estilo mcluhiano.
Cito lo que señala un artículo sobre el tema: “En Cuba el Estado regula, financia y presta los servicios de salud. Estos servicios operan bajo el principio de que la salud es un derecho social inalienable, lo que define al sistema de salud cubano como un verdadero Sistema Nacional de Salud”. Lo han podido lograr, aún acosta del bloqueo económico norteamericano de más de sesenta años. En México se supone que la Salud también es un derecho, así está plasmado en la Constitución, pero en los hechos no es así.
Cuba siempre se ha destacado por su actitud solidaria con otros países. El Comandante Fidel Castro fundó en 2005 las Brigadas Médicas Cubanas ‘Henry Reeve’, que han servido desde entonces en 22 países, sobre todo en periodos de desastres naturales. Estuvo en México en la pandemia, actuando en primera línea del combate contra el Covid-19.
Un punto de principio de esta política de cooperación cubana se especifica en la siguiente apreciación: Es importante impulsar la Cooperación Médica, encaminada a desarrollar y fortalecer las capacidades nacionales siempre que sus propósitos y principios realmente respondan a las necesidades de cada país, lograr que cada vez sea más sostenible y que exista una continuidad de las acciones de los profesionales cubanos de la salud en los países donde se desarrolla. Su perfeccionamiento trae como principales resultados, la adaptación de metodologías o técnicas ya desarrolladas y probadas en sus lugares de origen, la sistematización de experiencias, transferencia de tecnología y publicaciones de resultados científicos, lo que permite fortalecer los vínculos entre países y alcanzar un desarrollo concreto de sus capacidades institucionales.
Los médicos cubanos vienen a cubrir por cierto tiempo un espacio de trabajo que difícilmente puede cubrir los médicos mexicanos que ya tenemos y que están ubicados casi siempre en sus lugares de elección.
