Encuentro por la unidad de la izquierda
Justo cuando se cumplían 47 años de este domingo 10 de junio, asistí a lo que se denominó Encuentro por la Unidad de la Izquierda, iniciativa convocada por algunos personajes ligados a MORENA como Héctor Díaz-Polanco, Pedro Miguel, El Fisgón, Paco Ignacio Taibo II, entre otros.
En lo personal este es hasta ahora el tercer esfuerzo unitario de la izquierda en la que he estado cerca, dispersa sin duda como tal en este proceso electoral, aunque ellas integren la parte fundamental que está concentrada alrededor de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Sin duda es una expresión de la falta de un referente preciso y exclusivo.
Sin embargo, los tres esfuerzos a los que me refiero (el ya señalado, más el llamado Movimiento al Socialismo y el Frente Democrático de Izquierda), explican y aceptan bien la postura amplia, plural y diversa que representa la candidatura de AMLO, cuya plataforma se corrió al centro, como posibilidad inclusiva pero de perspectiva ganadora. No hubiese sido suficiente el hartazgo y la crisis insalvable en la que el PRIAN ha hundido al país, para convertirse MORENA en opción, si no fuera a partir de haber abierto su abanico político.
De esta manera, aún la estrategia de fraude ya desplegada, el escenario para el primero de julio es el del triunfo del tabasqueño, en lo que constituye un primer peldaño por avanzar en este proceso democratizador en el país. El segundo sería el periodo de transición hasta la toma de posesión el primero de diciembre y el tercero, lo que arranca a partir de ese momento. Etapas mucho más complicadas que la que estamos viviendo hasta ahora, por todos los intereses que se ponen en juego.
Con este escenario se convocó y realizó este Encuentro, celebrado en la sede del sindicato de telefonistas y con participación de representativos de casi veinte entidades de la República, lo cual expresa el interés que hay en la izquierda del país para debatir y precisar qué hacer antes y hasta las elecciones del primero de julio.
Destaco tres afirmaciones planteadas por José Antonio Rueda (uno de los convocantes), en su intervención de bienvenida a los asistentes al Encuentro, porque en ellos se expresa la situación real en esta corriente de pensamiento y las perspectivas que se tienen fincadas. Primero, la aceptación autocrítica de que en la izquierda mexicana actual, hay escasos espacios de reflexión. Segundo, que ha iniciado un proceso de reencuentro de la izquierda mexicana. Tercero, “un México exitoso es posible”.
La participación en el Encuentro de dos personajes valieron el mismo, destacando los aspectos importantes del análisis de la situación política nacional e internacional, así como el despliegue de algunas alternativas a seguir, de tal manera que quienes tuvimos la oportunidad de estar presentes, salimos con insumos políticos para seguir trabajando en las trincheras donde cada quien actuamos. Me refiero a Héctor Díaz-Polanco y a Rafael Barajas, El Fisgón.
De sus intervenciones destaco algunas cuestiones: ambos coinciden en señalar que lo que suceda el primero de julio influirá en la región, no sólo de Latinoamérica sino del mismo país vecino. Sería un referente para los procesos de apuntalamiento de la izquierda, cuestión que ahora ha registrado un retroceso.
El otro aspecto está relacionado con la diatriba de la derecha, que ha insistido que la pretensión de AMLO es volver al pasado y más específicamente a los setenta (lo que no dicen es que corresponde al periodo anterior del neoliberalismo, impuesto en México desde el sexenio de De la Madrid), si ver hacia el futuro. Sobre todo, Díaz-Polanco señaló que es al revés, ver hacia el futuro pero a partir de la historia, del conocimiento de la misma, de su interpretación, para planear congruentemente lo que está por delante. En este punto subrayó que la fuerza puntera encabezada por AMLO no busca la alternancia, situación ya probada con el panismo resultando más de lo mismo, sino pensar en alternativas para los nuevos escenarios.
La reunión no sólo reconoció que la izquierda mexicana hoy debe ser plural y diversa, sino rescatar la ética en la práctica política, pero también el debate teórico. Autocríticamente se aceptó que haciendo una analogía con los cubanos, esta fase electoral en MORENA caracterizada un “periodo especial”, que requeriría un tratamiento específico al cual hay que darle atención después del primero de julio.
Lo positivo de la reunión es aceptar la necesidad de generar un espacio de reflexión desde la izquierda, aunque no surgieron directrices precisas al respecto, salvo volver a convocar a un nuevo encuentro después del primero de julio.