“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)

“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)

El nombre de George Miller suele asociarse con proyectos de proyección narrativa audaz y humanista donde sus personajes debaten la naturaleza de su cotidiano enfrentándose a ello directamente como alegoría del libre pensamiento contrapuesto a un destino tácito (“Babe , El Puerquito Valiente”, “Happy Feet”) o como un antagonista directo ante lo adverso de su entorno (la saga “Mad Max”), pero con “Érase Una Vez Un Genio”, su mirada como director parece posarse más en la contemplación que acarrea la edad (77 años) sobre el estado de las emociones, mente y espíritu no desde el balcón de la añoranza sino de la reflexión.

“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)
“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)

El George Miller que apreciamos aquí se ve orientado, vital y orgulloso de sus fuentes primarias de inspiración, casi como una travesía terapéutica que lo confronta a sus propios cuestionamientos sobre la vida, el amor y la soledad, elementos que cifran un discurso lleno de vibrante color y conmovedoras observaciones utilizando dos personajes disímbolos que no dejan de comunicar la idea de unión aún si la existencia de uno de ellos es imposible.

Así pues, tenemos a Alithea (la siempre estupenda Tilda Swinton), una narratóloga que ofrece conferencias por todo el mundo y cuyo nombre significa “Verdad” en griego, revelando su motivación personal y profesional. Es en uno de sus viajes mientras deambula por un mercado en Estambul que se encuentra un pequeño frasco que, al limpiarlo en el baño de su hotel, revela contener a un imponente genio (Idris Elba) que le concederá tres deseos.

“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)
“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)

Como esto no es Disney ni por asomo, la cinta procurará mediante ésta dinámica entre ama y esclavo sobrenatural el discurrimiento de ideas sobre la verdad, el ser y el querer cuando ella, escéptica, se niega a dicha oferta basándose en los infortunios que la narrativa misma ha legado a la cultura ante tales ofrecimientos, pues siempre terminan mal.

Como el genio requiere que Alithea cumpla su parte para que él sea libre, le cuenta tres historias basadas en su vida para mostrarle un exótico, rico, profundo y en momentos irónico panorama sobre lo que llevar una existencia como la suya a la vez que le provee de una perspectiva muy singular sobre el significado de la vida, la muerte y el amor.

“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)
“ÉRASE UNA VEZ UN GENIO” (“THREE THUSAND YEARS OF LONGING”)

Al final ella pedirá su deseo, uno que sorprenderá tanto al genio como al espectador. Con éste relato Miller se aleja de toda noción concebida en base a sus trabajos previos y filosofa con mesura y muy a gusto sobre la naturaleza del mundo, de nuestra aproximación a las relaciones interpersonales y a la vida y a nuestro insaciable apetito por el conflicto.

“Érase Una Vez Un Genio” revela una sincera intención por expresar mediante un sutil y bello juego lírico que la cultura demoniza aspectos necesarios del vivir como la soledad y que el amor llegará cuando el corazón y el espíritu estén listos, sin intervenciones fantásticas o deseos.

Excelente filme que, cabe aclarar, posee un ritmo muy frenado y meditado para que el espectador goce con mesura las exquisitas imágenes que concibe Miller gravitando hacia las excelentes actuaciones de Swinton y Elba y una historia nutrida por el mito de Sheherezade pero con una insondable magia propia.

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

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