La decepcionante democracia «spot»
El debate y todo el proceso electoral me ha decepcionado. No hay análisis de la realidad nacional, las propuestas son vagas, difusas, dirigidas más al sentimiento que a la razón; buscan engatusar, manipular y no comprender ni razonar para atraer votos. Los ataques son pedestres llenos de golpes bajos.
Hemos vivido un proceso electoral “spot” en el sentido de que son mensajes breves hechos en términos de mera publicidad para cautivar al cliente electoral; nos venden al candidato en una forma impresionantemente similar a cualquier mercancía. No parece que tenemos candidatos que, por su capacidad, entendimiento de los problemas y estrategia racional, se vayan a enfrentar a la complicadísima situación que van a enfrentar en un país que se deshace. Es casi puro marketing mercantil. Somos, como diría Marx, producto de nuestros productos, estamos cosificados por el marketing; estamos enajenados, es decir, ajenos a nosotros mismos, dominados y orientados por meros mensajes publicitarios.
Todo el proceso electoral no ha tenido como sustento ni las ideas ni los programas ni el debate sobre los problemas y perspectivas de la nación, sino que se ha fincado casi exclusivamente en “spots” publicitarios de radio y televisión. Los contribuyentes hemos pagado una fortuna en “spots” que no se cubren con el dinero de los partidos o del Estado sino con nuestros impuestos; pero no hemos recibido ningún análisis o idea. No escuchamos (de ningún partido) una proposición seria sobre la reforma fiscal, sobre la situación energética del país, sobre la crisis del campo, sobre una sociedad que se desarticula y se desintegra, sobre el control de la violencia, sobre el mediocre crecimiento económico, sobre la reforma política, etcétera. Muchos y muy graves son los problemas, pero cero son las ideas y cero son las propuestas. Mucho gasto en “marketing” y ningún gasto en estudios y proposiciones.
La clase política en su conjunto, ha demostrado su mínima capacidad de convocatoria y su alejamiento de la ciudadanía y de los problemas nacionales. Es una elección muy cara, pero no es un proceso analítico, propositivo, abierto y democrático. Hemos indicado en otros “Así Vamos…” que no vivimos en una democracia sino en una “partidocracia”, es decir, rivalidad partidista que se desarrolla por vía interna partidaria, por dominio de los aparatos de cada partido, por lucha contra sus adversarios en ausencia de la ciudadanía, de sus problemas y de sus aspiraciones y anhelos.
Es “democracia spot” por la sencilla razón de que todo el proceso electoral no ha tenido como sustento ni las ideas ni los programas ni el debate sobre los problemas y perspectivas de la nación, sino que se fincó casi exclusivamente, en “spots” publicitarios de radio y televisión. Generalidades vagas sin proposiciones concretas; nada que pudiese ser medianamente satisfactorio.
La “racionalidad spot del INE” fue la que diseñó el debate. Un minuto o minuto y medio para expresar análisis, ideas y soluciones, es simplemente imposible y más cuando tenemos una realidad tan compleja y terrible como la que vivimos. Los candidatos se adaptaron bien y nos repitieron lo que ya estamos hartos de escuchar por radio y TV. ¿Cómo confiar en un INE dominado por la “racionalidad spot” y en unos candidatos que se integran bien a ésta?
Hay una ruptura entre la clase política y la ciudadanía y sus problemas.
Para enfrentar un problema primero hay que conocerlo. Se debe reconocer que la realidad política, social y ambiental es compleja y requiere de la participación de actores diversos, en donde la sociedad civil y la academia juegan un papel importante y que no es un asunto exclusivo de las élites políticas. Ante problemas complejos, se requieren estrategias que integren los diversos actores, recursos, relaciones, denominaciones, señales, procesos, desempeños que impliquen confianza, asignaciones adecuadas de recursos y potencialidades humanas para lograr un desempeño adecuado.
Pero ni siquiera todo esto basta. Las propuestas de solución simplista son un camino pavimentado hacia el fracaso, el desperdicio de recursos y el fortalecimiento de la criminalidad, la corrupción y la impunidad.
Se requiere reconocer que estamos ante la complejidad y que se necesitan estrategias flexibles y adaptativas. Me dio la impresión que ninguno de los candidatos tenía idea sobre lo que significa el concepto estrategia.
Un ciudadano decepcionado e indignado.