LA POSTRACIÓN DE LA IZQUIERDA I
Lo reconozco, parece una cantaleta, a partir de la reiteración de una situación en apariencia consabida por todos, pero que, si así fuere, no demuestra mucha disposición de hacer algo para sacar de la postración a la izquierda mexicana, cuando lo que se requiere es volcarla a la acción política. Es una manifestación de desesperación e impotencia.
Con la crisis sanitaria y económica se ha exacerbado la lucha de clases. Chocan dos concepciones antípodas y cada una hace lo suyo, defiende su visión e intereses (de clase, precisamente). La derecha sigue apostándole al fracaso del actual gobierno, con lo que no le interesa lo que pueda pasar con el pueblo, mayormente pobre. Lo utilizan, eso sí, para lograr cumplir con sus intereses, que no son los de todos.
En la actual situación que priva en el país y la incertidumbre para vislumbrar cuándo se vaya a fijar el fin de esta etapa, se requeriría por sobre todo cerrar filas, más en las condiciones de precariedad en que podría quedar México. Esto retardaría (sino es que lo ha retardado ya) el proyecto de rescate y transformación, más con el continuo golpeteo hacia el gobierno de la Cuarta Transformación, por parte de la reacción y la derecha, que ha empezado a hacer mella, sobre todo en aquellos que siempre han vivido en la incultura política. La izquierda debiera considerar lo anterior y actuar en consecuencia, pero hacerlo de manera real y no sólo declarativamente.
De ahí la relevancia de posturas como la asumida por el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, que no obstante los embates en su contra por parte del mandatario de su país, haber sido juzgado y condenado en ausencia, ha llamado a la unidad en la defensa de Ecuador en esta etapa pandémica. Sus contrincantes no lo ven así y ponen por sobre todo a su país y su pueblo.
Para la derecha mexicana todo está mal, quienes durante los gobiernos del PRIAN avalaron la desastrosa política seguida y por lo mismo la debacle en que dejaron el país y nunca dijeron nada, ahora se han convertido en escrupulosos revisores de lo que hace el actual gobierno. Todo les parece mal, añoran el pasado y ahora, en esta crisis no originada por la administración de AMLO, le apuestan a que no saldremos adelante, para que sus partidos regresen como salvadores.
Han redoblado su campaña en contra, se han servido de cómicos de baja monta como Eugenio Dervez para intensificar su proselitismo en redes sociales; han creado diversos grupos y frentes tendientes a promover la salida de López Obrador de la Presidencia de la República. Este les ha tomado la palabra y planteado adelantar la consulta por la revocación de mandato, lo cual no fue aceptado por la reacción, bajo el argumento que pretende reelegirse. En realidad quieren que salga como producto de una sublevación popular que nunca llegará.
Lo cuestionable es que la izquierda se mantiene al margen, en cuarentena física, elaborativa y de completa inactividad. Han tomado muy en serio el encierro sanitario para prácticamente no hacer nada. Empiezan a surgir las manifestaciones políticas propias en torno la pandemia y sus efectos económicos, pero siguen sin trascender salvo en sus limitados círculos de influencia.
Es ir a la cola de los acontecimientos y por omisión permitir que avance la derecha, para que fracase el proyecto de la Cuarta Transformación y si sucede esto, se va una oportunidad fundamental para ir en aras del verdadero cambio radical de la sociedad. No podemos permitir que eso suceda.
En lo personal tengo confianza que el país sorteará muy bien la crisis pandémica. Desde el principio se ha venido demostrando que se ha conducido bien las cosas, que a diferencia de otros países, incluso Estados Unidos o Italia, México se adelantó y empezó a prepararse y prever escenarios, lo que ha permitido hasta ahora amainar los efectos negativos. Al respecto las cifras son elocuentes.
Incluso eso va permitiendo el reordenamiento al sistema de Salud, reforzándolo, universalizándolo, apoyándolo financieramente, pero sobre todo dignificándolo. Esto es una batalla ganada y un logro que quedará después de la tormenta.
Pero no creo que ocurra lo mismo con la crisis económica, pues la visión y alternativa del gobierno de AMLO es limitada, teniéndole miedo a correrse a la izquierda e implementar mayores medidas como las señaladas hasta ahora. Sin embargo, tampoco nosotros hemos hecho mucho para qué ello ocurra.